BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 25 de diciembre de 2016

DIOS SE HIZO HOMBRE PARA QUE EL HOMBRE SE HAGA DIOS

Cuando era pequeño las cosas que me decían de Dios eran impresionantes para mi mente: Dios era omnipotente y omnipresente, también decían omnisciente y omnibenevolente pero éstas expresiones las entendía menos. Total que Dios lo era todo hasta el límite de lo infinito... Y además estaba siempre en el cielo sentado en un trono, muy mayor Él, con blancas barbas. Más adelante me dibujaban un triángulo con un ojo muy grande, porque Dios todo lo ve todo y en todo se fija ¡Había que tener cuidado!...
Hoy ya veo a Dios de otra manera. La vida me ha llevado a configurar otra imagen de Dios menos sofisticada y, desde luego, mucho más cercano, eso sí, pero sin dejar de ser Dios. En la Navidad reside la explicación más elocuente de este notable cambio que he tenido.
Porque la Navidad es la fiesta -por excelencia- con adornos especiales en las casas y en las calles, con músicas muy propias de villancicos alegres, con comidas y regalos que la enaltecen y subliman, en fin, para que les voy a contar... la Navidad es... ¡La Navidad!
Si vamos a los orígenes que dan explicación a todo esto nos encontramos con una razón muy simple: Dios, el mismo Dios de los cielos, nos ha visitado, se ha hecho uno de nosotros, se ha venido a vivir con nosotros, se ha hecho hombre, naciendo en una cueva, a las afueras, de Belén. Lo más sorprendente de esta humanización de Dios es que la iniciativa ha partido de él. Ha sido Dios el que decidió encarnarse -hacerse carne como cualquiera de nosotros-.
Él, que lo es todo, pero todo: se ha hecho frágil, débil, endeble... como cualquiera de los niños y niñas que nacen todos los días del año. A esa indefensión hay que añadirle el lugar que escogió para venir "a la tierra desde el cielo" ¡Una cueva! llena de suciedad y basura de los animales,... y le pusieron en una cuna improvisada, o sea, el pesebre que mejor encontraron su padre, José, y su madre, María.
No nació en un gran palacio, como merecía su rango, ni en la ciudad donde se encontraba la gente importante; no, nació a las afueras, entre los sin techo, entre los pobres. Dios se hace hombre y lo hace en el lugar más apropiado, con una intención muy clara, la urgencia de humanización (recuperación de la dignidad) de los millones de seres humanos machacados y explotados, a lo largo de la historia, por el resto de otros hombres y mujeres que desde el poder social, económico, político e, incluso, religioso, siguen manipulando y marginando a los más indefensos, frágiles y débiles de la sociedad - la única que tenemos todas las personas- .
Dios se humaniza para enseñarnos cómo tiene que ser nuestra humanidad. Parecería que los hombres y mujeres, al ejercer nuestra libertad, hemos elegido caminos que no tienen salida, al menos una salida digna, como corresponde a nuestra naturaleza; y en vez de construir una sociedad justa, pacífica, tolerante, libre, solidaria... nos hemos dedicado a las guerras, a la esclavitud, a las injusticias, a la violencia,... a la explotación de los seres humanos y, todo esto, desde su más tierna infancia.
Dios se hace hombre, en Jesús de Nazaret, con la Misión de anunciarnos la Buena Noticia de que la Familia humana no es una utopía. El niño Jesús que nace en Belén va a ser el modelo y la referencia de esta nueva familia que Dios quiere para nosotros. Su vida y su mensaje serán el mejor testimonio.
Ahora entendemos mejor las palabras que vienen en el evangelio: "Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su hijo para salvarnos" (Jn, 3).


¡¡¡FELIZ NACIMIENTO DE DIOS HECHO UNO DE NOSOTROS!!!

domingo, 18 de diciembre de 2016

PARA MÍ, QUE SIN LOS POBRES NO HAY NAVIDAD



LOS POBRES, siempre hablando de ellos. Si nos fijamos nuestras conversaciones no se agotan con el futbol o con los programas "basura" de la TV, ni si quiera con la famosa crisis, aunque dicen que está terminando. No, somos más generosos que eso y a lo largo del año aparecen los pobres y hablamos también de ellos - y de ellas - (pues, también hay mujeres pobres), nos ponen imágenes suyas en los telediarios; les vemos en las calles, los famosos hacen campañas para aliviarles... y es que los pobres están muy presentes en nuestras vidas.
Me pregunto ¿Por qué será que a los pobres los tenemos tan presentes? y a veces me doy estas respuestas: ¿Por lástima? ¿Mala conciencia? ¿Por compasión? ¿Despiertan nuestra solidaridad? ¿Por indignación? ¿Porque nos estorban? ¿Nos incomodan? ¿Nos sentimos amenazados por ellos? ... No sé, que cada cual vea.
Pero llega la Navidad y todos los años nos volcamos de manera muy especial hacia los pobres. En estas fechas, en el ambiente, se da una sensibilidad especial hacia ellos. Hay algo en estas fiestas que nos aproxima mucho más a sus personas... Y hacemos campañas solidarias dedicadas a los pobres más cercanos. Dicen, que antiguamente, las familias ricas se llevaban a un pobre a su casa por Navidad,...
En el fondo los pobres, o sea, los sin techo, los excluidos, los presos, los parados, los inmigrantes, los marginados, los vagabundos y transeúntes, los indigentes, los hambrientos, los menesterosos, los pordioseros y mendigos, los miserables y desgraciados, los desamparados, ... no dejan de ser personas con toda su dignidad y derechos, y además, pertenecen a nuestra "especie humana o género humano", como dirían los antropólogos, de forma que estas fiestas que son tan entrañables -me remito a lo que dije la semana pasada -de la importancia de la familia en la navidad- como miembros de la misma "familia" no los queremos (ni debemos) olvidar.
Tal vez aunque no lo formulemos con tanta claridad y conciencia todos los días de año, en el fondo, nos acordamos de los pobres, porque pertenecen a nuestra misma "familia humana", son nuestros "hijos y hermanos" que han tenido mala suerte en la vida. A lo mejor en las mismas circunstancias que ellos, igual estaríamos en su situación,... ¿quién sabe?
Si a todo esto añadimos la dimensión religiosa, la navidad es la fiesta por excelencia, en la que se privilegia a los pobres, porque son los preferidos de Dios. Jesús nace en una cueva, apartado del pueblo de Belén, pobre entre los pobres, siendo los pobres los primeros que lo visitaron; nuestros belenes están llenos de los pastorcillos que llevaron a María lo más necesario para atender a su hijo en los primeros días de su vida.
Y ese Niño -tan frágil y pobre- que nace en una cueva nos hablará -cuando sea mayor- de un Dios que, como padre y madre, nos quiere a todos sus hijos e hijas y nos desea la paz y felicidad. Pero esto es asunto del próximo día.

domingo, 11 de diciembre de 2016

¡QUÉ SUERTE TENER A LA FAMILIA PARA CELEBRAR LA NAVIDAD!

¿Se han enterado de que se acerca la Navidad? A estas alturas sobra la pregunta.
Sin embargo, estas fechas navideñas que se acercan, dan mucho “juego” para comentar y reflexionar en voz alta. Sin duda el asunto de la familia es uno de los más destacados en el contexto navideño. En los siguientes domingos nos fijaremos en otros aspectos
Muchos, esperamos estos días, tan entrañables, para reencontrarnos, estar juntos, comer y beber, pasear, hacer un repaso de cómo nos ha ido el año que se termina, compartir las alegrías y las penas, con las personas que se quieren y lo celebran con intensidad. Aunque también son días que se llenan de recuerdos y añoranzas, sobretodo, por los seres queridos que nos dejaron y marcharon, eso sí, con la esperanza de que ya nos reencontraremos en un futuro.
Qué imagen más bonita ver a una familia por la calle, ver a los hijos de la mano de su papá o mamá, disfrutando de los escaparates, las luces de fantasía que iluminan la noche, los belenes tan imaginativos y creativos que aparecen por doquier.
El binomio familia y navidad, sin la menor duda, es una de las fotos que mejor guardamos en nuestros recuerdos de todos los tiempos.
¡Qué triste una navidad solo!
Porque no todas las familias tienen estas añoradas experiencias y vivencias. Hay familias que no se quieren ni ver, y menos en estas fechas que parece que ¿te obligan a estar juntos?
Hay familias que en estos días navideños lo pasan muy mal porque no tienen lo necesario para celebrar que se juntan.
Hay familias rotas que odian estas vacaciones de Navidad porque les recuerdan su ¿mal? Y no desean volver al pasado.
Hay familias que no saben ni siquiera el lugar en el que se puede encontrar alguno de sus miembros, porque les abandonó hace bastante tiempo.
Hay familias que maldicen la Navidad porque ni siquiera esos días tienen la oportunidad de “arañar” algo de la felicidad que se desprende del ambiente que les rodea.
En fin, para que seguir, si todos podríamos alargar las posibilidades que la misma realidad de estas fechas, nos sugieren.
Y, sin embargo, la Navidad es para vivirla en familia o al menos con aquellos seres queridos que te apoyan a lo largo del año, que te echan la mano al hombro en los momentos difíciles, que se alegran contigo cuando vas saliendo adelante, que “pierdes” el tiempo con muchísimo gusto, porque el vínculo que te une a tus seres más queridos fortalece tu existencia, da sentido a tu vida… al menos, unos días al año, se hace necesario ritualizar todo esto que es tan humano.
Termino refiriéndome a la dimensión religiosa de la Navidad, la cual nos ofrece y fortalece el sentido universal de la gran Familia Humana. Desde la cultura occidental y cristiana, en la que me sitúo, es la gran aportación que tenemos para toda la humanidad. Nuestro Dios se hace hombre para que su Familia inicie su camino hacia la fraternidad universal. Pero esto es para otra reflexión.

¡FELIZ NAVIDAD EN FAMILIA!

domingo, 4 de diciembre de 2016

LAS PERSONAS VOLUNTARIAS CELEBRAN SU DÍA, EL 5 DE DICIEMBRE

¡HERMOSO DÍA, SIN DUDA, EL DE MAÑANA!
A lo largo del año aparecen, por doquier, muchos "profetas de calamidades". Parece que cuesta quitarnos “las gafas oscuras” y,  claro, vemos siempre todo negro.
Hoy es una excepción, bueno, la verdad es que hay más días. Pero hoy es especial. Ya se encargó, en el año 1985, La Organización de Naciones Unidas, de establecer la fecha del 5 de diciembre como día Internacional del VOLUNTARIADO. Se me ocurren algunas reflexiones para este día. Que aunque sea mañana, como he dicho, cualquier día se ejerce el voluntariado
La naturaleza humana, como tal, se presta para hacer muchos comentarios. De ella sale de todo, a veces nos abochornamos, nos avergonzamos, nos irritamos,... y casi llegamos a decir "trágame tierra". Nos resulta indignante lo que vemos, escuchamos y hacemos. Y lo que más nos fastidia es que todo eso, tan inhumano, también sale de nuesta naturaleza humana. Pero ya tenemos otros días para decirlo y denunciarlo.
Hoy es el día de la generosidad, de la bondad, del altruismo. Hoy es el día, en que la naturaleza humana, se pone el traje de fiesta, para decir bien en alto: ¡PERTENECEMOS A LA MISMA FAMILIA Y TENEMOS QUE QUERERNOS, AYUDARNOS, SOLIDARIZARNOS,... PUES PARA ALGO SOMOS HERMANOS!
Sería una equivocación pensar, que lo del voluntariado es para unos pocos privilegiados, que disponen de tiempo y, por eso, generosamente se dedican a los demás. No es esta la realidad del auténtico voluntario.
Sabe muy bien el voluntario, que hay mucha gente -y de toda condición-, que se vuelca sin medida hacia los demás. Y no hacen falta las grandes catástrofes para expresarlo, no, es en la rutina de cada día cuando el voluntario, calladamente, da su tiempo, en ocasiones su dinero y, lo más importante, su persona, para estar al lado del otro. Pero "el otro","el menesteroso, no sólo recibe, también da y aporta humanidad, gratuidad, cercanía, afecto,... da lo que tiene y, entonces, con lo que da "humaniza un poquito más" a la persona voluntaria que se acercó a él.
Mi experiencia de voluntario lo viene constatando una y mil veces. En el heho del voluntariado se crea un vínculo en el que todos salimos beneficiados y a todos los que "entramos en el juego" nos aporta enriquecimiento y crecimiento, en definitiva, más humanización.
Es una equivocación pensar que el voluntario "es el bueno de la película" y que con su desinteresada bondad va a "salvar" a los desvalidos, pobres, necesitados,... a los que precisan ayuda de todo tipo. La persona voluntaria no es un 'superman', que gracias a ella, se van a solucionar parte de los problemas de la humanidad y que con su actuación va a aliviar las necesidades de los demás. Están muy equivocados, el hombre o la mujer, que van con estos planteamientos.
Hoy es el día para felicitar a las ONGs. ¡Cuántas ONGs, han proliferado en nuestras sociedades, y que movilizan a muchísimas personas y desarrollan su voluntariado con eficacia, profesionalidad, y generosidad! Todo el tiempo que dedican les parece poco. Saben que su voluntariado va creando conciencia, en este mundo globalizado, de la gran familia del género humano. Saben que con su buen hacer solidario, van creando vínculos de hermandad y fraternidad entre todos los seres humanos: blancos y negros, ricos y pobres, nacionales y extranjeros, "buenos y malos", enfermos y sanos, ... ¡Cuánta humanidad se genera a través de sus acciones altruistas, desinteresadas y solidarias!
 Desde esta página, mis felicitaciones a todas las personas que ejercen su voluntariado y, sobretodo, a quienes en silencio se preocupan de los demás, que de no ser por ellos, estarían solos, tristes y sufriendo su condición de mala suerte que ha podido tener en su vida. Bueno y animar a los que, aún, no se lo han planteado: todo el mundo, si quiere, puede ejercer y ser voluntario.

Termino con la frase de una de las tantas ONGs que existen:"Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños, estamos cambiando el Mundo". (PROYDE - Promoción y desarrollo).

domingo, 27 de noviembre de 2016

LA CRUDA REALIDAD: ¿PESIMISTA?

Pensaba hace unos años, que somos herederos del siglo XX. Estamos construyendo nuestro bienestar sobre millones de seres humanos que murieron en las numerosas guerras civiles y mundiales. Las dictaduras de derechas y las dictaduras de izquierdas, tienen en común, que son dictaduras. Las dos son igual de inhumanas y han generado millones de muertes y destrozos, incalculables, en el planeta. Y si añadimos, que en nombre de los nacionalismos o de creencias religiosas, se han sometido y masacrado, en actos terroristas, y con la llamada "limpieza étnica", a millones de seres humanos,... ¡El cuadro no puede ser más desolador!
Me sonrío, cuando la gente de izquierdas, me sigue cantando las bondades de sus idealismos y se creen herederos de lo mejor de la humanidad: "Nosotros somos los progresistas y moralmente somos los perfectos". Simplemente, lamentable.
Me vuelvo a sonreír, cuando la gente de derechas, me sigue narrando que sin ellos la humanidad estaría perdida, ya que son gente de bien y de orden:. "Nosotros con los valores "de siempre" haremos un mundo mejor". Simplemente, lamentable.
Ya, mi sonrisa se alarga, cuando los nacionalistas acérrimos, nos quieren hacer volver a las cavernas, donde la tribu vivía unida y guerreaba con los vecinos. "Nosotros a lo nuestro, a los demás que dios les ampare". Simplemente lamentable.
Y empiezo a reírme, cuando los fieles de algunas religiones, siguen apelando a sus dioses y creencias para someter y tiranizar a sus pueblos, matando a los "herejes": "Nosotros tenemos la verdad que ilumina al mundo". Simplemente lamentable.
El caso es, que cuando voy por la calle y veo a los políticos -todos los políticos- (derechas, izquierdas, nacionalistas,..) llevan sus trajes y corbatas, tienen sus coches de marca, viven en chalets de lujo y, desde luego, dinero no les falta (Hemos visto estos días la declaración de sus bienes). Me pregunto, entonces, ¿En qué se diferencian? Y me respuesta es: en los discursos que tienen, porque luego viven igual.
Todos los días seguimos viendo, en los telediarios, a los muchos sátrapas, tiranos, reyezuelos, dictadores... que machacan y explotan a su pueblo, pero, atención, han sido y son sostenidos (hasta que les interesa-nos interesa) por los que vivimos en el mundo occidental, que desde nuestro neoliberalismo (no nos engañemos, todos vivimos en/de este sistema, aunque lo critiquemos) seguimos expoliando y empobreciendo a los países, del llamado Tercer Mundo, cuyas materias primas, mantienen nuestra sociedad del bienestar. Países pobres de los que vemos y oímos que los hombres y mujeres, ancianos y niños, se mueren de hambre, tienen todo tipo de enfermedades, viven en la miseria,... ¿No se van a escapar y emigrar para venir a nuestras tierras?

¡ESTA ES LA CRUDA REALIDAD! ¡PERO NO LA ÚNICA! 

domingo, 20 de noviembre de 2016

JESÚS DE NAZARET NO VIVIÓ EN UN CONVENTO

Durante treinta años vivió en el pueblo, Nazaret, con su familia. Después dejó su pueblo y los últimos años de su vida fue itinerante, de pueblo en pueblo.
Sabemos que un día le preguntaron a Jesús, que dónde vivía, y la respuesta les dejo boquiabiertos: "Venid y verlo". En otra ocasión, les dijo: "el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza".
Por otro lado, en la época de Jesús, lo más parecido a la vida en un convento, la tenían los esenios, grupo piadoso y religioso que vivían en las cuevas de Qumrán, cerca del Mar Muerto. Pero esta es otra historia. 
Esta reflexión me viene, si les digo la verdad, porque persiste la mentalidad en la Iglesia, de que el mensaje de Jesús es para gente más especializada, para hombres y mujeres que han tenido el privilegio de ser llamados por Dios. Y el pueblo, bueno el pueblo, son los ‘del montón’, meros espectadores. Es verdad que están en el “espectáculo”, pero no son los protagonistas de la obra. En su caso, son los que aplauden o abuchean, 
Todo lo cual contradice lo que nos cuentan los evangelios sobre Jesús. Ya en el capítulo primero, del evangelio de Juan, leemos: ¿De Nazaret puede salir alguien bueno? Con el tiempo le llamarán Maestro, Señor, Hijo de Dios, Mesías, Rey,... Pero esto viene más tarde, tras el Misterio Pascual.
Jesús no vivió en un convento, ni estuvo en un seminario. Jesús no fue Sacerdote, ni Religioso, ni Obispo,… Fue un hombre de pueblo, que vivió con sus paisanos. En una ocasión, nos dice el evangelista Marcos, que se sorprendieron: ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?»
Y, sin embargo, nos empeñamos en ponerlo tan alto, tan alto, que es inaccesible para el común de los mortales. Bueno, no para todos, para la gente selecta de la Iglesia no está tan lejos. Porque Jesús está y vive en sus casas, en sus oratorios, en sus conventos, en sus casas parroquiales o palacios episcopales. Ellos y ellas han sido llamados, han tenido esa suerte, ese privilegio.
Pero Jesús de Nazaret, no vivió encerrado en un convento, más bien, lo que nos cuentan es que anduvo por los caminos, por las plazas de los pueblos, fue a las casas de los ricos y pecadores, a los pueblos y ciudades, estuvo lado del lago, por las montañas, fue de boda, de fiesta con sus amigos,… Vamos que llevo una vida ajetreada, “de puertas a fuera”, no estuvo enclaustrado. Hasta pasaba noches enteras orando en el campo, a la intemperie.
Pero resulta que la gente, los pobres, los pecadores,… las ovejas perdidas, estaban fuera. Y salió a su encuentro. Presiento que su mensaje era para la gente del pueblo, bueno para todos. No creo que estuviera en sus planes, que solo un grupito fuera feliz, porque Dios solo se fijara en ellos, y bueno, la inmensa mayoría que se consuelen viéndoles como a los escogidos y llamados por Dios. Eso sí, alguna migaja les caerá.
Voy a exagerar, a veces da la sensación, de que algunos han secuestrado a Jesús, -me meto en el grupo- que se consideran los elegidos y ven a los demás como los “otros” a los que hay que “encandilar”, pero,… cuidado que no lleguen a mucho más. ¡Ah! también añado, que hay hombres y mujeres que les gusta esta dinámica y situación porque no les compromete y les complica la vida.

Bueno, pues, yo creo que el mensaje de Jesús es para todas las personas. De hecho, menos mal, hay muy buenos seguidores suyos en los conventos, en los pueblos, en los barrios de las ciudades, allá en donde hay mujeres y hombres que se han tomado en serio su Palabra y tratan de vivirla a tope. Dios llama, sin acepción de personas. Y quiere que toda su familia sea feliz.



domingo, 13 de noviembre de 2016

DEL OTOÑO DE LA VIDA Y LOS ABUELOS DE LA PRIMAVERA

En estos últimos días, estoy leyendo mucho sobre la importancia de los abuelos en las familias y la belleza del otoño en el campo con su colorido tan diverso.

Dice, la sabiduría popular, que el vino cuantos más años tiene es de mejor calidad. Por lo visto, se pagan más caras las cosechas vinícolas del siglo XX, que las de este siglo que vivimos. Se ve que el paso de los años deja su impronta y la saben apreciar (y pagar) los buenos entendidos.
El otoño es la estación de la madurez. Ahora se están recogiendo los generosos frutos que los árboles han ido madurando, pacientemente,  desde la primavera. Y no digamos nada del colorido de las hojas, previo a su caída, que nos llenan el paisaje de estampas verdaderamente extraordinarias. Así es el otoño... generoso, espléndido y ornamental.
La vida de las personas se asemeja a las estaciones. En la primavera nacemos, en el verano crecemos, en el otoño maduramos y en el invierno nos vamos. Conocemos culturas en las que las personas mayores, -también se dice de más edad o viejas-, son el centro de la sociedad. Son venerados, son escuchados, se tiene en cuenta su sabiduría y experiencia acumuladas. Hasta hace unos años en mi pueblo, cuando yo era niño, ocurría lo mismo. El caso es que hoy, en mi pueblo, las personas mayores apenas cuentan. Aunque a lo mejor no tengo que ser tan atrevido en mi afirmación.
Los abuelos y abuelas tienen un papel importante en el cuidado y crianza de los nietos. Tal vez la crisis ha contribuido, pero se les ve paseando con el carrito por el parque, llevándolos de la mano por las calles y mirando los escaparates, madrugando para acercarlos a la guardería o al colegio,... digo yo, que con tanto tiempo al lado de sus abuelitos y abuelitas, algo se les 'pegara' a los nietos. Hay una lucha generacional  'de competencias' entre quienes ponen las normas, a los chiquillos, y quienes son más flexibles. Entiendo que el padre y la madre tienen la última palabra, pero,... antes de llegar a la última están las anteriores. El asunto es bastante complejo y discutible.
Con crisis  o sin ella, numerosos profesionales ya en la tercera edad (otro eufemismo), nos comparten sus ideas, su buen hacer, su rica experiencia acumulada, y creo que no podemos mirar para otro lado, o desentendernos de todo lo que nos pueden y están aportando. Sus frutos son muy variados y no los podemos desperdiciar. Por lo demás no se puede estar empezando siempre desde cero, como si lo anterior no valiese para nada. ¡Con lo buenas que están las comidas de la abuela!
Ya sé que con el otoño se caen las hojas. Lo que me lleva a pensar que nuestros mayores, así como recogemos sus frutos, también tenemos que barrer las hojas, que inevitablemente se van cayendo al suelo, porque ya nos les sirven. Sabemos de sus manías, de sus repeticiones de historias, de sus mentalidades ancladas en el pasado, pero toda esa hojarasca no invalida, para nada, la grandeza de una vida vivida y entregada -hasta en sus últimos años- a los demás, empezando por sus seres más queridos.

La sociedad actual, por muy juvenil que se quiera sentir, no puede prescindir del legado de sus mayores. Si prescindimos de su ‘testigo’ en el relevo generacional, me pregunto entonces, que cuándo pasemos el relevo a nuestros hijos ¿qué testigo le pasaremos?

domingo, 6 de noviembre de 2016

VIVIMOS TAN RÁPIDO QUE NO SABOREAMOS LA VIDA

 “Vive rápido, muere joven y tendrás un cadáver bonito”. En una ocasión escuché estos versos y me llamaron tanto la atención que se me quedaron en 'el disco duro'. Lo cierto es que vivimos demasiado rápido y, a mi modo de entender, asimilamos poco. Mejor dicho, saboreamos poco de la vida. La vida, lo único que tenemos y, da la impresión, que no la gobernamos o administramos bien. Vivimos acelerados, incluso, atropelladamente.
En poco tiempo, nos ocurren muchas cosas, y algunas de ellas muy importantes, y sin embargo, no da tiempo a que 'calen', se sedimenten, formen parte de nuestra existencia. Los entendidos dicen que el buen vino, necesita su tiempo y los años le dan más valor. Y resulta que ahora, en poco tiempo, queremos que ya estén las cosas, en su punto, como 'Dios manda'. Pero no les damos el tiempo, suficiente, para que se hagan en su plenitud.
Estamos hablando con alguien, que nos hemos encontrado en la calle, y antes de terminar el saludo, ya hacemos el ademán de irnos y despedirnos: ¡Es que tenemos prisa! Muchas relaciones interpersonales, de pareja -por ejemplo- no han tenido 'su tiempo' para solidificarse. Todo ha ido tan rápido, y tan de prisa que los vínculos se han cogido con alfileres.
No nos tienen que extrañar las conductas de estrés, de ansiedad, de angustia. En todas estas cosas, algo tiene que ver, sin duda, la rapidez con la que vivimos. No le damos tiempo al cuerpo y al espíritu para que se familiarice con lo que estamos viviendo. A nuestro ser más profundo, no llegan las cosas y si llegan, van desdibujadas. Vivimos, con bastante frecuencia, en la superficie de nuestra existencia, y falta la hondura que nos hace madurar con solidez. Las raíces de un árbol le dan alimento, estabilidad, fuerza,... No sé si damos suficiente tiempo a nuestra vida para que esté bien enraizada.
Porque las cosas se pueden hacer de otra forma. En una ocasión, paseando por un barrio, había un grupo de mujeres, en la calle, cantando el bingo, ¡cómo disfrutaban! Da gusto ver a los niños jugar en el parque; a los adolescentes hablar y hablar en sus espacios favoritos; a las personas mayores, sentadas en el banco, repitiendo las historias de siempre. Muchos tenemos la experiencia, gratificante, cuando dedicamos tiempo a pasear, a leer, a escuchar música,... pero sin prisas. Dejar pasar el tiempo, incluso 'perder' el tiempo. Creo que es sano.

¡Ay! Si fuéramos capaces de vivir menos rápido, seguro que nos vendría de perlas y  nos vendría mucho mejor.

domingo, 30 de octubre de 2016

LA VIDA COTIDIANA ES LA AUTÉNTICA Y VERDADERA VIDA

En el día a día, nos jugamos el éxito de nuestra existencia y de nuestra felicidad. Los grandes héroes, lo son, por las hazañas puntuales que realizan. Todos conocemos mil historias de ciudadanos normales, anónimos, que son capaces de entrar, en una casa ardiendo, para sacar a una persona mayor impedida; o lanzarse a un río, para salvar a un niño. La historia nos demuestra, que cualquiera, puede ser héroe, eso sí, ocasionalmente.
Sin embargo, el verdadero heroísmo, desde mi punto de vista, se realiza en la vida cotidiana, es decir, de la mañana a la noche y, así, todos los días, con sus 24 horas. Muchas veces, me he hecho la siguiente pregunta: ¿Para cuándo vivir los grandes valores, de los que se nos llena la boca cuando hablamos con otras personas? Parecería que necesitamos situaciones especiales, o que deberíamos irnos a otros países para vivirlo. No, ahí no está la respuesta.
Creo que la paz, el respeto, la tolerancia, el perdón, la justicia, la responsabilidad, la libertad, el amor, la honestidad, el diálogo,... y todos los que quieran añadir, se viven, se tienen que plasmar en la vida cotidiana. En este sentido, digamos, que la 'maquinaria' empieza a funcionar desde que suena el despertador. En la misma cama se inicia nuestro heroísmo.
Tanta rutina, nos hace olvidar el gran valor de levantarse, preparar el desayuno, desear un buen día a la pareja, disponer todo para que los niños vayan al cole; ponerse el mono o la chaqueta o el uniforme para ir al trabajo, además, con ganas de contribuir a cambiar el mundo. Finalmente, despedirse al salir de casa, con cariño y afecto. ¡Total na! Y acabamos de empezar el día.
Después, viene el trabajo en la casa, en la fábrica, en la oficina, en el kiosco, en la escuela, o en la fila del INEM. Y un día, y otro día, tratando de ser amable, favoreciendo la convivencia y el compañerismo, siendo responsable en las obligaciones, cumpliendo con las normas básicas de un bueno ciudadano. Y, así, todos los días. ¡Esto sí que es para quitarse el sombrero!.
Luego, al caer la tarde, la familia va volviendo a casa. Eso sí, cansados todos, de la jornada laboral. Pero, curiosamente, entonces, la vida del hogar, recobra su protagonismo. La pareja necesita de sus tiempos para seguir creciendo, los hijos, precisan de la atención que les ayude a criarse con una buena educación; también, surgen las relaciones -espontáneas y necesarias- con los vecinos u otros familiares; y hasta se hace cotidiana, la hora semanal de voluntariado en una ONG, pues, todos queremos un mundo mejor, (todo lo cual requiere, diálogo, cordialidad, confianza, solidaridad, presencia, cariño, perdón, ternura,...), en fin la vida misma. Hasta que, después de la cena, todo se organiza para descansar y dormir, pues, el día siguiente, continuará con la vida cotidiana.
Ya sabemos que un rosal no hace un jardín, pero muchos rosales, jazmines, geranios, tulipanes,... consiguen embellecerlo, con su colorido, y llenar el aire, con su fragancia, para que todo el mundo lo disfrute.
Para mí, que el verdadero heroísmo, consiste en levantarse, cada mañana, cuando suena el despertador y llegar por la noche, a la cama, con la conciencia de haber aguantado el tipo.

domingo, 23 de octubre de 2016

DE LAS ADVERSIDADES Y REVESES DE LA VIDA

Suelen llegar sin haberles llamado. En algunas ocasiones, sí se ha preparado el terreno. En cualquiera de los casos son un fastidio. A uno le gustaría que la vida le fuese normal, sin muchos sobresaltos. Los problemillas, de la vida ordinaria, sabemos que están en el "guión". Pero aquí estamos hablando de aquellos sucesos que nos desbordan, que son verdaderos contratiempos o desgracias. Vamos, que terminan alterando nuestras vidas.
Estas son algunas de las situaciones difíciles: La muerte de un familiar cercano; quedarse en paro o bajar de categoría laboral, en lo que supone de reconociemiento. La ruptura de la pareja que termina en divorcio, con las inevitables consecuencias para todos los miembros de la familia, en especial los hijos. La mala suerte de sufrir el maltrato y el abuso intrafamiliar. El accidente que te deja en la silla de ruedas 'y tú solo pasabas por allí'. El cáncer que te va consumiendo la vida. El fracaso de la empresa en la que se habían puesto tantas esperanzas. La amistad que se pierde por un mal entendido. La crisis que nos viene, por esto o por aquello, y termina en depresión,...
Cuando te ocurren estas cosas, empiezas a darle vueltas al "coco" y se te va oscureciendo el horizonte hasta casi hundirte. Muchos te dirán, para consolarte, que hay cosas peores o, tal vez, que no hay mal que cien años dure. Pero ellos, no están pasando por el problema, no tienen el trauma que tú estás experimentando. El túnel se te hace muy largo y no sabes bien, si va a tener salida. La verdad es que se pasa mal. Pero hay salida.
A los que tienen una corta edad, esto puede ser un terremoto que les descoloca para toda la vida. Pero para eso estamos los adultos que les acompañamos. Conozco a personas que siguen con el psicólogo, por las secuelas que les dejó tal o cual contrariedad que tuvieron. Y también, conozco a personas que, tras los 'primeros traspiés', decidieron levantarse de su postración y retomar la vida con ilusión, aunque les costase 'sudor y sangre'.
En todos estos asuntos de los reveses y adversidades de la vida, es muy importante recordar los momentos en los que las cosas te iban bien. Retomar los hábitos que te hacían la vida más llevadera y agradable, aunque en un primer momento, no les veas sentido; y apoyarte en la persona, de confianza, que nunca te ha abandonado. Y, sobretodo, retomar el protagonismo en tu vida.
Ayuda mucho, también, tener un ideal en tu vida, disponer de un proyecto, tener un horizonte por el que vivir, y cuando te lleguen estos reveses, experimentarás que después de la "tempestad viene la calma". Lo cual no te evitará el sufrimiento y el dolor por la situación inexperada que ha llamado a tu puerta. Y lo más importante tanta congtraariedad, asumida y bien gestionada te ayuda a crecer y madurar como persona

En todo caso, mejor mirar de frente que 'torcer o bajar' la cabeza.

domingo, 16 de octubre de 2016

MAÑANA ES EL DÍA DE LOS POBRES (PERSONAS EMPOBRECIDAS)

Mañana, 17 de octubre, celebramos “El Día internacional por la erradicación de la pobreza”. Este día está en las agendas de muchos organismos e instituciones, nacionales e internacionales; las ONGs -que tienen su razón de ser en este ámbito- hacen sus campañas para concienciarnos y recodárnoslo. A los pobres no los tenemos olvidados, al menos, en los discursos y conversaciones o en los libros y en las televisiones. Otra cosa es cómo hacer para que, de hecho, desaparezcan.
Antes, este asunto, estaba más claro. Lo económico era lo determinante. Hoy, las cosas han cambiado tanto, que del tema hablan los políticos, los psicólogos, los médicos, los científicos, los filósofos,... En fin, todo el mundo habla de los pobres y, para colmo -de ellos -, cuanto más hablan más aumentan. Aunque no sé si hablar de pobres o empobrecidos
No obstante, hoy, le dedicaremos un poquito de nuestro tiempo. Me voy a permitir, con perdón de los que viven en la más absoluta pobreza, traerlos a esta página y que me disculpen si faltan algunos.
Partimos del concepto de que los pobres son aquellas personas a las que les falta lo necesario para poder vivir con dignidad, hasta el punto, de que les cuesta sobrevivir. También se les califica de infelices, desdichados, desgraciados,… 
Todo ello, nos mueve a la compasión, a la lástima, nos conmueve las mismas entrañas.
Aún piensa, bastante gente, que los pobres, nacen pobres ¡MALA SUERTE! y, en todo caso, son pobres porque ellos han querido: por vagos o porque no quieren complicarse la vida. Seguir con estos argumentos supone un cinismo y grado de miopía total.
En la actualidad tenemos datos, más que suficientes, para concluir, que ha sido la humanidad, desde siempre, quien ha creado las condiciones para que unos sean pobres -pobres de solemnidad - y otros seamos ricos, gracias a ellos. Por eso planteo lo de pobres o empobrecidos.
Dicen las estadísticas, que de los 7000 millones de habitantes que hay en la actualidad, aproximadamente el 20% de la población, o sea, 1400 millones, constituyen el grupo más rico. Por consiguiente, unos 5600 millones, se les clasifica como los pobres del sistema. Vayan sumando África, Asia y América del Sur, y obtendrán los resultados.
Con el afán de organizar a la población, en lo que a pobreza y riqueza se refiere, se ha venido hablando del Primer Mundo, Segundo Mundo, Tercer Mundo, Cuarto Mundo y, personalmente, se me ocurre después de los de Iquitos, lo de Quinto Mundo.
Si el Cuarto Mundo se refiere a los pobres que viven, miserablemente, en los países del Primer Mundo, por ejemplos Estados Unidos; el Quinto Mundo, para que nos entendamos, se refiere a los más pobres del Tercer Mundo, que ya de por sí es el mundo de los pobres. Es decir, que en el grupo de los pobres, están  los que todavía  son más pobres. Siempre ha habido clases, y en esto de los pobres, pues, lo mismo. 

Y termino hablando de las personas pobres y empobrecidas (Se puede consultar en el diccionario): Abandonadas en las residencias y centros de acogida, africanas, apátridas, apuradas, arruinadas, azotacalles, bohemias, callejeras, carentes, casta de intocables, desafortunadas, desahuciadas, desdichadas, desgraciadas, desheredadas, desplazadas, despreciadas, desprovistas, desvalidas, discriminadas (raza, sexo enfermedad)  errantes, excluidas, explotadas y prostituidas sexualmente,...
Tenemos, también, seres humanos, o sea, hombres y mujeres ancianos y niños: Gitanos, galloferas, goliardas, gorrillas, hambrientos, hipotecados, humildes, infanciacallejera, indigentes,infelices, inmigrantes, invisibles, maltratados, malvestidos, marginados, mendigos, menesterosos, miserables, modestos, necesitados, parvos, paupérrimos, pelados, pordioseros, privados, rebeldes, repudiados, separados, sedientos, sin techo, tachados, trashumantes, vagabundos,...

Seguro, que ustedes podrían completar la lista. La sociedad que hemos creado es una gran fábrica de hacer pobres. Tal vez ha llegado el momento de cerrar la fábrica. Para eso los "accionistas" nos tenemos que poner de acuerdo.