BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 28 de mayo de 2017

EL HOGAR LA SALLE, ESPACIO DE INTEGRACIÓN SOCIAL



Como iniciativa social, en el Hogar la Salle, interaccionamos más de 200 personas. Los residentes y participantes, en los diferentes programas,  proceden de África, América y Europa, un total de nueve países. En cuanto a las creencias, estamos tanto cristianos  católicos, como evangélicos y ortodoxos; también, hay musulmanes y, puntualmente, budistas. Es un centro totalmente plural, como la sociedad misma.
En el Hogar de Emancipación, viven 12 jóvenes inmigrantes extutelados, en un programa intenso, de dos años; en el que priman los estudios académicos y la formación profesional. Como grupo de convivencia, entre subsaharianos y magrebies, se acentúan las actitudes del respeto, el diálgo y la tolerancia. Por cierto, no es tarea fácil.
En el Centro de día, se da cita el grupo de personas más numeroso, desde niños de primaria y secundaria, hasta personas adultas que participan en los diferentes talleres que ofrecemos en colaboración, especialmente, con Cáritas.
Y no nos olvidamos del proyecto AMAL (Esperanza), que se lleva a cabo fuera de los locales del Hogar, en Puerto III, donde semanalmente, un grupito de voluntarias anima actividades con los internos de la cárcel.
Claro que para llevar esta iniciativa social, se requiere de personas entregadas y disponibles, estoy refiriéndome tanto a los voluntarios, como a los profesionales. Precisamente la responsabilidad institucional, que tiene la Asociación Hogar la Salle, es la de disponer de un personal cualificado que favorezca la interaccion de todas las personas, de las que venimos hablando, con vista a la integración social que pretendemos.
Formamos una familia variopinta, sí, pero familia. De ahí que el lema: Sí, la fraternidad es posible, queremos que impregne toda la vida cotidiana en el Hogar la Salle, desde la mañana a la noche. El empeño es ambicioso, pero ni siquiera las dificultades que van apareciendo, en el día a día, merman nuestra ilusión por llevar adelante este hermoso proyecto.

Somos conscientes de que disponemos de poco tiempo, y que nuestra aportación es modesta, porque los procesos formativos y educativos duran toda la vida, pero, en el margen que disponemos de meses y de pocos años, no escatimamos esfuerzos para que, lo que ofrecemos, no se quede en saco roto. La verdad es que en estos asuntos, no nos diferenciamos de las demás Instituciones,  Asociaciones y Ongs, de este sector social, por eso  mismo, junto con ellas, seguimos en el intento.
En todo esto, una palabra clave es la interacción de todos con todos. La experiencia de años me viene confirmando, que si puedo aportar algo a los demás es porque estoy abierto a recibir sus aportaciones. No educo sino me dejo educar. La confluencia de tantas culturas y creencias en el Hogar, es una riqueza para todos. Y todos salimos ganando, por eso hablamos de integración.

Estamos tejiendo la utopía de que otro mundo es posible, creemos que la sociedad no puede seguir discriminando, dividiendo, construyendo fronteras, rechazando y excluyendo a los pobres y marginados. Tenemos la firme convicción de que todas las personas tenemos la misma dignidad y derechos humanos, es más, que formamos la gran familia humana en la que caben todas las creencias, razas, hombres y mujeres,... de ahí nuestros desvelos por conseguir la integración y convivencia entre todas las personas.






domingo, 21 de mayo de 2017

LAS FIESTAS PRIMAVERALES: EL MEJOR SELFIE (Autorretrato) SOCIAL



Se despierta el invierno y se viste de fiesta primaveral. Los días se van haciendo más largos, las calles se adornan con macetas de variadas flores, los campos se adornan con múltiples colores, en fin, todo un esplendor de la vida que nos sonríe. Me contaba mi hermana, que las fiestas del pueblo, un año más, habían sido un éxito. No es que acompañara el tiempo,  pero las calles se llenaron, al paso de la Virgen de la Cabeza, de música,  galopeo, adornos en las ventanas y, como no, de las danzas tradicionales de los tunos, gitanillas y danzantes. Nos gusta volver a nuestras raíces.
Parecido ambiente se repite en casi toda la geografía española. Nos suenan, por su fama, la feria de Sevilla, la romería del Rocío, pero no se quedan a la zaga, las de otras poblaciones. Sin ir más lejos, la de Jerez, que terminaba ayer,  con sus caballos enjaezados, que ornamentaban las calles con sus carros y  jinetes, además, de bellas mujeres con sus trajes de flamenca. En las fiestas la gente se adecenta con sus ropajes más elegantes, derrochando alegría y colorido con sus adornos y dando una vistosidad digna de los dioses. La verdad es que cada población se engalana con imaginación, siendo una forma de expresar, su poderío, su valía y rango social.
Claro, que ya nos dice el refrán que “cada uno cuenta la feria como le va en ella” ¡Y qué verdad tiene! Aunque, diga lo que diga la sentencia popular, las ferias y las fiestas,  son un tiempo y espacio, que se da la población para romper las rutinas; olvidarse de sus penas y afanes de cada día; divertirse, pasarlo bien y gozar de la vida. Ya sé que estamos saliendo de la crisis, pero, aún en estas circunstancias, se hacen más necesarias las fiestas, dado que nos damos la oportunidad, al menos, de festejar la vida.
En estos días se llena el ambiente de complicidad: Cuántas familias tienen unos días para estar todos juntos, alegrándose los hijos  y disfrutando sus padres. Cuántos amigos buscan la ocasión para tomar unas copas y contarse las últimas historias. Cuántas adolescentes se inician en los primeros amores, o las parejas refuerzan sus relaciones en este buen ambiente. Cuántas personas se relajan y curan el estrés con unas cañitas y bailes en el tablao o en la plaza. Hasta la gastronomía contribuye a que todo se realce para la ocasión. Bueno, y algunos excesos no regatean su presencia.
Por otro lado,  muchas familias tienen su futuro asegurado. En estos días los feriantes no descansan con tanto movimiento y trabajo. La calle del infierno, delicia para los niños, con sus diferentes atracciones y aparatos, dan ocupación a una numerosa población, laboriosa y sacrificada, que miran al cielo para que el buen tiempo, favorezca sus ingresos. Muchos bares y casetas, tienen en estos días, una oportunidad para llenar sus arcas y hacer viable, tanto la economía familiar como la de Asociaciones y ONGS, que andan muy escasas de presupuesto para sus tareas.
Ahora bien, si observamos con atención, detrás de los adornos y de la música verbenera; hay personas, que aun estando en feria y participando del ambiente festivo,  la procesión la llevan por dentro.  Al final, la feria, es la misma sociedad pero de fiesta. Y si la sociedad se manifiesta en todo su esplendor y colorido, con sus músicas y flores; la misma sociedad se hace patente con sus “hijos” más menesterosos y desheredados. Los primeros que te encuentras son los aparca coches; más adelante los que venden tabaco; después las que quieren que les compres un clavel; también la persona de color que saca, de su repleta mochila, relojes, pulseras o gafas de sol; y, cómo no, el vagabundo, que ha cambiado la esquina de siempre, y se ha venido al ferial, esperando la generosidad de la buena gente.
Y, sin embargo, pienso, que para todo el mundo, las ferias o fiestas populares, no dejan de ser unos días diferentes, rebosantes de alegría y esperanza; generosos en bondades y amistad. Es más, diría que son un tiempo gratuito para saborear la propia existencia.

domingo, 14 de mayo de 2017

EL CAMINO HACIA UNO MISMO PARA ENCONTRARSE EN SU INTERIOR



¿Cuánto tiempo dedico a mi mundo interior? Es decir, que me dedico a mí mismo. Esta es una de las cuestiones vitales que debemos retomar de vez en cuando. Mejor dicho, pregunta que tengo y debo hacerme, sin excusas. Siempre estamos pensando en los demás, lo cual está bien, como seres sociales que somos, puesto que no somos islas. Pero esa dimensión, tan importante, que compartimos con las otras personas, la de nuestra propia identidad, a mi modo de entender, tiene que empezar el primer movimiento, en uno mismo.
Esto no es nuevo, ya lo hemos pensado y comentado en otras ocasiones, pero es evidente que dedicamos poco tiempo a nuestra realidad más profunda, a nuestro ser más personal, o sea, a nuestro crecimiento como personas: hombre y mujer, tanto monta monta tanto, que se diría en la sabiduría popular.
La vida nos va distrayendo de otros asuntos y preocupaciones: familia, amigos, trabajo,... que son muy importantes y necesarios, pero siempre que no nos despisten de nuestro ser interior, de aquello que nos identifica con nuestra propia realidad personal y que da fortaleza a nuestra existencia.
Pero tenemos un problema, y muy grave: ¿no tenemos tiempo para estas cosas? Ni si quiera cuando llegan las vacaciones. Estamos tan ocupados, que nos faltan esos cinco minutos al día,  o media hora a la semana, incluso, tal vez un par de horas al mes,.. Digo yo, que si somos tan mezquinos, para con nosotros mismos, ¿qué calidad le damos al encuentro con los demás? No nos engañemos, para lo que nos gusta, siempre disponemos de tiempo, pero, para lo que nos cuesta ¡y mucho esfuerzo! Curiosamente no disponemos de tiempo.
Bucear en nuestro interior, no es fácil, como en todas las cosas de la vida hay que aprenderlo. Pero hay una dificultad añadida, que lo de encontrarse con uno mismo, inevitablemente, nos exige confrontarnos con nuestra realidad personal. Y, la verdad, en ocasiones no nos gusta vernos en nuestro espejo particular.
Ahora bien, lo más grande de este asunto, es la satisfacción de hacerse uno dueño de sí mismo, llevar el timón de su barca, conducirse –aunque con dificultades- por los reveses de la vida. Todo un arte, en este mundo tan complejo en el que vivimos. Porque cuando una persona gobierna su vida, está más que capacitado para acompañar y estar con los demás en sus propios crecimientos como personas. Nuestras parejas, nuestros hijos, nuestras amistades y nuestros compañeros lo agradecerán.
Creo que coincidiremos en que dedicar un poquito más de tiempo "a nuestras cositas personales" favorecerá, incluso, las buenas relaciones con los demás. Cada vez estoy más convencido de que caminar hacia uno mismo, te da las referencias idóneas para hacer mejor el camino hacia los demás. Como digo, lo tengo comprobado.
Es curioso cómo en la actualidad, están apareciendo en las redes sociales numerosas llamadas, experiencias, métodos, programas que nos invitan a la interioridad. Como sabemos, los propios centros educativos están incorporando estas actividades de la educación en la interioridad. Bueno, es un paso muy importante y debemos potenciarlo.
En fin, no quiero quitarte más tiempo, pues, te corresponde continuar la reflexión a ti.


domingo, 7 de mayo de 2017

DEL MAL QUE HACEMOS LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO DE HOY



Con relación al mal que hay dentro de la Iglesia, los dos últimos Papas, han hecho numerosos comentarios, para la reflexión de hoy he rescatado dos de ellos:
El Papa, Benedicto XVI, dijo a los periodistas, camino de Portugal, la siguiente frase: "Hoy vemos de una forma realmente terrible que la mayor persecución de la Iglesia no proviene de los enemigos externos sino que nace del pecado dentro de la propia Iglesia". (11 de mayo de 2010)
Por su parte, el Papa Francisco, más recientemente, ha dicho: "Todos sabemos: en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en nuestros barrios, cuánto daño hacen a la Iglesia y son motivo de escándalo, aquellas personas que se profesan tan católicas y van a menudo a la iglesia, pero después, en su vida cotidiana descuidan a la familia, hablan mal de los demás, etc. Esto es lo que Jesús condena porque es un antitestimonio cristiano”. (30 de agosto del 2015)

Estamos acostumbrados a echar balones fuera y afirmar, con ligereza, aquello de "en estos calamitosos tiempos"... siempre pensando que los demás son los que están muy mal y dejamos caer, también, que se meten mucho con la Iglesia. En muchos discursos, homilías y entrevistas de la Jerarquía eclesial, se enumeran extensamente, los males que hay en la sociedad.
Sin abandonar el ser la "conciencia crítica" para la sociedad, como diría el Cardenal Tarancón en los años 70 y 80, ya que tenemos derecho a ser una voz más, que valore lo que está pasando en un sentido o en otro; sin embargo, nos corresponde mirarnos un poquito más -y si cabe- ser más autocríticos con los asuntos de la propia casa.
Las palabras de Benedicto XVI y Francisco, siguen en la línea de los últimos tiempos de pedir perdón por tantas cosas que ha hecho y hace mal la Iglesia. Pero creo que van más allá y plantean que no nos detengamos en mirar la "paja en el ojo ajeno, sino que analicemos -en profundidad- la viga que tenemos en el nuestro".
A estas alturas hago una importante aclaración: Cuando cito a la Iglesia me estoy refiriendo al Pueblo de Dios en sus diferentes vocaciones: Laical, Sacerdotal y Vida Religiosa, llamados –todos- por el mismo Dios, desde el Bautismo, a ser testigos del Evangelio.
Por consiguiente lo del mal en la Iglesia, es cosa de más gente, no solo de la jerarquía. Digo esto porque igual nos viene bien recordar aquella escena del evangelio, en la que un grupo de personas, muy religiosas, llevaban a una mujer adúltera, con la intención de apedrearla, y lo único que les dijo Jesús, fue aquello de que "quién esté limpio de pecado que tire la primera piedra", nos sigue diciendo el evangelio que todos se fueron. Al menos fueron valientes y sinceros y se quitaron de en medio, ante la evidencia de que lo de tener pecados,... pecados, también tenía que ver con ellos.
Hoy la Iglesia, tiene que dejar de tirar piedras a los demás. Aunque es verdad que hay cristianos que ya van por el buen camino, sin la menor duda, hay muchos Religiosos, muchos Sacerdotes, y muchas Familias Cristianas, que además de no ser testigos de los valores del evangelio, son verdaderas piedras de escándalo, tanto para los propios cristianos, como para los hombres y mujeres que viven con nosotros.

En el seno de la Iglesia –Pueblo de Dios- tenemos a cristianos corruptos, hipócritas, pederastas, machistas, autoritarios, ladrones, violentos, usureros, etc., etc. Que cada cual haga su lista.
A tenor de lo que nos dicen los Papas, Francisco y Benedicto XVI, igual nos corresponde hacer una reflexión sincera, hoy, en la misma línea del texto evangélico que hemos citado. Y no se trata de que salgamos en los medios de comunicación social y hablemos de lo que ocurre en la sociedad, y de cómo se meten con la Iglesia, o sea con nosotros; igual tenemos que mirar hacia nuestros contextos familiares, laborales y lo mismo en el contexto de las comunidades religiosas, instituciones eclesiales... en fin, sería interesante que viésemos en qué somos o no somos verdaderos testigos del evangelio para nuestro mundo de hoy... y no olvidemos lo de la omisión.