BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 2 de abril de 2017

EL SUEÑO DE DIOS QUE ME HA SEDUCIDO Y ENGANCHADO



Uno nace y se encuentra todo mezclado. Aunque es un bebé, las risas y los gritos, las peleas y los abrazos, los percibe y los guarda, de forma que más adelante les pone nombre y los incorpora en su conducta. El mundo tal y como nos lo encontramos hoy, se ha ido configurando, con nuestros antepasados y continua con sus herederos, entre los que nos encontramos nosotros, con el compromiso de pasar el relevo a nuestros hijos, que continuarán la historia, desde la cuna hasta el tanatorio.
El relevo que se va pasando, está impregnado de bondad y de maldad, del bien y del mal, de optimismo y pesimismo, por señalar, algunos de estos dualismos. Nadie se libra de estas influencias. Quizá, por el contexto familiar y social en el que nos movemos, las proporciones de ambas realidades varían según las personas, pero, sin duda, las tenemos tan incorporadas que son dimensiones que contribuyen en nuestro crecimiento personal.
La experiencia nos dice que cuando ambas dimensiones se llevan hasta el extremo de sus posibilidades, por un lado, se generan guerras, injusticias, muerte,… o sea, la deshumanización total; mientras que, por el otro lado surgen la paz y la convivencia, el amor y la justicia, es decir, la humanización plena. Ambas posibilidades las vivimos en nuestro interior, en una lucha interna continua, en la que -si uno mira su propia historia- prevalece una más que la otra, dependiendo de las circunstancias y de la etapa de la vida en la que nos encontremos.
Ahora es cuando viene lo del sueño de Dios que me ha seducido y enganchado. Porque yo no creo en el principio absoluto del caos. Yo no creo que esta vida es como una mala noche en una pésima posada. Me niego a que todo este asunto nace en el parto y termina en el cementerio. Claro que respeto las opciones de otras personas que no coinciden con la mía; como espero, también, la reciprocidad en el respeto a las que yo tengo, por parte de ellas.
Y digo que el sueño de Dios me ha enamorado, porque en él todas las piezas del puzle de la vida encajan. Además el sueño es muy sencillo. Porque lo que Dios sueña es que su familia viva y sea feliz. Lo que más desea es que sus hijos se quieran, se ayuden como hermanos, se propongan cada día abandonar lo que enturbia las relaciones familiares y se esfuercen por superar todas las divisiones y rechazos ya sean por el poder, el dinero, el color de la piel o la religión.
Tan empeñado estaba Dios en su sueño, que nos envió a su propio Hijo para interpretarlo correctamente. Claro que él nos hablaba del Reino de Dios, pero esta versión de la Familia de Dios me parece más cercana. A unos días de la Semana Santa, estas reflexiones me preparan y ayudan a vivir los Misterios de la fe que vamos a celebrar. Porque a 2000 años vista, seguimos en la lucha del bien y del mal, del hombre viejo y el del hombre nuevo. Bueno creo que hemos avanzado hacia el bien, pero me sigo diciendo que no hay que bajar la guardia y continuar con el compromiso de alcanzar la Familia Humana (de Dios) como la quiere y sueña Dios.







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