BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 27 de octubre de 2019

EL SÍNODO AMAZÓNICO: "QUE EL ÁRBOL NO NOS IMPIDA VER LA SELVA (EL BOSQUE)"


Me acabo de leer el documento final del Sínodo de la Amazonía. ¡Qué gozada! En tan solo 120 puntos recogen todos los asistentes,  lo mejor que el Pueblo de Dios, puede ofrecer al mundo de hoy, empezando por la misma Amazonía, como sabemos, un espacio común de 9 países y con graves problemas estructurales.
Pero claro, ya sabemos que los medios de comunicación y las redes sociales, se encargan de minimizar “el asunto”, para desviar la atención sobre la contundencia con la que exponen las reflexiones y conclusiones, que aparecen en este documento sinodal y, para ello, se centran en temas, que son también muy importantes, pero que – a mi modo de entender- los ponen “como cebo” para que olvidemos lo que  verdaderamente hay de fondo.
Siempre lo del “árbol que nos impide ver el bosque”. Bueno en este caso, quieren que no veamos el bosque (la selva amazónica). Por consiguiente, con la excusa del árbol, léase´, Sacerdotes casados y Diaconado de la mujer, junto con lo del Rito Amazónico, desean desviar nuestra atención y que no nos adentremos, en los verdaderos problemas que nos presenta la Amazonía, en relación con las injusticias y tropelías que se hacen con sus habitantes y la destrucción ecológica de su hábitat. Esto sí que es fundamental.
A modo de información, recojo el esquema del documento:
·         INTRODUCCIÓN 
·         CAPÍTULO I: AMAZONÍA: DE LA ESCUCHA A LA CONVERSIÓN INTEGRAL 
·         CAPITULO II: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN PASTORAL 
·         CAPITULO III: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN CULTURAL 
·         CAPITULO IV: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN ECOLÓGICA  
·         CAPITULO V: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN SINODAL
·         CONCLUSIÓN
Después de una rica exposición y justificación que se hace, a favor de la Amazonía y a todos los niveles, donde hay denuncias proféticas y defensa de la dignidad de las personas y sus derechos humanos, por las grandes injusticias que se ceban sobre ellas, expone numerosas maneras para defender a la naturaleza y sus habitantes que viven en ella.
Es en el contexto de la Sinodalidad, y a partir del los números 94 y 111, por enmarcar la reflexión, cuando aparecen estos temas, que los Medios de Comunicación quieren hacernos ver que son los claves del Documento Sinodal. Claro que son importantes, en anteriores reflexiones hemos hablado de todo estos asuntos, pero que no nos manipulen para desviar la atención del mensaje integral que nos ofrecen en el Documento del Sínodo presentados por los Obispos al Papa Francisco.
Creo que lo interesante es que leamos todos, este rico documento, y podamos hacer en nuestras vidas la conversión que nos pide.

domingo, 20 de octubre de 2019

EL DOMUND NOS RECUERDA NUESTRO COMPROMISO DE BAUTIZADOS


Mis recuerdos llegan a la infancia y de las imágenes, que se agolpan en la memoria, están las Misiones Populares de los años 60. Nos tocaba, a los monaguillos, anunciar por las calles del pueblo que habían llegado los 'misioneros'. Luego, en los 70, aparecieron las huchas con caras de 'negritos', 'chinitos',... y el paisaje de las calles se coloreaba de multitud de niños de los colegios, con sus huchas en las manos, solicitando la generosidad de los viandantes.
Según van pasando los años, uno se entera del sentido y significado de todas aquellas movidas infantiles y juveniles. Este año, la campaña del DOMUND (DOmingo MUNDial), da en la diana. La palabra clave sigue siendo Misión. Pero es que, además, de forma explícita añaden dos palabras que deben de ser inseparables: Bautizados  Enviados: Todos los cristianos somos misioneros, allá en donde estemos..
En los últimos tiempos, se habla en la Iglesia, de la Nueva Evangelización. El Papa Francisco, casi sin decirlo, le está dando un notable impulso. Los cristianos estamos convencidos de que el mensaje de la Buena Noticia, el Anuncio del Reino de Dios, sigue siendo una buena alternativa al mundo de hoy y de siempre. Por eso miles de hombres y mujeres se van de su pueblo, de su ambiente familiar, de su país y se lanzan a la hermosa y comprometida aventura, de ser 'voceros' y pregoneros del Reino.
Estos misioneros del siglo XXI, ya no van con espadas o fusiles acompañando a los conquistadores y colonizadores. Hoy llevan palas y carretillas, libros y medicinas, ropa y comida. Decían en una reunión de obispos, en la década de los 70, (algunos mitrados tendrían que leer las actas de aquellas reuniones) que no es posible la evangelización, si antes la Iglesia no apuesta por la justicia en el mundo. Vamos, que de nada sirven los rezos, sacramentos, procesiones,... si antes no se da un compromiso por los empobrecidos, los sin techo, los marginados, (sigan, sigan...)  para que vivan y tengan unas condiciones más humanas y progresen, participando de pleno derecho, en la sociedad llamada del bienestar.
No se trata de dar limosnas, o enseñarles que en la otra vida les irán mejor las cosas. Para eso que no sean misioneros y se queden en sus casas, con sus familiares. Se trata de curar las enfermedades, enseñar a los analfabetos, promocionar a los pueblos, denunciar las injusticias, defender sus derechos pisoteados, construir dispensarios y pozos, dar de comer,... y anunciar la Buena Noticia.
Pero no se crean, que estas cosas hay que hacerlas - solo - en los países llamados de misión. No hay que irse al continente africano, por ejemplo; también en Europa (a lo mejor más que en África) es necesario aplicar con todas sus consecuencias esta campaña del DOMUND. Quiero recordar, que Juan Pablo II, cuando vino por primera vez a principios de los 80, nos dijo que España, también era un país de Misión.
Yo creo, que esto de ser misionero, es de todas las personas que nos decimos cristianas. Y que estemos en donde estemos, tenemos que tener en cuenta el mandato de Jesús: "Id y enseñad".

domingo, 13 de octubre de 2019

¿TE HAS OLVIDADO DE TI MISMO? ¿CUÁNDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE TE DEDICASTE TIEMPO?

Me gusta recordar reflexiones de años antriores porque no debemos olvidar estos asuntos pesonales
¿Cuánto tiempo dedico a mi mundo interior? Es decir, que me dedico a mí mismo. Esta es una de las cuestiones vitales que debemos retomar de vez en cuando. Mejor dicho, pregunta que tengo y debo hacerme, sin excusas. Siempre estamos pensando en los demás, lo cual está bien, como seres sociales que somos, puesto que no somos islas. Pero esa dimensión, tan importante, que compartimos con las otras personas, la de nuestra propia identidad, a mi modo de entender, tiene que empezar el primer movimiento, en uno mismo.
Esto no es nuevo, ya lo hemos pensado y comentado en otras ocasiones, pero es evidente que dedicamos poco tiempo a nuestra realidad más profunda, a nuestro ser más personal, o sea, a nuestro crecimiento como personas: hombre y mujer, tanto monta monta tanto, que se diría en la sabiduría popular.
La vida nos va distrayendo de otros asuntos y preocupaciones: familia, amigos, trabajo,... que son muy importantes y necesarios, pero siempre que no nos despisten de nuestro ser interior, de aquello que nos identifica con nuestra propia realidad personal y que da fortaleza a nuestra existencia.
Pero tenemos un problema, y muy grave: ¿no tenemos tiempo para estas cosas? Ni si quiera cuando llegan las vacaciones. Estamos tan ocupados, que nos faltan esos cinco minutos al día,  o media hora a la semana, incluso, tal vez un par de horas al mes,.. Digo yo, que si somos tan mezquinos, para con nosotros mismos, ¿qué calidad le damos al encuentro con los demás? No nos engañemos, para lo que nos gusta, siempre disponemos de tiempo, pero, para lo que nos cuesta ¡y mucho esfuerzo! Curiosamente no disponemos de tiempo.
Bucear en nuestro interior, no es fácil, como en todas las cosas de la vida hay que aprenderlo. Pero hay una dificultad añadida, que lo de encontrarse con uno mismo, inevitablemente, nos exige confrontarnos con nuestra realidad personal. Y, la verdad, en ocasiones no nos gusta vernos en nuestro espejo particular.
Ahora bien, lo más grande de este asunto, es la satisfacción de hacerse uno dueño de sí mismo, llevar el timón de su barca, conducirse –aunque con dificultades- por los reveses de la vida. Todo un arte, en este mundo tan complejo en el que vivimos. Porque cuando una persona gobierna su vida, está más que capacitado para acompañar y estar con los demás en sus propios crecimientos como personas. Nuestras parejas, nuestros hijos, nuestras amistades y nuestros compañeros lo agradecerán.
Creo que coincidiremos en que dedicar un poquito más de tiempo "a nuestras cositas personales" favorecerá, incluso, las buenas relaciones con los demás. Cada vez estoy más convencido de que caminar hacia uno mismo, te da las referencias idóneas para hacer mejor el camino hacia los demás. Como digo, lo tengo comprobado.
Es curioso cómo en la actualidad, están apareciendo en las redes sociales numerosas llamadas, experiencias, métodos, programas que nos invitan a la interioridad. Como sabemos, los propios centros educativos están incorporando estas actividades de la educación en la interioridad. Bueno, es un paso muy importante y debemos potenciarlo.
En fin, no quiero quitarte más tiempo, pues, te corresponde continuar la reflexión a ti.

domingo, 6 de octubre de 2019

LA VIDA COTIDIANA: LO ÚNICO QUE TENEMOS DE VERDAD


En el día a día, nos jugamos el éxito de nuestra existencia y de nuestra felicidad. Los grandes héroes, lo son, por las hazañas puntuales que realizan. Todos conocemos mil historias de ciudadanos normales, anónimos, que son capaces de entrar, en una casa ardiendo, para sacar a una persona mayor impedida; o lanzarse a un río, para salvar a un niño. La historia nos demuestra, que cualquiera, puede ser héroe, eso sí, ocasionalmente.
El verdadero heroísmo, sin embargo, desde mi punto de vista, se realiza en la vida cotidiana, es decir, de la mañana a la noche y, así, todos los días, con sus 24 horas. Muchas veces, me he hecho la siguiente pregunta: ¿Para cuándo vivir los grandes valores, de los que se nos llena la boca cuando hablamos con otras personas? Parecería que necesitamos situaciones especiales, o que deberíamos irnos a otros países para vivirlos. No, ahí no está la respuesta.
Creo que la paz, el respeto, la tolerancia, el perdón, la justicia, la responsabilidad, la libertad, el amor, la honestidad, el diálogo, la fe para los creyentes,... y todos los que quieran añadir, se viven, se tienen que plasmar en la vida cotidiana. Por consiguiente, todo este asunto empieza a funcionar desde que suena el despertador. En la misma cama, cuando decidimos levantarnos, ahí, se inicia nuestro heroísmo.
Tanta rutina, nos hace olvidar el gran valor de levantarse, preparar el desayuno, desear un buen día a la pareja, disponer todo para que los niños vayan al cole; ponerse el mono o la chaqueta o el uniforme para ir al trabajo, además, con ganas de contribuir a cambiar el mundo. Finalmente, despedirse al salir de casa, con cariño y afecto. ¡Total ná! Y acabamos de empezar el día.
Después, viene el trabajo en la casa, en la fábrica, en la oficina, en el kiosco, en la escuela, o en la fila del INEM. Y un día, y otro día, tratando de ser amable, favoreciendo la convivencia y el compañerismo, siendo responsable en las obligaciones, cumpliendo con las normas básicas de un bueno ciudadano. Y, así, todos los días. ¡Esto sí que es para quitarse el sombrero!.
Luego, al caer la tarde, la familia va volviendo a casa. Eso sí, cansados todos, de la jornada laboral. Pero entonces, la vida del hogar, recobra su protagonismo. La pareja necesita de sus tiempos para seguir creciendo, los hijos, precisan de la atención que les ayude a criarse con una buena educación; también, surgen las relaciones -espontáneas y necesarias- con los vecinos u otros familiares.
Y también se hace cotidiana, la hora semanal de voluntariado en una ONG, pues, todos queremos un mundo mejor, (todo lo cual requiere, diálogo, cordialidad, confianza, solidaridad, presencia, cariño, perdón, ternura,...), en fin la vida misma. Hasta que, después de la cena, todo se organiza para descansar y dormir, pues, el día siguiente, continuará con la vida cotidiana.
Ya sabemos que un rosal no hace un jardín, pero muchos rosales, jazmines, geranios, tulipanes,... consiguen embellecerlo, con su colorido, y llenar el aire, con su fragancia, para que todo el mundo lo disfrute.
Para mí, que el verdadero heroísmo, consiste en levantarse, cada mañana, cuando suena el despertador y llegar por la noche, a la cama, con la conciencia de haber aguantado el tipo.