BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 28 de junio de 2015

NO SOY PERFECTO NI LO PRETENDO

No es fácil hablar de uno mismo. Sin embargo nos faltan palabras para hablar de los demás. A menudo puedo ocurrir que lo que vemos en los demás, resulta, que es el reflejo, mejor, el espejo en el que se refleja nuestra propia realidad. Al final somos muy parecidos, eso sí, con pequeñas variaciones. Es lo que tiene pertenecer al colectivo de los seres humanos.
He tenido épocas en mi vida, que buscaba obsesivamente la perfección.  Yo lo pasaba mal, porque no la alcanzaba, y los demás sufrían las consecuencias por mi rigidez y exigencias. Pero eso ya pasó y no es plan de regodearse en el pasado. Bueno, siempre quedan algunos flecos por recortar. Es ley de vida, por lo que me dice la experiencia.
Otras cosas son los 'cliches' que te hacen los que te rodean: te siguen viendo igual, para ellos no cambiamos, pero claro, lo mismo me ocurre a mi con relación a ellos. Este es un círculo que se va rompiendo en la medida que nosotros vamos cambiando y aceptamos, por consiguiente, que los demás también cambian. No obstante la experiencia me dice que eso de cambiar-se, algunas personas, se lo toman más en serio que otras.
Todo este asunto tiene que ver con el llamado crecimiento personal. Aunque a decir de verdad, no siempre estamos convencidos de dicho crecimiento. Echando una mirada a mi propia historia, tengo etapas en la vida en las que no siempre he estado por la labor. Influencias internas (que nacen de mi interior) e influencias externas (que me vienen de los demás),contribuyen a la paralización, a la pereza existencial, a seguir como estoy; en fin, me digo a mi mismo , para qué complicarse la existencia.
A veces, suele coincidir, que cuanto más exijo a los demás, menos me exijo a mí mismo. Y cuanto más me exijo a mí mismo , más compresivo soy con los demás, por que experimento lo que cuesta dicha exigencia y entiendo que cada cual tiene sus procesos.
¡Qué poco nos ayudamos a crecer unos a otros! ¡Cuánta felicidad desperdiciamos! Tal vez evitamos decir las cosas a los demás, porque no estamos ni preparados ni dispuestos a que los demás nos cuenten la versión que tienen de nosotros mismos. ¡Qué lástima!
En el lenguaje cristiano hablamos de corrección fraterna. Es la oportunidad que nos damos para decirnos las cosas buenas que nos vemos y nos alientan y, también, para comunicarnos aquellas cosas que debemos mejorar, porque sabemos que mejorándolas nos harán felices a todos.
Mi experiencia me dice que no hay mucha confianza para decirnos las cosas. Hablar de fútbol es fácil, discrepar de la política está en el 'guión', pero adentrarnos en interioridades... es 'top secret'. Además, como dice el refrán, "que cada palo aguante su vela". ¡Quién te manda meterte en mi vida!
Claro que la perfección es imposible, pero saber convivir, aceptar, asumir "las imperfecciones" es un arte. Y, mejor todavía, disponerse a superar todo aquello que dificulta mi camino -sabiendo que totalmente no lo voy a superar -  es el arte en plenitud. Esto se llama aceptar la realidad y asumirla.
Cada vez entiendo mejor lo de "Amar a los demás como a uno mismo" Creo que dejarse llevar por los acontecimientos, o tirar la toalla o vivir 'perezosamente' no es el camino más oportuno. Más bien afrontar y confrontar la propia vida es el camino más seguro, aunque sea más difícil, para caminar al lado de los demás disfrutando, mutuamente, de la vida.

Por cierto este verano, durante las vacaciones, además de divertirse, pasarlo bien, disfrutar de la familia o ir a la playa... dedicarse un poquito de tiempo para estos menesteres no vendría mal, mejor, no me vendría mal.

domingo, 21 de junio de 2015

PASEANDO CON LA BICICLETA POR LA CIUDAD

Siempre me ha gustado montar en la bici. Desde pequeño, mi padre que era herrero, me apañó una con la que pasaba muy buenos ratos, no exentos de caídas, pero eran el pasaje a pagar. Recuerdo que, en Granada,  me quedé campeón una de las carreras que se organizaban por aquellas épocas. ¡Qué tiempos! Y llevo unos años que he vuelto a la bicicleta, por aquello del ejercicio que tenemos que hacer, bueno, y por que me sigue gustando.
De momento, por las mañanas, mi horita de bici no me la quita nadie. Normalmente reservo un tiempo los fines de semana, pero, ahora con las vacaciones, parece que se refuerzan ciertos hábitos y costumbres que están ahí, aguardando tiempos mejores. La constante en esta práctica, en mi caso, es levantarse temprano, para disfrutar del frescor de la mañana, pero cuando no puede ser así, me conformo con salir aunque haya más tráfico y transeúntes.
Me gusta estar pendiente del despertar del día, el bullicio de los pájaros, la naturaleza entera que se levanta, incluida las personas, que tan temprano van al trabajo. En alguna ocasión, a los señores barrenderos que empiezan su jornada, les veo regresar a mediodía arrastrando, con cansancio, el carro que les ha acompañado toda la mañana.
Es un placer oler las flores y plantas que te vas encontrando por las calle, y también, los olores que surgen de los restaurantes que preparan el café o el chocolate con churros, para los clientes de siempre, a los que no hay que preguntar porque ya se saben sus gustos.
Más bien, los fines de semana, a media mañana, se ven a los abuelos llevar a los nietos de la mano, a los padres y los hijos, con diferentes bicis, paseando; también se ve haciendo footing por las aceras y los parques sin prisas, a todo tipo de personas,... en fin se ve que el ejercicio físico es importante.
Este sábado me acerqué al mercadillo. Un verdadero hervidero de gente, de un lado para otro, buscando algún género que comprar. La verdad es que, con crisis o sin crisis, siempre hay mucha gente. Este ambiente me suele gustar, cuando voy a mi pueblo, es una de las visitas obligadas.
El paseo en la bici es tiempo para la reflexión. Prácticamente es una hora que te da tiempo para muchas cosas. Además de ver el ambiente y las personas, te queda margen para pensar, reflexionar, organizar asuntos del días, en fin, que viene bien este espacio personal que uno se dedica a partir del ejercicio en la bici.
De todas formas, lo de hacer ejercicio, es muy variado. Se ve que la salud la cuidamos cada vez más. A lo largo del recorrido paso al lado de algunas instalaciones deportivas, y se ve a muchos equipos, de todas las edades, practicando, haciendo deporte. No ha nada mejor que una vida sana.

domingo, 14 de junio de 2015

ME GUSTA 'EL ARCO IRIS' DE LA POLÍTICA ESPAÑOLA

La sociedad española es plural. Siempre lo  ha sido. De pequeño, en la clase, ya me explicaban lo de los "reinos de taifas". Esto de ser un espacio de tránsito, del norte al sur y del sur  al norte, es lo que tiene; y si añadimos, lo del estrecho, como paso de oriente a occidente, se completa esta visión de cruces de caminos. Aunque más que hablar de problemas y dificultades, yo hablaría de riqueza y oportunidades.
Este blog, que quiere ser un espacio para el encuentro, se felicita por la pluralidad de visiones políticas, en los ayuntamientos y comunidades autónomas. Bueno, siempre que no se olvide que la POLÍTICA, es la búsqueda del bien común de -toda - la sociedad plural que sigue siendo nuestra España del siglo XXI.
Tengo 60 años, los primeros 25, los viví con Franco gobernando, y los 35 siguientes con la democracia que votamos. Mi humilde experiencia ha constatado, que cuando un "color político" se mantiene en el poder (sea local, autonómico o general) termina corrompiéndose y corrompiendo a los demás, pues, se termina gobernando para los del mismo 'color' y afines. Por más que se empeñen los políticos, en España, no hay una única manera de gobernar. Ni nadie tiene la 'varita mágica' por más genial que se crea.
Consenso, pacto, diálogo... es la única vía posible para alcanzar el bien común, de toda la  población española. No quiero ser pesimista, pero la familia, la escuela y otras instituciones más generalistas, me parece, que tienen mucho que hacer en este asunto de la cultura del respeto, la tolerancia, el diálogo y el mutuo entendimiento, para convivir en esta sociedad plural que somos.
Cuando se escucha: 'A mí no me gusta la política' o 'yo no soy político', mal asunto. Como si llevar a la escuela a sus hijos, pagar la hipoteca o el recibo de la luz, estar al día con los impuestos, ir al médico... no tuvieran que ver con ser político o con la política. ¡Cuánto mal hace la indiferencia o 'los brazos cruzados'.
Tenemos la suerte -y la oportunidad-, durante estos cuatro años, para demostrarnos que, después de la 'tormenta', el arco iris es la visión más agradable que tenemos para relajarnos y disfrutar de la belleza de todos los colores, cuando se juntan en una visión tan armoniosa. Porqué nos empeñaremos en que el arco iris tenga un solo color.
El punto de partida no es fácil. En la España plural que habitamos: con el color de las ideologías, con el color de las religiones y creencias, con el color de las lenguas, con el color de la inmigración, con el color de las diferencias económicas, con el color de los sindicatos, con el color de las autonomías, con el color tuyo y mío,... se hacen muy necesarios - sin duda - el pacto, el consenso, el diálogo, pero..., tanto en las instituciones de gobierno, como en la familia, entre los amigos, en el vecindario, en la escuela, en las asociaciones, clubes de fútbol, cofradías,...

Creo en la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto... entre las personas diferentes, no solo en España, sino en este mundo global que habitamos. Por cierto, los colores se necesitan si quieren formar un bonito y bello arco iris.


domingo, 7 de junio de 2015

EN LOS ACTOS DE GRADUACIÓN ESCOLARES: GRACIAS ES LA PALABRA FUNDAMENTAL

Gracias ha sido la palabra más escuchada y leída en los dos actos de finalistas y graduación, de  bachillerato y ciclos formativos, en los colegios de la Salle de Buen Pastor (el salón de actos a tope) y Mundo Nuevo (el patio a rebosar).
Gracias a los familiares, gracias al profesorado, gracias a los compañeros y gracias a Dios por haber estudiado en el colegio la Salle. Son los sentimientos de gratitud que más se repiten. La alegría es desbordante.
Se agradecieron los valores que se han ido recibiendo a lo largo de los años, la amistad que fue creciendo con el tiempo, los conocimientos adquiridos que ayudarán en el trajín de la vida de adultos,...
En los discursos se leía, entre líneas, que se recoge lo que se siembra. Y han sido muchos años sembrando, por lo que los frutos han sido abundantes.
Lo que esperamos en los colegios de la Salle es que nuestros alumnos y alumnas, que nos dejan, se vayan con lo que es la razón y la finalidad educativa de nuestros centros: LA EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA. Este ha sido el empeño, de la entera comunidad educativa, a lo largo de su estancia en las aulas con nosotros.
Esta expresión la traducimos con dos dimensiones más cercanas:
1ª - Que nuestros alumnos y alumnas se vayan de nuestros centros con una educación humana que les haga ser honrados, dialogantes, honestos, solidarios, justos, pacíficos, sinceros, respetuosos con los diferentes, responsables, trabajadores,... para que sean unos buenos ciudadanos en esta sociedad globalizadora que vivimos.
2ª - Que nuestras alumnas y alumnos se vayan de nuestros centros con una educación cristiana que les haga ser creyentes, serviciales, fraternales, coherentes, misericordiosos, eclesiales, buscadores de la verdad, libres, comprometidos,... en esta nuestra Iglesia, Pueblo de Dios, que sigue siendo símbolo de la presencia de Dios entre los hombres y mujeres del siglo XXI.
En el mundo tan plural que vivimos, los centros educativos de la Salle, quieren seguir aportando a la sociedad,  hombres y mujeres, que sean como la levadura que fermenta la masa para hacer el pan; es decir, que sean mujeres y hombres, dispuestos a cambiar y transformar el mundo, empezando por ellos mismos. Por eso en la finalidad de nuestros centros, está muy presente la cultura de la paz, de la solidaridad, de la justicia y la del amor –porque Dios es amor.
Por todo esto la palabra GRACIAS, es la que mejor recoge los sentimientos que todos manifestamos cuando cada año, ¿despedimos? a nuestro alumnado. El acto en sí es como una foto que retrata, año tras año, la vida colegial del centro.
Y, estas fechas, son también la ocasión para dar gracias por tantas cosas que han ido pasando a lo largo del curso, en la familia, con los amigos, en el trabajo, por los problemas resueltos, por mantener la ilusión y la esperanza,... la lista se podría alargar.


Porque como diría el refranero español: "Es de bien nacido ser agradecido". Pues eso.