BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 12 de septiembre de 2021

COMO CRISTIANO: ¿CUÁNTO DE LA VIDA - DE JESÚS DE NAZARET - HAY EN MI VIDA?

No estoy preguntando cuántas cosas conozco sobre Jesús, pues, la verdad, pueden ser muchas o pocas, según con quien me pudiera comparar, que no es mi propósito.
Escuché una historia hace bastantes años que me llamó mucho la atención: Se llamaba Juan y era un ex-alcohólico, ex-maltratador, ex-vividor, ex-... Le preguntó un amigo, que si era cristiano, que le contara cosas sobre Jesús. Le contesto que no sabía ninguna, lo cual casi era una vergüenza.
El amigo le volvió a preguntar, entonces, al menos dime qué cosas hizo. Le volvió a contestar, ya un poco apurado, que no sabía ninguna
Insistió el amigo con otra cuestión, bueno, por lo menos sabrás alguna de sus enseñanzas. Casi no le salían las palabras de la vergüenza que tenía, aún así logró decirle que no conocía ninguna de sus enseñanzas.
El amigo, un tanto extrañado, le dijo que no entendía porque se había hecho cristiano. Aquí, Juan, sí supo contestar casi con orgullo:
Resulta que antes de conocer a Jesús y seguirle, me emborrachaba con el dinero que cobraba del trabajo, dejando a mi familia muerta de hambre. Mi mujer y mis hijos temblaban de miedo cuando llegaba a casa, porque sabía que les esperaba una paliza. En el trabajo me despidieron varias veces por lo informal e irresponsable que era, con lo cual anduve buscando cualquier trabajo que me dieran. En ocasiones tenía que robar para pagar mis vicios. Y me burlaba e insultaba a la gente, sobre todo a los marginados y
más pobres... así podría seguir diciéndote más desastres de mi vida.
Pero, cuando conocí a Jesús y decidí hacerme cristiano, me hice un hombre nuevo. En mi familia se alegran cuando regreso a casa del trabajo. En el trabajo me valoran por lo trabajador que soy y me confían tareas de mucha responsabilidad. Mis vecinos saben que pueden contar conmigo cuando lo necesiten y mis amigos acuden con la seguridad de que pueden confiar en mi lealtad. Y los pobres, cuando me ven se acercan a saludarme porque saben que me gusta estar con ellos... resulta que todo esto se lo debo a Jesús, que un día se acercó a mi, aunque era una piltrafa humana y me levantó para darme un abrazo, sin echarme en cara nada de lo que había hecho hasta entonces. Por eso soy cristiano y sigo con alegría a Jesús..
 

domingo, 18 de julio de 2021

¿CÓMO PUEDO VIVIR BIEN, CUANDO OTRAS PERSONAS VIVEN MAL?

 Esta es una pregunta que me vengo haciendo desde hace muchos años. Desde mi condición de creyente en Dios, que es Padre y Madre, no acabo de entender que unos vivamos muy bien y otros lo pasen muy mal. Entiendo, que el Dios en el que creo, quiere el bien para su hijos e hijas, que sean felices y, sin embargo, existen distancias cada vez más abismales ente los que disfrutamos de la vida y los que malviven, incluso, hasta morir de hambre. Y, lo peor sería, que para vivir bien, necesite que otros vivan mal.

El que yo viva bien, seguro que es una satisfacción para Dios: ¡Objetivo cumplido! Pienso que es algo parecido a cuando en la familia, a los hijos, les va bien en la vida. A los padres se les ve felices. Aunque, vengo observando, que también la familia se preocupa por los más indefensos de la misma; el último ejemplo notorio lo tenemos con esto de la pandemia.

Por consiguiente, de lo que se trata, es de llegar a vivir bien, disfrutar de la vida en plenitud, eso sí, todos los hombres y mujeres, empezando en la infancia y terminando en la ancianidad. Los cristianos tenemos la suerte de disponer del mensaje de la Buena Noticia, del Evangelio y, en concreto, de las Bienaventuranzas, el sueño de Dios para la humanidad. No acabo de entender que después de 2000 años, hayamos avanzado un poquito. Y eso que el mandato de Id y enseñad es asunto de todos los bautizados.

La parábola de la levadura es muy ejemplar. Cuando hay levadura en la masa, ésta fermenta y podemos hacer el pan. Pero si la levadura, -pongamos por ejemplo- la acaparan unos pocos o la dejamos estropear, igual no llega al resto de la harina para que fermente y entonces no tendremos pan para comer. Eso sí disfrutaremos de pan tierno, pero solo unos pocos.

Mi estupor llega a su máxima expresión cuando observamos que en la Iglesia, en general, parte de la jerarquía y de la vida religiosa, como muchos seglares, andan más centrados en su intereses (acaparar la levadura) que en el bien común, tanto del Pueblo de Dios, como de la sociedad en general. Aquí falla algo. 

Como el objetivo es que todo el mundo vivamos bien, aunque por las circunstancias algunas personas ya vivimos bien, ese bienestar no puede quedarse en nosotros, es un deber por nuestra parte, comprometerse a colaborar y facilitar -a los que viven mal- (y no tienen levadura), para que también ellos alcancen el mismo objetivo, y vivan igual de bien que nosotros. Vaya a ser, como decían algunos de los primeros cristianos, que los que tenemos la suerte de tener todas las necesidades cubiertas y además nos sobre, resulte, que se interprete que se lo hemos robado a los que no tienen y por eso viven mal. Vamos que no podemos permitir que otros vivan mal, entre otras cosas porque son de la familia.

domingo, 11 de julio de 2021

EL MUNDO CAMBIARÁ... SI YO CAMBIO

 Cada vez lo veo más claro. Alguien me dirá, con las calores que hace y... estos asuntos ahora. Me da igual que haga mucho calor o mucho frío. Justo en estos momentos (con mucho frío o mucho calor) hay niños que sufren la guerra, hay niñas que son explotadas sexualmente, (acaso no merecen nuestra atención). En estos instantes, ha personas migrantes, que van de un lugar a otro a riesgo de perder sus vidas (acaso no merecen nuestra atención).Ahora mismo hay gente que vive en la miseria, sin casa, sin trabajo, con enfermedades (acaso no merecen nuestra atención) Hoy se han muerto miles de hombres y mujeres de hambre (acaso no merecen nuestra atención)  ¡Qué más da la época del año en que vivimos!

Somos tan indiferentes, tan 'grises', tan cómodos, que todo lo que salga de nuestros intereses nos viene grande y ajeno a nuestras vidas. ¡A mí que me importan los demás! Yo voy a lo mío, que bastante tengo, con lo mío. Claro que podríamos preguntarnos ¿Qué es lo mío? Algún niño diría que la ropa, mis juguetes, la comida del frigorífico, la habitación donde duerme, el agua con la que juega, el coche donde viaja, las chuches que come,... ¿Qué diríamos los adultos?

A lo mejor tener móvil exige violencia; igual vestir ropa de moda conlleva explotación infantil; tal vez las fresas que como no se han pagado con justicia al recolector; lo mismo el papel higiénico que uso viene de la deforestación de grandes bosques,... ¿Aún pienso que lo mío no tiene que ver con el mundo que me rodea y las personas que vivimos en él? ¡Vamos ya!

Este mundo tan desigual, tan injusto, tan explotador, tan violento, tan egoísta, tan hedonista, tan indiferente, con tantas vallas y muros,... ¿tiene arreglo? Pues, claro.

Claro que tiene arreglo. Pero las soluciones, ni vienen de los gobiernos, ni de los ricos. Estamos muy equivocados. No crean que vienen de las religiones o ideologías rimbombantes; no, ese no es el camino. Lo tenemos más fácil. 

Todo empieza por uno mismo. El cambio viene,... si yo cambio. También se puede decir al revés, cuando yo cambie, entonces, cambiará el mundo. Y aquí está lo difícil, aquí se complica todo.

Porque, si yo quiero la paz, tengo que ser un hombre pacífico, abandonar la violencia.

Porque, si yo quiero la justicia, tengo que ser un hombre justo y honesto.

Porque, si yo quiero la solidaridad, tengo que dejar el egoísmo, la usura, acaparar la riqueza.

Porque, si yo quiero la libertad, tengo que dejar de manipular, las modas, las esclavitudes.

Porque, si yo quiero el amor, tengo que abandonar la envidia, el odio.

Porque, si yo quiero el diálogo, tengo que abandonar la intolerancia, la cabezonería.

Porque, si yo quiero puentes, tengo que rechazar los muros y alambradas.

¡Vamos! que si yo cambio, seguro, seguro, que cambiará el mundo.

domingo, 4 de julio de 2021

DE LAS CONVERSACIONES QUE ESCUCHAMOS EN LA CALLE, PASEANDO

 


Cuantas veces vas por la calle, y sin querer, oyes frases de la gente que va charlando. Eso sí, a medias. Parecería que si no decimos las cosas en voz alta no nos escuchan y eso que los tenemos al lado. Por eso, sin querer (queriendo) nos enteramos de todo. En un momento dado escuché a una persona: "¡Con lo bien que podíamos vivir!"  Y sin embargo preferimos el plato de lentejas de la historia. 

Con lo bien que podíamos vivir y, sin embargo,  no sé cómo complicamos las cosas que para muchos hombres y mujeres, la misma vida es un grandísimo problema ¡Que retorcidos somos! Luego me pregunté por el sentido que le podemos dar a esa frase. Lo de vivir bien creo que es el anhelo que tenemos y deseamos para nuestra familia, nuestros amigos, nuestro pueblo, nuestro país y el mundo en general.
Vivir bien, sin duda, se puede referir a que los niños -todos- tienen una familia, un hogar, un lugar en donde crecen como personas; su madre y su padre les crían y educan pensando en su felicidad, no les falta lo necesario para vivir con dignidad; vamos, ponen los cimientos para que sean felices.
Tal vez, vivir bien quiere decir que la infancia y juventud, tienen escuelas, en las que aprenden a convivir y socializarse, se educan en valores como la solidaridad, la justicia y la paz. Espacios que favorecen la creatividad, se aprende la cultura que tanto necesitamos y se ponen las bases para innovar, crear y avanzar para construir un mundo, todavía mejor.
A lo mejor, vivir bien es el resultado del esfuerzo común, que todos los seres humanos aportamos a este mundo globalizado para que no haya guerras, ni violencia; no existan muertes por hambre o enfermos incurables; no haya inmigrantes desesperados, ni parados fracasados o desahucios inhumanos y, menos aún, familias desestructuradas y rotas.
Pero no. Preferimos el plato de lentejas.  Queremos saciarnos de inmediato, consumir rápido, vivir el momento con intensidad. Dejarnos llevar por las circunstancias. No controlar nuestros impulsos más primarios. Si para obtener un puesto mejor en el trabajo, hay que pisar al compañero, pues, se pisotea. Si me enriquezco por la vía rápida aunque me haga corrupto, engañe a los demás, explote a los empleados,… lo que importa es que yo sea rico. Si para disfrutar a tope, la droga o el alcohol me ayudan, pues a darse un buen chute. Las consecuencias ya las conocemos. Y lo de vivir bien queda en el olvido.
Lo del plato de lentejas tiene su explicación en un relato bíblico. Cuenta que dos hermanos, Esaú y Jacob, tenían sus rivalidades y un buen día, Jacob, que por lo visto era un buen cocinero, tenía la comida preparada y, a esto, que llega su hermano Esaú, casi muerto de hambre, y le propone con urgencia, que le dé un plato del guiso sabroso que había hecho, a cambio de darle su herencia cuando llegase el momento. Y así fue. Quedó muy a gusto y satisfecho con el plato de lentejas que se comió, pero perdió la herencia. No deja de ser un relato, una historia pasada. Pero de rabiosa actualidad.

domingo, 27 de junio de 2021

¡LAS VACACIONES HAN LLEGADO! AUNQUE NO TODOS LAS DISFRUTARÁN

 



Uno vive de cerca tantas cosas, que le surgen estas paradojas. Sin duda, las vacaciones son un tiempo privilegiado, aunque no todas las personas las pueden disfrutar. ¡Cómo tantas otras cosas de la vida! Aún más, en esta ocasión se presentan otras circunstancias que las hacen especiales. La dichosa pandemia, va a tener todavía sus consecuencias.

No obstante, en nuestro contexto, llega el verano y se activa un tiempo especial, muy esperado, por la infancia y la adolescencia, y más después de un curso "tan raro" y tenso que han vivido. Bueno y para los adultos. Pero siguiendo con lo de las vacaciones, nos dice, la Real Academia, la palabra vacación, significa: Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios. En esta situación - de descanso - es en la que nos encontramos. Ahora es cuando nos podemos preguntar: Bueno ¿Y qué hacemos? Pues, qué vamos a hacer, lo de todos los años, ya que no es la primera vez que tenemos vacaciones. 

Aunque el dichosos virus nos siga preocupando, pienso que es bueno relajar la tensión y vivir sin tanto agobio, aunque sin bajar la guardia. Por todo lo cual se me ocurren varias ideas:

  1. Descansar de las rutinas y costumbres cotidianas. Es bueno romper los ritmos de los horarios tan marcados que tenemos. Y es de gran necesidad para nuestro crecimiento personal, el estrés no es aconsejable y hay que combatirlo.
  2. Relajarse de las tensiones que se van acumulando durante el trabajo diario, para ello, buena cosa es pasear, escuchar música, leer, ...
  3. Tiempo privilegiado para estar con los hijos. Durante el año cada cual está en sus asuntos, sin embargo, durante las vacaciones se crea el espacio oportuno para estar más tiempos juntos, jugar con ellos, ir a la playa o a la montaña, estas actividades potencian, sin duda, los vínculos afectivos y la identidad familiar, pues la comunicación y presencia son más abundantes.
  4. También la pareja sale beneficiada, durante el tiempo de vacaciones, es la ocasión para estar más tiempo al lado uno del otro, dedicarse más espacios de cercanía, de comunicación, de intimidad y con más tranquilidad, sin prisas.
  5. Hay muchas personas solteras, o que se han quedado viudas, y las vacaciones son un tiempo para potenciar los lazos familiares, estar con los amigos, conocer otras realidades.
  6. Para muchos hombres y mujeres, durante estos meses de verano, es la ocasión para formarse un poquito más; también para ejercer el voluntariado en Asociaciones que se preocupan por los excluidos y marginados, incluso, los que se animan para irse un mes al Tercer Mundo y dedicarlo a proyectos humanitarios y sociales, ... Como vemos hay muchas posibilidades.
  7. Y termino destacando una 'actividad' que es clave, desde mi punto de vista. Pues durante el verano, tenemos la oportunidad - si queremos - para dedicarnos más tiempo a nosotros mismos. Estamos muy desbordados durante el año y nos atendemos muy poco, otras situaciones y personas acaparan y llenan nuestro tiempo. Las vacaciones son una buena ocasión para hacer un paréntesis y crear espacios personales: hay tiempo para todo y es bueno cultivar la interioridad mediante la meditación, la reflexión, la oración,...

En cualquier caso, a todas las personas que pueden disfrutarlas, les deseo: ¡¡¡UNAS MUY FELICES VACACIONES!!!

domingo, 20 de junio de 2021

Y LOS PÁJAROS VENÍAN AL BALCÓN DE MI MADRE

 Así es la vida, lo que se cuida crece. Me viene la imagen de mi madre, poniendo migas de pan en el balcón. Al poco tiempo llegaban los pájaros. Estábamos en un quinto piso. Era agradable verlos. Pero cuando mi madre ya no estaba, no había migas de pan y los pájaros dejaron de venir. Y es que aquello que alimentamos da sus propios resultados.

Después he ido constatando que en la vida ocurre de la misma manera. Todo aquello que se atiende, se cuida, se le presta atención, se le dedica tiempo, tiene sus resultados, aunque a veces no sean todo lo esperado. Lo normal es que si plantas un manzano, con el tiempo, termines comiendo manzanas.

Me cansa la gente, que sin hacer nada, exige luego los frutos. Además lo exhiben, como si de sus derechos se tratara. Siguiendo la ley del mínimo esfuerzo, rayando en la pereza existencial de la cigarra, luego te vienen a echar en cara, con bonitas palabras, la importancia de compartir. Hay que dejar claro que lo que no se alimenta se muere por inanición. Asimismo, a veces, alimentamos 'pajarracos' que deberíamos rechazar y dejar de alimentar.

En el lugar, en el que me encuentro ahora viviendo, he disfrutado de tantas personas que a lo largo del curso, se han esforzado 'por regar y cuidar su planta', por darle de comer a los pájaros. Lo constatamos el día de la Clausura:

- He visto niños, del Aula abierta, viniendo por las tardes al refuerzo educativo y al final recibir el diploma, con alegría, por su asistencia e interés durante todo el año.

- He visto jóvenes y adultos en el Taller de Peluquería, en el Taller CAFE (Carpintería, Albañilería, Fontanería y Electricidad) disfrutando con sus diplomas, en el que se recogía su buen aprovechamiento a lo largo de las laboriosas jornadas

- He visto  en el Curso de Camareras de piso,  a un grupo de personas ilusionadas, viniendo con alegría a las sesiones de aprendizaje, que les pueden abrir las puertas a la inserción laboral.

- He visto a jóvenes, del Aula de Integración, con  difíciles circunstancias, seguir la clases a lo largo del año, para obtener el Graduado escolar.  

- Estoy viendo, año tras año, a jóvenes en el Hogar de Emancipación que se esfuerzan por cumplir sus objetivos como migrantes, aunque a veces, con altibajos por los problemas administrativos en la gestión de su documentación o por que no les llega un trabajo que tanto esperan.

La experiencia me dice, que lo importante es la determinación que se tiene en la vida. Uno mismo tiene que alimentar sus sueños y metas que desea conseguir. Claro, que también es muy importante, las personas que acompañan, que favorecen las cosas, de ahí la importancia del acompañamiento, en este caso del que acabo de hablar, de los buenos profesionales y del numeroso y buen personal del voluntariado. Perdonen la comparación, la mayoría de todos ellos, como mi madre, echan las migas de pan para que coman los pájaros en el balcón.

¡Ojala! Siga siendo esa su disposición en esta vida, su propia vida y para toda la vida

 


domingo, 13 de junio de 2021

SOMOS PEQUEÑAS SEMILLAS DEL BIEN

Soy de campo, bueno, hasta mi pueblo se llama Palomares del Campo
, por si quedaban dudas. Hoy me hago eco del evangelio. Jesús, utiliza la imagen de la semilla, para acercarnos al Reino de Dios. Lo de las semillas y sus frutos están muy presentes a lo largo y ancho del término municipal, donde viví  mi infancia. Ya se va acercando la fecha de la siega. Es el momento de ver lo que un simple grano de trigo consigue en la espiga que ha generado. No deja de sorprenderme la transformación que se ha dado, claro que ha necesitado su tiempo.
Llevamos sembrando, más de dos mil años, la semilla del Reino de Dios. Numerosos han sido sus frutos a lo largo de estos dos milenios. Aunque también creo que cuando nacemos, estemos donde estemos, Dios, la Divinidad, el Misterio ha sembrado en nuestras vidas la semilla del bien. De otra manera no se entiende, la bondad y la paz que derrochan tantos hombres y mujeres, en cualquier parte de la tierra.
Siempre he dicho, que nuestro Creador, nos hizo lo mejor que sabía y por eso nos hizo a su imagen. Pasa, que luego, el contexto, el entorno y la historia en su devenir, contribuye a que la semilla sembrada, no tenga fácil el crecimiento esperado. Ya se encarga el buen agricultor en favorecerlo. 
Me siento identificado con la semilla y con el agricultor. Como semilla tengo asumido que para crecer necesito del agua, del viento, del frío, de la nieve, hasta del granizo y del sol. Todos los elementos climáticos son necesarios. Y como agricultor,  la experiencia me dice que la labor a realizar, aún teniendo adversidades, las semillas darán al final su fruto. La paciencia, el tesón y la determinación son muy necesarias para estas cosas. 
Pero igual que yo, somos todas las personas. Por eso tengo la esperanza de que como buenas semillas que somos y excelentes agricultores, al final recogeremos las abundantes espigas deseadas. 




domingo, 6 de junio de 2021

12 DE JUNIO: DÍA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL

 


Acabar con el trabajo infantil

Uno de cada 10 de todos los niños en todo el mundo están en situación de trabajo infantil. Si bien es cierto que el número de niños en situación de trabajo infantil ha disminuido en 94 millones desde 2000, la tasa de reducción se desaceleró en dos tercios en los últimos años. Una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 exige el fin del trabajo infantil en todas sus formas para 2025. ¿Cómo debe encaminarse la comunidad mundial hacia la eliminación del trabajo infantil?

Mientras nuestros chavales están terminando el curso, y bastantes de ellos, se están graduando, otros no tienen la misma suerte; hablemos de ellos. Y es que, no acaba la explotación a la infancia indefensa, del tercer mundo. No les ha dado tiempo a crecer y ya, el sistema, les está exprimiendo. (Sistema que nos abastece a nosotros, los del primer mundo). Esto, creo, que no debemos olvidarlo.

Esta es una de las fechas que no debemos descuidar nunca. Olvidar a los niños y niñas explotados, en términos morales y religiosos, sería un ‘pecado’ muy grave. La más reciente estimación mundial de la OIT revela que 168 millones de niños están involucrados en trabajos peligrosos; eso sí, de los más de 200 millones que están explotados de una forma u otra.
Como sabemos, fue la OIT (Organización Internacional del trabajo) la que instituyó esta fecha, en el año 2002, para una mayor concienciación de la humanidad que maltrata a una parte de sus "hijos".

 Anoto dos de los comentarios que nos hace este organismo:

"Un gran número de niños hacen trabajos domésticos, remunerados o no, en los hogares de terceras personas. Sus vidas transcurren ocultas a la mirada de la sociedad y lo habitual es que se encuentren aislados y alejados de sus familias. Por ello, estos menores son particularmente vulnerables a la explotación y las historias de abuso son muy frecuentes.

Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil está dedicado al trabajo infantil en las cadenas de producción. Con 168 millones de niños que todavía son víctimas del trabajo infantil, todas las cadenas de suministro, de la agricultura a la manufactura, de los servicios a la construcción, corren el riesgo de que el trabajo infantil esté presente."

Esperemos que no se quede todo en palabras, como tantas veces. Pues, el 12 de junio, o a estas horas que estás leyendo estas líneas, muchos son los niños y niñas que no van a la escuela, que no tienen tiempo para jugar, que el tiempo para estar con sus amigos coincide con el tiempo del trabajo, que les vendieron, sus padres, a las mafias para obtener algo de dinero, que malviven con la llamada: prostitución infantil, dando múltiples beneficios a los proxenetas, que… para que seguir.

Son muchas las intervenciones de nuestro Papa actual, esto es lo que dijo el año pasado y que van en la línea de apostar y ayudar a la infancia explotada: El próximo viernes 12 de junio celebramos el Día Mundial contra la Explotación del Trabajo Infantil, un fenómeno que priva a los niños y niñas de su infancia y pone en peligro su desarrollo integral. En la actual situación de emergencia sanitaria, en varios países muchos niños y chicos se ven obligados a realizar trabajos inadecuados para su edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza. En muchos casos se trata de formas de esclavitud y reclusión que provocan sufrimiento físico y psicológico. Todos somos responsables de esto.

¡Ojala! Nos llene de valor y coraje para denunciar -con valentía- estas injusticias contra la infancia explotada, y os invito a que durante la semana, este asunto, sea tema de nuestras conversaciones en el trabajo, en los bares, con los amigos, en la iglesia, en casa, campos de fútbol,… es una forma de seguir concienciándonos de esta INDIGNIDAD CON LA INFANCIA EXPLOTADA

domingo, 30 de mayo de 2021

EL CÍRCULO DE LAS FAMILIAS CARTÓN PIEDRA

 

Esto que les cuento ocurrió, como casi siempre sucede, en una barriada pobre. Después de varios intentos fallidos, una familia accedió a franquearme sus puertas. En un principio todo eran pegas, pero, al final, logré granjearme su confianza.

El padre estaba en paro y, aunque no tenía ninguna cualificación laboral, con sus trapicheos y chapuzas iba juntando unos euros para financiar su bebida y dar un mínimo soporte económico a la familia; bueno,  y como él decía, la droga del barrio alguien tendrá que venderla... Como las ganancias no alcanzaban para cubrir los gastos de toda la familia, la madre tenía que hacer algunos favores sexuales, con los que se completaba la economía familiar y así, a trancas y barrancas, iban sacando adelante  a los hijos que habían ido llegando al hogar.

Como es lógico, ni el padre ni la madre tenían tiempo para estar pendientes de los hijos. Por suerte, la hija mayor, de 13 años, atendía a sus hermanos más pequeños. Claro que, dentro de sus limitaciones, lo hacía a su manera. La constante escasez de recursos personales y materiales generaba  un  ambiente crispado, nada propicio para la convivencia y la educación.

Mucha de la comida y de la ropa que conseguían les llegaba de instituciones benéficas que habían reconocido a esta familia como muy necesitada. Aún así, mal comían y mal vestían. La hermana mayor, dentro de su edad, de su disponibilidad y de su escasa preparación, aseguraba los mínimos de supervivencia de los pequeños, que no era poco.

Por lo demás, estas ocupaciones la tenían alejada de la escuela aunque estaba en edad escolar. Tampoco sus hermanitos eran muy asiduos al colegio: mientras se levantaban o hacían que se levantaban, se medio aseaban, se entretenían con la televisión o la videoconsola, o se sentían atrapados por el  variado y rico mundillo de la calle, no llegaban a ser asiduos asistentes a las aulas. Además su padre, cuando estaba en casa, se encargaba de repetirles -hasta la saciedad- que la escuela no les daría para vivir y que era una pérdida de tiempo. Él mismo se ponía como modelo, en este sentido.

La madre, como solía trabajar por la noche, apenas estaba con sus hijos, pues el día era para dormir. Le molestaba especialmente que la despertaran los gritos y las peleas de los muchachos, que eran habituales y por cualquier motivo, especialmente  cuando el mayor de los varones, 12 años, pretendía hacerse con el mando del televisor al que se sentía con más derechos que los demás; entonces, la madre,  malhumorada,  tomaba cartas en el asunto con ayuda de la zapatilla.

Este ambiente hogareño, se complicaba aún más con las ocasionales palizas que el progenitor de la familia propinaba a cualquiera de ellos o de ellas, incluida la mamá: Las manifestaciones violentas eran especialmente temibles cuando el cabeza de familia llegaba a casa borracho, cosa que sucedía con frecuencia. Nadie escapaba a sus mamporros y todos le tenían miedo; pero, en su calidad cabeza de familia, se aceptaba con cierta normalidad que tuviera derecho a tales prácticas, más aceptadas por el miedo que por otro tipo de justificaciones de falsa autoridad.

Así y todo, y vuelvo al principio, me abrieron las puertas de su hogar, más que nada, porque, a pesar de las prevenciones iniciales,  veían en mi cercanía la posibilidad de otra fuente de ingresos,  para cubrir sus necesidades.

Reconocía yo que no era este el mejor procedimiento para conseguir cambios, pero me preocupaban más el abandono y negligencia en que vivían los niños y, por ello, claudicaba con esta práctica limosnera, que en el fondo, no sirve sino para mantener y a veces reforzar este tipo de situaciones insostenibles, pues, los padres se sienten aliviados y se desentienden de sus responsabilidades pensando que ya las instituciones sociales se ocuparán de seguir dando soluciones. Además, dicen con la mayor naturalidad del mundo, ¿para qué preocuparse o molestarse? Todo es cuestión de tiempo, a medida de que los hijos se van haciendo mayores, tan pronto como pueden, vuelan  de la casa. Eso sí, con la cruda certeza de que reproducirán la misma historia allá adonde lleguen.

El guión tradicional de este prototipo de familia se mantiene vivo, de abuelos a nietos; es como un círculo, en este caso viciado, que se repite y se transmite de generación en generación. Así que, a veces me pregunto: ¿Me hubiera ocurrido a mí lo mismo de haber nacido en este ambiente familiar?

No obstante, mi gran pregunta es si tal círculo fatídico se puede romper de una vez por todas. Este era el interrogante que me proponía responder al hacerme huésped de tan peculiar familia. Por cierto lo de familias de cartón piedra, creo, que también están en otras barriadas de la ciudad.

domingo, 23 de mayo de 2021

EN EL DÍA DE AFRICA: CON LOS AFRICANOS, MIS HERMANOS



El día 25, es el Día Internacional de África, con tal motivo hemos escrito el siguiente manifiesto, que leeremos ese día y el día 27, en el Círculo de la Fraternidad, es mi homenaje  el continente africano, y sus habitantere, tan de actualidad en estos días:

África, cuna de nuestra familia, la familia humana,  con una biodiversidad para disfrutar, de gentes alegres y sencillas, con grandes recursos naturales para vivir dignamente, pero expoliada para que el mundo siga su ritmo frenético.

África tan lejos y tan cerca, tan rica y tan pobre. África, colonizada y esclavizada ayer, explotada, hoy, por el neoliberalismo salvaje de oriente y occidente.

África madre y hermana de la humanidad, prostituida y vendida de manera indignante.

África tan antigua como las pirámides de Egipto y tan moderna como el coltán del Congo.

África, continente de contrastes sociales, provocados por el insaciable egoísmo humano, que trafica con sus recursos y sus personas y cuyos beneficiarios son siempre los del mismo lado.

África que es empujada a huir de sus hogares y de sus países y es rechazada por los países del norte, los  que disfrutan de sus tesoros naturales como su oro, diamantes, petróleo, gas, madera,… pero sobre todo de su infancia y juventud.

África continente viejo y joven, origen de nuestras vidas, cargada de sueños rotos desterrados al más profundo fondo de los mares.

África que, en su caminar hacia la libertad y un mundo mejor, pasa por la ciudad de Jerez, la ciudad de la que todos somos parte, nuestra ciudad. Porque Jerez, es una ciudad de paso, para muchas personas migrantes, que acaban echando sus raíces aquí enriqueciendo nuestros barrios,  pero también para otras muchas que acaban  malviviendo en condiciones mas propias de otros tiempos.

Jerez tiene la oportunidad de tener sus puertas abiertas ¡aprovechémosla!  Con una voluntad decidida por rechazar los bulos y rumores, de quienes ven a las personas por su color de piel o sus ropas  como una amenaza y por eso las discriminan.

Jerez quiere unirse a las voces, que nos llegan de África, para denunciar tanta injusticia y explotación, tanto rechazo e indiferencia ante los problemas de violencia y destrucción de sus gentes y recursos.

El grupo de personas que aquí nos encontramos, seguimos apostando por la acogida, protección, promoción e integración de los hombres y mujeres que nos llegan del continente vecino, solo 14 kilómetros nos separan.

Les queremos acompañar en el camino, a su paso por nuestra ciudad, que perciban y sientan que después de haber pasado tanta necesidad y haber dejado a su familia atrás, han llegado al lugar acogedor en su aventura por un futuro y una vida mejor.

Nuestra celebración del día de África es la manera de manifestar nuestro compromiso de unirnos a los sueños de tantas personas africanas, por tejer conjuntamente un mundo más fraternal y solidario, sintiéndonos así, una gran familia en la casa común que habitamos.

domingo, 16 de mayo de 2021

TE NECESITO Y ME NECESITAS PARA LLEGAR A SER PERSONAS EN PLENITUD

 

Mi experiencia personal me ha confirmado, desde siempre, que los otros (el tú para mí) me han ido configurando y me han ayudado mucho: familia, profesores, amigos, compañeros... Asimismo, soy consciente de que, personalmente, a las personas que se han relacionado conmigo les he aportado elementos que también les han ayudado a su configuración personal. Para bien o para mal, la interacción entre las personas tiene esta finalidad. Y esto ocurre desde nuestro nacimiento.

Si existimos es porque dos personas se pusieron de acuerdo. La complicidad de mi madre y mi padre, me hicieron posible. En el origen de todos los seres humanos están un "yo y un "tú. Y la presencia, de los otros "tú" en nuestras vidas, hace posible nuestra realización y crecimiento como personas. Nos necesitamos. No es una reflexión filosófica el tema de hoy, se trata -más bien- de la experiencia cotidiana.
Que somos seres en relación, no es un descubrimiento. Cualquier persona se mueve, a la vez, en varios círculos de relaciones: La familia, los amigos, los vecinos, la empresa, un club deportivo, una ONG, la  asociación juvenil, el sindicato, un partido político, la religión, la asociación de madres y padres de un colegio, el foro cultural, los amantes de las antigüedades,... Y es que no puede ser de otra manera. No somos islas.
Otra cosa es cómo nos relacionamos en todos esos ámbitos. Es verdad que hay expresiones que lo quieren decir todo, pero no lo consiguen: ¡Ay del solo! Nos grita la sabiduría popular; pero, a continuación, escuchamos: ¡Es mejor estar solo que mal acompañado! A mi entender, ambas expresiones, recogen la ambivalencia que se da en nuestras relaciones.
Te necesito para ser yo, es la conclusión a la que llegamos con nuestra pareja,  en las comunidades religiosas, con nuestras amistades, con nuestros hijos, con nuestros alumnos, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros colegas de ocio y tiempo libre. Claro que la intensidad de nuestras relaciones, no es la misma en todos estos ámbitos, pero cada una de
las personas, en su contexto, me aporta reconocimiento, confrontación, afecto, ánimos, críticas, cariño, relajación, diálogo, aceptación, rechazo,... que me afectan y me hacen reflexionar, acerca de cómo llevo las cosas en mi vida. Todo lo cual me interpela y me ayuda a crecer como persona
Me necesitas para ser tú, es la conclusión a la que llegamos con nuestra pareja, 
en las comunidades religiosas, con nuestras amistades, con nuestros hijos, con nuestros alumnos, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros colegas de ocio y tiempo libre. Aquí lo importante es cómo estoy yo con las personas que me rodean. ¿Cómo es mi presencia? Porque, lo que aporto a los demás, también les afecta. Mis alegrías, mis penas, mi cercanía, la confianza que doy, las mismas miradas que dirijo, la empatía, mis enfados o cabreos, el cariño que doy o quito, mi frialdad o ternura,... todo ello constituye mi aportación al otro, al "tú" que son los demás.

Construyamos una interacción, que pueda favorecer nuestro crecimiento personal, en vez de frustrar la maduración junto con los demás. Las relaciones interpersonales pueden ser de calidad y gratificantes, o por el contrario, constituir un muro que destruye todo lo bueno que podemos dar, o bien, que nos vienen del otro. Somos para los demás y los demás son para nosotros. Pero hay que saber estar con los demás y  facilitar dicha interacción. Y, como todo, estos asuntos también se aprenden.

domingo, 9 de mayo de 2021

¡AY, DE LOS HIPÓCRITAS Y LOS QUE VIVEN DE LAS APARIENCIAS!



 Cuando se ahonda en las relaciones humanas, aparecen muchas cosas interesantes. Unas agradables y otras despreciables. La hipocresía es una de estas últimas. Nos dice el diccionario de la Real Academia que la hipocresía: "Es el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan". Me temo que todas las personas participamos, con más o menos grado e intensidad, de lo que dice esta definición.

Me decía el otro día una persona, que en su empresa, hay compañeros que trabajan según esté o no esté el jefe. Creo que esto es bastante común en cualquiera de las entendidas sociales. Es más, incluso dentro de la familia se da la hipocresía. Lo cual es más lamentable.
A veces decimos con mucha solemnidad, que nos da lo mismo lo que piensen los demás; pero creo que en el fondo, todo el mundo está muy pendiente de la 'imagen' que tenemos ante los que nos rodean y, si hay que fingir, pues se finge.
Resulta difícil ser coherente. Y sino que nos lo digan los políticos. La de cosas que nos dicen todos los días, tan bonitas, tan interesantes para el bien común,… y luego nos vamos enterando de la corrupción, de los chanchullos que se traen entre manos, de los sobornos, en fin para que hablar.
Hay personas que te dicen una cosa cuando estás con él,  y  no te digo nada de lo que comentan cuando están con otras personas. Parece un ‘deporte nacional’ rajar de los demás cuando no están presentes.

No obstante, decidme si no están presentes, tanto en nosotros como en las personas que nos rodean la falsedad, el fingimiento, la doblez, el fariseísmo, el disimulo,… nadie se escapa de estas actitudes, sin embargo, aunque todos somos conscientes del hecho, lo que ya no sé, es si nos hemos parado a reflexionar sobre estas cosas y pasar a superarlas.

Ser mujeres y hombres auténticos no es fácil.  Ir con la verdad por delante, ser claro en lo que se dice y hace, esforzarse por tener una actitud –siempre- sincera en nuestras relaciones... la verdad, sería lo ideal, pero tiene ‘su precio’ y no estamos por la labor de pagarlo.

Creo que la familia, la escuela,… no son ajenas a todas estas cosas, tanto en un sentido como en otro. Los niños, que están configurando su personalidad, están creciendo y desarrollándose, con modelos que influirán, para bien o para mal, en el arte de la hipocresía o en el arte de la autenticidad.

Y cuando nos hacemos mayores, ya no dependemos de los demás y, por consiguiente, no tenemos la excusa de culpabilizar a los otros de lo que somos, hacemos o dejamos de hacer. En el ejercicio de la libertad podemos, aunque con dificultades, buscar la autenticidad, ser sinceros en nuestras relaciones y apostar por la verdad, aunque esto tenga sus consecuencias. Igual la hipocresía iría disminuyendo en nuestro alrededor. 

domingo, 2 de mayo de 2021

DE LOS BANQUEROS, EMPRESARIOS y POLÍTICOS CRISTIANOS

 


Quiero dejar claro, desde el principio, que mi crítica va dirigida a todos los políticos, banqueros y empresarios, que se consideran cristianos, pero, que en su ejercicio profesional, no tienen en cuenta los valores del evangelio y, por consiguiente, no siguen las orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia, en el caso de los que se consideran católicos.

Esto de la crisis sigue dando mucho que hablar. Pero no nos engañemos, la crisis no ha sido para todos igual. En general las clases dirigentes -sean políticos, empresarios y banqueros- no han sufrido la crisis; es más, ya se ha encargado, el gobierno de turno, en darles sustanciosas ayudas, por los descuadres en sus finanzas. Sus sueldos no solo no han bajado, sino que se los han subido, y con corruptelas, que nos enteramos cuano salen a la luz.

Mientras tanto, los parados, los desahuciados,... ¡vamos los de siempre! (según los informes de Caritas, entre otras instituciones) no solo han sufrido la crisis, sino que la siguen padeciendo... y va para largo. Ahora que hemos tenido la campaña de las autonómicas de Madrid, la de cosas que se han dicho, pero de lo fundamental…. A mí no me engañan. Ni siquiera se ponen de acuerdo para llegar a los pactos necesarios para gobernar. El caso de Madrid es notorio. Unos y otros van a sus intereses: el poder y el dinero. La tarta, cuanto menos se reparta a más toca.

Llegados a este punto, los cristianos, tenemos mucho que decir. Lo de ser cristiano es una opción que afecta a toda la vida y a todas las dimensiones de la persona. No sé si por mala formación, o por propio interés, lo de cristiano ha quedado reducido a ciertos momentos de la existencia: bautizos, comuniones y poco más. Hasta lo de ir a misa ya no se ve tan útil y necesario. Hay políticos, banqueros y empresarios, que dicen ser cristianos, pero cuando deben de tomar decisiones, en sus respectivos ámbitos, lo que les interesa es el poder y el dinero; lo de ser cristiano queda aparcado.

Hasta el Papa,  Francisco, critica a los empresarios católicos que “pagan en negro” a sus empleados o los tratan injustamente y advirtió que quien lo hace, comete “un pecado gravísimo”. “¿Qué tal es tu relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿Y pagas la contribución para sus jubilaciones? ¿Para asegurar su salud? “Tú no puedes dar limosna a la Iglesia siendo injusto con tus empleados. Esto es un pecado gravísimo: es usar a Dios para encubrir la injusticia”.

Algunos miembros de las jerarquías eclesiales , de las diversas confesiones cristianas, no crean que son ajenas a todo esto. En bastantes casos han estado al lado de las clases dirigentes. No lo dudemos. De alguna manera su complicidad es manifiesta. Y en otras religiones pasa igual.

Una economía que busca el bien común, que tiene su prioridad en los más pobres y excluidos de la sociedad. Una economía que piensa más en las personas con su dignidad y derechos, que es más humana; una economía ecológica que respeta y cuida el medio ambiente; esta economía es posible y los cristianos, que están en los foros de la toma de decisiones, tendrían que hacer valer sus principios y valores evangélicos. Y si no, que dejen de llamarse cristianos. 

Recuerdo el relato del evangelio, de Zaqueo (Un funcionario corrupto), que en el encuentro con Jesús se comprometió a devolver lo robado. Ya sé que todo esto no es fácil, Pero la fe cristiana tiene su manera de interpretar y de estar en la sociedad y no puede callarse. En la Doctrina Social de la Iglesia tenemos un buen banco de recursos para todo esto.

 

domingo, 25 de abril de 2021

ECHANDO UN RATO CON MI INTERIOR, LO MÁS HONDO DE MÍ. NO ES FÁCIL

 



¡Hola! ¿Estás ahí? ¡Naturalmente?... Bueno, con tanta pandemia -y no es para menos- nos olvidamos de muchas cosas importantes. También, están las redes sociales, que nos entretienen hasta el último segundo de cada día; el caso es que casi nunca hablamos de nosotros mismos (con nosotros mismos), de nuestra individualidad, de lo más interior de nuestra realidad personal. Es como si estuvieran separadas, en nuestra misma persona, por una parte, la realidad externa, la que se relaciona con los demás y el mundo y, por otra, la realidad interna, nuestro ser más íntimo, que tenemos oculto a las otras personas y...¡tal vez a nosotros mismos!. En fin, me tomo la confianza y transcribo la última llamada telefónica, entre el TU (el yo exterior) y el YO (el yo interior).
“Tú: ¡Hola!.... ¡hola!... ¿estás ahí?
-Yo: ¿Me lo dices a mí?
-Tú: Pues, claro. No hay nadie más.
-Yo: Es que resulta tan raro. Pues creí que te habías olvidado. Hace tanto tiempo que no hablamos... que ya creía...
-Tú: Sabes de sobra que ando muy ocupado. Que apenas tengo tiempo. Y que...
-Yo: ¡Oye!, podías cambiar de cantinela, eso ya me lo dijiste hace unos años.
-Tú: Venga ya. ¿Es que no te hablo todas las noches? Bueno por lo menos me parece a mí.
-Yo: Pues, eso, te parece a ti. Porque yo no me entero.
-Tú: ¿No te acuerdas de la última vez que resolvimos un problema que me había venido del trabajo y te lo consulté? No ves como si cuento contigo.
-Yo: Lo que te digo. Que solo te acuerdas de mí cuando tienes problemas. Mientras tanto, aquí, cada vez más encerrado y más oculto con todas las cosas que me vas echando encima. Total, que me aburro y me asfixio. Mira, por lo menos podías ser más limpio y ordenado. Sabías que con cada jaleo, en el que metes las narices, más me ocultas. Y es que te gusta estar danzando por ahí y los demás que se apañen.
-Tú: Algo de razón tienes. Sabes que me gusta complicarme la vida.
-Yo: Si está bien, lo de complicarse la vida, pero sin olvidarte de mí ¿es que ya no te acuerdas de que formo parte de tu vida?
-Tú: Lo que ocurre es que a veces no quiero hablar contigo, porque me dices las cosas como son y a mí me gusta vivir sin tener en cuenta tantas responsabilidades. Mira, es más cómodo estar haciendo cosas, estar distraído con la gente, tener ocupaciones, sentirte útil para los demás,... ¡qué te voy a decir que tú no sepas!
-Yo: Ahora quieres hacerte el interesante. Pues no me sirven tus justificaciones. Mucho, mucho por ahí a fuera pero, la casa propia sin barrer.
-Tú: Vale, vale. Pero no voy a estar como la estatua del ‘Pensador’  francés ¿no?
-Yo: Como la estatua no, pero no me digas, que un ‘paseíto’ por el campo, una lectura sosegada, disfrutar de la música que tanto nos gusta, conversar con más frecuencia, como ahora lo estamos haciendo, no crees que sería estupendo. Las verdad que todo esto lo hecho de menos. En el fondo es que me encuentro solo. Y no es que me des envidia, pero podías dedicarme más tiempo.
-Yo: ¡Ah! Y es más, cuando me tienes tan solo y casi olvidado, pues, me da la sensación que... hasta pierdo el sentido de las cosas, incluso de nuestra propia vida. Como que todo lo que teníamos en común se va desdibujando. Curiosamente, experimento que si tenemos mucha comunicación ¡como en los viejos tiempos! ¿Te acuerdas? Pues que todo me va mejor. Bueno nos va mejor. Pero cuando te vas por ahí y te metes en tus líos, pues,... La verdad, chico, no sé si me entiendes.
-Tú: Hombre, razón no te falta. Y estoy contigo que a más diálogo y comunicación, pues, que nos van las cosas mejor. Pero uno se mete en este mundo que vivimos y al final termina desbordado y olvidándose de lo más importante. Porque tú sabes que yo, otras veces, te he manifestado que todo esto de lo que estamos hablando es muy importante.
-Yo: Sí, pero como te he dicho otras veces, lo verdaderamente importante es aquello a lo que le dedicamos tiempo, así que... tú verás.
-Tú: En eso tienes razón. Dedicarnos tiempo. Aunque eso a veces me duele, pues, sueles recordarme las cosas, que en muchas ocasiones quiero olvidar. Si te digo la verdad me resulta más cómodo ir a mi aire, sin esperar que nadie me diga nada. No quiero que me incomoden.
-Yo: Sí, pero ese es el precio que debes pagar; si quieres para ti lo que predicas a los demás. Joven, es lo que se llama coherencia con lo que crees y piensas.
-Tú: No ves, si te vas a poner así...
-Yo: Bueno, chico no se te puede decir nada.
. . .din, don, dan. . .
-Tú: ¡Vaya! el móvil ... ¿Te parece que lo dejemos para otro día?
-Yo: Para qué te voy a discutir, si eres tú el que vienes y vas.

-Tú: Entonces, hasta otro día, y perdona, pero me llaman.

domingo, 18 de abril de 2021

Por las mañanas me gusta pasear temprano. Tengo la suerte de vivir en una zona en la que el campo está cerca y hay muchas zonas ajardinadas. ¡Qué gozada! Uno de mis placeres es saborear el frescor de la mañana. Me gusta madrugar. Según caminaba disfrutaba de una agradable sinfonía de colores, de olores y del trinar de los pájaros. Hoy es domingo, imagínense, las calles apenas sin coches, con algunos ciclistas y, para completar el paisaje, simpáticas personas paseando a sus perritos. Lo único es lo de la mascarilla.

En esta época también da gusto ir por los campos. Se ven como extensísimas alfombras de color verde. De hecho la cebada y el trigo ya están con sus tallos largos y sus espigas cuajándose. Estas tierras andaluzas siempre van por delante. El colorido de la madre naturaleza es generoso y bello. Y no digamos nada de sus delicados y agradables olores. La esperada primavera es acogida con júbilo y alegría, después de un invierno austero y frío. Así, la explosión de vida primaveral, nos llena el ambiente rutinario de la desnudez invernal.

Los caudalosos ríos transportan la savia nueva, que la copiosa lluvia y nieve, fueron regando en cumbres, llanos y montañas. El agua que es la vida, nuestra vida, sigue dando vida allá por donde pasa. Da gusto ir a la montaña y ver las espectaculares cataratas que se forman en algunos rincones de los ríos que bajan aceleradamente de las alturas. Algunas imágenes son espectaculares. Numerosos poetas han cantado y cantan a la primavera, parecería que es la estación anual que mejor alberga el espíritu humano.
Si miramos más de cerca, también la primavera nos afecta a las personas, a las familias, a las ciudades. Ahora es el tiempo de las alergias y, quién más o quién menos, necesitamos de antiestamínicos para sobrellevarlas. Aunque la primavera la acusan, de forma más preocupante, a otras personas que les alteran su estados de ánimo e incluso sus conductas.
Algunas religiones, como la cristiana,  tienen su  ‘tiempo fuerte’ en esta época del año. Lo ritmos lunares siguen marcando la expresión religiosa. En las fiestas cristianas de Semana Santa se celebra la vida. Si en el invierno parece que todo está muerto y con la primavera renace la vida, paralelamente, los cristianos celebramos el triunfo de Jesús Resucitado sobre la muerte, por cierto, una muerte cruel e  injusta. 
Ahora que estoy escribiendo estas palabras, sigo escuchando el trino de los pájaros que revoletean por el jardín, que ya empieza a engalanarse con sus flores y sus olores. Algunos árboles se están despertando y nos muestran sus brotes, otros ya han florecido. Es lo que tiene el encanto de la primavera. Los naranjos tienen su protagonismo especial, ahora están ofreciéndonos sus pétalos y llenando las aceras de blancura. El olor es intenso, por lo que el ritmo de los pasos es más lento para disfrutarlo. En la primavera los sentidos, desde luego, están muy agradecidos por todo lo que huelen, sienten y ven. Aunque, en realidad, nosotros somos los afortunados.