BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 25 de marzo de 2018

JESÚS ME ENSEÑÓ A RELACIONARME CON PERSONAS DIFERENTES Y DISTINTAS

Relacionarse con personas diferentes, creo que es el camino para hacer de este mundo una familia humana en la que nos llevemos bien, nos ayudemos unos a otros y seamos felices juntos.
Estoy harto de tanto muros y fronteras físicas y mentales. Porque eres blanco o negro,
monárquico o republicano, rico o pobre, de izquierdas o derechas, bueno o malo, inmigrante o autóctono, creyente o ateo, ¡y el colmo! hasta por ser hombre o mujer. ¡Pero en qué mundo vivimos! Pues es que, este es el mundo real en el que vivimos, por más que queramos otro mejor.
Así las cosas, llevo muchos años afianzándome, cada vez más, en la heterogeneidad que en la homogeneidad, en la inclusión que en la exclusión, en lo políticamente incorrecto que en lo políticamente correcto, en el pensamiento plural que en el pensamiento único,  en la globalización que en el nacionalismo,...
Pero es que tengo que decir con 'orgullo', si se me permite, que este horizonte en mi vida me ha llegado de la mano de Jesús, de su vida, sus enseñanzas y, sobre todo, de su testimonio. A Él, le debo esta nueva forma de plantear mi vida. La verdad es que me encuentro muy a gusto. Lo que no quita que salten los problemas, dificultades y, a veces, los conflictos. Pero, como digo muchas veces,... están en el guión.
La situación actual en la que me encuentro, me permite tratar con muchas mujeres y hombres, que no se relacionan con mis creencias, ni mi cultura occidental, ni si quiera las costumbres en las que viví mi infancia rural. Para mí es una riqueza tanto personal, como social y religiosa. Por eso estoy en potenciarla y llevarla a los demás.
Es el evangelio de Jesús de Nazaret, viendo su originalidad, radicalidad y coherencia con la que vivió,  el que me lleva a esta determinación. Ya les adelanto que no es fácil. Lo de vivir contracorriente, ni siquiera es cómodo y a en ocasiones cansa, porque complicarse la vida no es fácil, todo esto lo digo del mismo Jesús, porque un servidor, un mero aspirante a seguirle, no me acerco, al respecto, ni a la suela de sus sandalias.
Y es que Jesús, durante su vida, trató con todo tipo de personas, no discriminó a nadie, porque los veía como a hijos de Dios y, por consiguiente, como a hermanos propios. Estuvo con ricos, pobres, de otras religiones, enfermos, pecadores,  mujeres, marginados y potentados, con todos,... con todos habló, a veces, comió, curo y sanó, discutió y celebró la vida. Claro que todo ello tuvo sus consecuencias, aunque la fundamental, es que aún seguimos hablando de él y lo tenemos muchas personas como referente. Merece la pena.

domingo, 18 de marzo de 2018

LOS PROBLEMAS QUE TIENEN LOS DEMÁS: SON MIS PROBLEMAS


Los problemas son de los otros, y que se apañen. La crisis, el paro, las guerras, las injusticias, el desalojo de la casa, si no nos afectan, como que nos quedan muy lejos. Les confieso que el lema, de Manos Unidas: Tu indiferencia te hace cómplice (1994), aún lo llevo en la cartera. En nuestras conversaciones, hay muchas frases, en uno y otro sentido. Recordemos  lo que dijo Pilatos: “Yo me lavo las manos”.  Nos cuenta la historia que terminó ‘pagando los platos rotos’. En un tono más egoísta, nuestro refranero nos dice aquello de: “Que cada palo aguante su vela”.  Aunque es más positivo, al respecto, lo de: “Hoy por mí, mañana por ti”.
Llevo muchos años preguntándome si el ser humano está ‘programado’ para estar centrado – solo - en su vida, en sus cosas, o ‘lo de su vida’, abarca y concierne la vida de los demás. De inmediato decimos que el hombre es un ser social. Que no puede vivir solo. Y que nos necesitamos. Claro que todo esto lo aplicamos a nuestros familiares, amigos, conocidos; más allá, de estos círculos, ya no lo tenemos tan claro. Veamos.
Es evidente, que nos beneficiamos de la sociedad. Aunque ciertos beneficios tienen una procedencia más que sospechosa. Pongamos algunos ejemplos: utilizamos el petróleo para nuestros coches, eso sí de países en conflicto; compramos zapatillas deportivas o ropa de marca, aunque hayamos mal pagado -a los niños explotados- que las hicieron. Nos alimentamos en exceso, tirando la comida, aunque en otro lugar, se estén muriendo de hambre o hayamos pagado una miseria por su producción. Tenemos buenos muebles y papel para todo, pero no queremos ver que proceden de esquilmar la Amazonía. Ya no podemos vivir sin el móvil, pero el Coltán -un mineral imprescindible-, lo extraen de zonas que están en guerra. Messi, Cristiano,… por poner un ejemplo, tienen contratos supermillonarios, pero eso no quita que disfrutemos del futbol. Cuánto derrochamos todos los días, aunque millones de personas estén pasando necesidad. Pero claro ¡ése es su problema! ¿Ése es su problema?
Cuando hablas de estos asuntos, sobretodo, de quién tiene que dar las soluciones, algunas personas tienen respuestas rápidas y, de las de echar balones fuera. Dicen que es el gobierno y los políticos; otros señalan a los ricos capitalistas o neoliberales; y si se pone a tiro, te sacan que la Iglesia venda el Vaticano y el dinero se lo dé a los pobres.  Eso sí, a mí que no me compliquen la vida. Ni me toquen el bolsillo. Demasiados problemas, tiene ya uno, como para estar pendiente de los demás y, encima, dedicarles tiempo. Para eso están las ONGS.
Por supuesto, que el dinero arregla muchas cosas,  muchos problemas. Pero la solución no está en el dinero. La solución está en las personas. Nosotros somos la solución. Cómo explicar, sino, lo de la familia humana. Dónde está lo de la hermandad y la fraternidad. Para quién es lo de la solidaridad. En qué queda lo de la justicia social. ¿Quién tiene que decir estas cosas? ¿Quién tiene que denunciarlas? ¿A dónde hay que ir? ¿Cuándo hay que hacerlo? ¿Qué tiempo lleva todo esto? Igual, todo esto, es para especialistas. Lo del altruismo y la filantropía, quedan para otros. ¿No?  Ejemplos tenemos en la historia, de hombres y mujeres, que entendieron lo de la familia humana y se desvivieron por ella; fortalecieron el tejido social y dieron respuestas.
Nunca me gustó la frase: “Parar este planeta que me bajo” (Groucho Marx). Me encanta: “O llegamos juntos a la libertad, o nunca la alcanzaremos” (Martin L. King).

domingo, 11 de marzo de 2018

APRENDER A GESTIONAR LA EDUCACIÓN EN ESTE MUNDO PLURAL



Cuando yo vine al mundo, en la década de los cincuenta, del siglo pasado, en mi pueblo no había teléfono, ni televisión, como mucho, algunas familias disponían de la radio para escuchar ‘el parte’ y la música popular.


Luego me he ido enterando, según iba creciendo y estudiando, que vivíamos en un mundo dividido en dos bloques geopolíticos y que la sociedad española, situada en uno de los bloques, pero, sin mucho protagonismo, vivía en un contexto social inspirado en el nacional-catolicismo. Aún hay nostálgicos que mantienen el discurso de los dos bloques y hablan de derechas e izquierdas, o le ponen color al asunto y mantienen lo de rojos y azules. ¡Qué pena!
En los albores del siglo XXI, Paco, Sheila, Jonathan, Karina,… son vecinos, viven en el mismo bloque y van a la misma escuela. Todos los días arrastran la mochila, con un ordenador personal, y van escuchando, con los auriculares, la música de su móvil. En sus conversaciones aparecen los últimos ‘chismes’ que leyeron en el Whtsapp o facebook, antes de acostarse. Han nacido en otro contexto diferente.
Y es que han cambiado mucho las cosas. Cayeron los muros berlineses y desaparecieron los dos bloques. Hoy tenemos conciencia de que vivimos en mundo globalizado. Y ser persona, en estas circunstancias, tiene su originalidad, su atractivo, sus dificultades y sus retos.
Los que somos mayores, crecimos con modelos fijos basados en “pensamientos únicos”. Las religiones tenían sus influencias limitadas a los países en los que se encontraban. Hoy el Internet es una herramienta que nos informa de todo lo que pasa en cualquier parte del mundo, y al instante.  
El movimiento migratorio nos está cambiando el “paisaje” de las ciudades. No encontramos en las calles y plazas: iglesias, templos, sinagogas mezquitas, restaurantes chinos, kebats árabes… y lo vamos viendo como lo más natural del mundo.
Evidentemente ser persona, crecer como hombre y mujer, educar en la misma escuela a los adolescentes de diferentes culturas, valores, creencias,… comporta unos estilos y procesos educativos, muy distintos, a los que tuvimos los que nacimos a mediados del siglo pasado. Pero no solo la escuela, las familias –en primer lugar- están viendo que sus hogares no son los únicos que influyen en la educación de sus hijos, sin olvidar la influencia de Internet y los medios de comunicación social.
SER PERSONA EN ESTE MUNDO PLURAL, nos va a exigir armonizar, todos los elementos que están presentes en este mundo global que vivimos. La Globalización, sin duda, es una riqueza y, para mí, es una etapa más de la historia de la humanidad. Pero vamos a necesitar mucho respeto y tolerancia, mucho conocernos unos a otros. Es necesario el diálogo intercultural e interreligioso. Vamos a tener que aprender a gestionar la pluralidad, la diversidad, las diferencias… Tanto las mamás y papás, que pasean a sus hijos por la ciudad, como sus futuros educadores en las aulas y, junto a las nuevas tecnologías, (no las olvidemos) tienen tarea por delante… ¡ESTE ES EL RETO!