BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 30 de agosto de 2015

¿LOS DOS CAMINOS DEL ADOLESCENTE?



A las puertas del nuevo curso, comparto una reflexión que propuse en una de las Asambleas, del Hogar, y que hizo pensar bastante a los muchachos. A veces, aciertas y das con la tecla. Además, el diálogo y los comentarios posteriores fueron muy interesantes:

Todos caminamos, pero... ¿hacia dónde?

Ya no nos gusta que nos traten como a niños, pero no queremos tener las responsabilidades de los mayores.

Algunas personas quieren tener solo las ventajas, pero no quieren los inconvenientes de los mayores. Yo quiero ser mayor para hacer las cosas que no me dejaban realizar de niño; pero, de vez en cuando, me gusta ser niño para que no me exijan las cosas que tienen que hacer los mayores.

¿En qué quedamos?  ¿Ser niño o ser adulto? ¿Ser pequeño o ser mayor?
A mí me gusta que los demás respeten mis derechos.  Pero algunos derechos que tengo no me interesan y yo mismo no los respeto.

Un camino: Este año, que ya soy más grande en todos los sentidos, tengo la oportunidad de hacerme más persona, más libre, más sociable, más responsable, más feliz, aunque eso me suponga esforzarme; pero sé que así me irán mucho mejor las cosas y los demás me ayudarán.

Otro camino: Este año, aunque ya soy más grande, no quiero aprovechar la oportunidad de seguir creciendo como persona. Quiero las cosas fáciles, buscaré la comodidad; es mejor que se compliquen otros la vida. Yo no tengo la intención de esforzarme. Eso sí, que no me falte de nada. Y además lo exigiré.

Chaval, tienes que decidirte: ¿QUÉ CAMINO ELIGES?”

domingo, 23 de agosto de 2015

LOS CACHORROS DEL ASFALTO y IV

 La historia sigue y, como parece, que si no hay problemas la vida no tiene chispa, los Cachorros de la Pantera, dijeron que ya estaban cansados de tanto entrenamiento y de tantas normas. Entonces, vieron la forma de salir de la reserva por la noche, con lo cual, por lo menos se consolaban y podían hacer lo que les daba la gana, sin que nadie estuviera encima de ellos. La escapada nocturna funcionó las primeras noches; pero un día, a la vuelta de la aventura, se encontraron con don Oso que los había echado de menos, pues un Cachorro de Cebra se puso enfermo y, al ir a cuidarle, se dio cuenta de que faltaban los Cachorros de Pantera. Sin decirles nada les indicó que se fueran a dormir. 
          
             A la mañana siguiente, los llamó y les recriminó la gran imprudencia que cometían al marcharse por la noche. Les dijo que la noche está llena de peligros y que podían echar a perder todo lo que se estaba haciendo con ellos. Ellos se rieron y burlaron de él, porque decían que lo pasaban muy bien y que, además, nadie les ponía normas fuera, que donde iban podían hacer lo que quisieran. Aceptaron, porque no les quedaba más remedio, la sanción que les pusieron y quedó así la cosa.

            Pasados unos días, un gran revuelo hubo en la Reserva. Nadie sabía lo que pasaba exactamente, pero, los Cachorros de Pantera no habían vuelto esa noche a la Reserva. Doña Cierva  hizo las correspondientes investigaciones y todos lamentaron la noticia: los Cachorros de Pantera habían sido engañados y los habían secuestrado para llevarlos a un zoo de la ciudad. Todos se quedaron muy tristes porque sabían que en el zoo se perdía la libertad. Estaban encerrados siempre en una jaula y su vida quedaba totalmente frustrada. Es verdad que comían y estaban cuidados, pero el precio era muy alto. Vivían encerrados;  ya no eran libres.

            Pero no todo va a ser negativo. En la Reserva, también sucedían historias agradables. Algunos Cachorros se aplicaban para hacer bien su aprendizaje y sus entrenamientos. Claro que les costaba esfuerzo y algunos avances eran  una verdadera exigencia, pero ellos sabían que les esperaba un futuro mejor. Los Cachorros de los Lobos  ponían mucho interés en aprender las técnicas de la caza, les gustaba vivir en manada, seguían con interés los ejercicios para coordinarse como grupo al hacer las cosas y es que estaban asimilando que juntos podrían salir adelante mejor que solos.

            También estaban los Cachorros de los Monos; su máxima ilusión era estar en un circo. Todos los Cachorros sabían que un circo era la ocasión para viajar, de conocer el mundo, las ciudades, los pueblos. Se hacía mucho turismo. Además, en el circo se les trataba bien, se alimentaban mejor y, encima, te aplaudía la gente cuando salías a escena. Uno se hacía pronto famoso y los Cachorros de los Hombres se divertían con ellos. Eso sí, había que aprender a realizar las habilidades propias de un circo, pero merecía la pena el esfuerzo. Estos cachorros no solían poner muchas pegas, pues tenían muy claro lo que querían ser en el futuro.

             Y así fue pasando el tiempo, hasta que llegó el final del año. De nuevo, don León convocó el Gran Consejo de la Selva. En esta ocasión, le correspondía a doña Cierva una participación importante. Al principio de la reunión, don León, le concedió la palabra. Doña Cierva expuso, con cierto nerviosismo, pero con claridad, la memoria de lo que había ocurrido en la Reserva durante todo el año. Dijo que los Cachorros lo habían pasado muy bien y que, desde luego, se habían cumplido los objetivos marcados.

            Después explicó que todos los Cachorros se habían adaptado a las reglas de juego que regían la Reserva. Además, muchos Cachorros progresaban en el adiestramiento para sobrevivir en la selva. Y, aunque lo sintió mucho, tuvo que hacer mención a lo acontecido con los Cachorros de Tigre y de Zorro, aunque estos últimos, insistió, parece ser que trataban de adaptarse a la vida y a las exigencias de la Reserva, aunque no todos.

            Cuando terminó, todos los animales del Gran Consejo la felicitaron y, por unanimidad, le pidieron que siguiera animando la Reserva. A don Oso también se le pidió que siguiera acompañando a doña Cierva, pues había desempeñado su papel con acierto. Y también se reconoció su trabajo a los diversos colaboradores; sin ellos, el adiestramiento no se habría llevado a feliz término.

            Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

domingo, 16 de agosto de 2015

LOS CAHORROS DEL ASFALTO - III



Se iniciaron los problemas con los Cachorros de Tigre, que empezaron a crear un malestar entre los demás y a ponerlos contra doña Cierva. Se inventaron mil historias, por ejemplo, que no les daba  bien de comer. Pero, sobre todo, los Cachorros de Tigre se enfretaban a doña Cierva públicamente como última responsable de la Reserva y trataban de dejarla en ridículo ante los demás Cachorros. Claro, esto no podía seguir así, y doña Cierva acudió al Consejo Permanente de la Selva a exponer el caso.

            El Consejo determinó que, si después de avisar a los Cachorros de Tigre tres veces seguían creando conflictos entre doña Cierva  y los demás Cachorros, no cabía más posibilidad que expulsarlos de la Reserva, aunque quedaran indefensos, ya que no estaban del todo adiestrados y preparados para sobrevivir en la gran selva. Pero que por culpa de unos pocos Cachorros no se iba a perjudicar al conjunto de todos los demás Cachorros.

            Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Los Cachorros de Tigre no quisieron dar su brazo a torcer y, como querían salirse con la suya, no hubo más remedio que expulsarlos de la Reserva. Los que más lo sintieron fueron doña Cierva y don Oso, porque sabían que en la selva había muchos peligros: estaban las alimañas, las serpientes, las víboras y las aves carroñeras; en fin, cantidad de enemigos que iban a dificultar la integración de los Cachorros de Tigre.

            No obstante, la vida en la Reserva siguió con normalidad, aunque a algunos Cachorros les dio que pensar lo acontecido con los Cachorros de Tigre. Por entonces, y a pesar del escarmiento, los Cachorros de Zorro  insistían en quererse liberar y salir; claro que, al ser más pequeños, pensaron hacerlo a su manera. Todo ocurrió cuando unas serpientes se asomaron por la empalizada y llamaron la atención a estos Cachorros quienes, al principio, muy inocentemente, se creyeron todas las patrañas que les dijeron las serpientes y empezaron a seguir sus orientaciones, en vez de atender los consejos que les daba doña Cierva.

            Por lo demás, la táctica que utilizaron parecía más diplomática: Por un lado, cuando estaban con doña Cierva, aparentaban y decían unas cosas agradables para quedar bien; pero, cuando estaban solos, maquinaban la forma de fastidiarla, aun sabiendo que doña Cierva y don Oso se preocupaban por instruirlos y prepararlos para su futura vida en la selva.

            Pero, como en la selva y más en la Reserva, tarde o temprano todo se sabe, doña Cierva y don Oso también se enteraron de las maquinaciones de los Cachorros de Zorro. Y no le quedó más remedio a doña Cierva, como la última responsable de la Reserva, de llamarles la atención. Claro que, como los Cachorros de Zorro eran más pequeños, se les hizo ver que se dejaran de tonterías y se integraran a la vida de la Reserva, que era lo que mejor les podía servir para el día de mañana.

            Mientras tanto, los demás Cachorros seguían con interés las diferentes actividades adiestradoras programadas en la Reserva. Algunas eran más exigentes que otras, pero los Cachorros reconocían que era mejor esforzarse ahora para poder estar bien preparados y formados para su futura integración en la selva, ya que como de todos es sabido, en la selva pueden ocurrir las cosas más inesperadas. Así que, desde luego, se trataba de estar bien adiestrados.

domingo, 9 de agosto de 2015

MARTÍN: UN HERMANO ALEGRE, BUENO y COMPROMETIDO



Nos dejaba el martes. Tres años viviendo con él. Una piedra clave en la vida del Hogar la Salle de Jerez. Dando respuestas a las situaciones que iban surgiendo en los diferentes programas de la Asociación. Y en la vida cotidiana, optimista y vitalista, como el que más.
El Hermano Martín, sin duda, ha dejado su huella en Jerez. El Hogar la Salle es un espacio abierto que convoca a muchas personas y que han tenido la oportunidad de conocerlo.  Basta mirar las redes sociales y ver las numerosas muestras de afecto y sinceros sentimientos de aprecio hacia el Hermano.
Todos los domingos, después de publicar la reflexión en el blog, le faltaba tiempo para comentarme alguna frase. Me animaba a escribir y en algunas ocasiones me sugería el tema, según las circunstancias del momento. También le echaré de menos.
Pero hoy, de manera especial, quisiera homenajearle con tres, de las numerosas cosas, que se podrían decir de él. Y que muchas personas que le han conocido han dejado por escrito en el Facebook del Hogar la Salle. Las he anunciado en el título de esta reflexión.
La alegría era la firma que caracterizaba su identidad. Sabía dar un tono gozoso de la vida. Siempre sonriente. Para la buena convivencia esta faceta es importante. Y que haya personas con esta actitud, sin duda, favorece el buen ambiente.  Y más, en un centro social, en el que la carga de dificultades y problemas crean, a veces, un clima de  crispación y tensiones.
Su bondad era manifiesta. Martín era un hombre bueno. No tenía doble intención en las cosas. Iba directo y era transparente. Quería a las personas y buscaba su bien, aunque eso, en ocasiones, traía exigencia y dureza en sus manifestaciones.  Su amabilidad y comprensión le hacía cercano, generando empatía y confianza, lo que le facilitaba tratar los problemas con mucha sensibilidad. Bondad que también se traducía en disponibilidad y servicio para cuanto se le solicitaba.
Y era un hombre comprometido. No toda la gente está por la labor. Ver los toros desde la barrera es fácil, pero, bajar al ruedo tiene sus dificultades. Martín no era indiferente. Las periferias del mundo no le eran desconocidas. La cercanía con los excluidos y marginados le era natural. Pero porque se lo había currado. Vivir con inmigrantes, te da una visión de la humanidad, que te hace sentir y vivir como hermano de una gran familia y, esto, lo vivía con gran convencimiento e intensidad. Desde el principio apoyo la iniciativa social del "Círculo de la Fraternidad", como espacio de diálogo intercultural e interreligioso, creía en la familia humana.
De mi amigo y hermano, Martín, podría decir más cosas buenas, porque todos abundamos en cosas positivas, e incluso, comentar aquellas (las menos), que todas las personas llevamos en la mochila y de las que no queremos hablar mucho, aunque también configuran nuestra existencia . Pero hoy tocaba destacar lo que más definía y caracterizaba – a mí  entender- a Martín Salvador Tena.