BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 24 de febrero de 2019

EN LA IGLESIA,¿LOS HOMBRES Y LAS MUJERES SOMOS IGUALES?... NO


Ya me he pronunciado en otros momentos, pero este fin de semana me lo han vuelto a confirmar. He estado en unas Jornadas de Justicia y Solidaridad organizadas por CONFER, el título ya lo dice todo: “MUJERES Y CAMBIO SOCIAL”. Tanto las ponencias, como las experiencias han ido narrando la situación de las mujeres en el mundo y en la Iglesia. Regreso a Jerez agradecido y contento por haber participado.
Como digo en el título, en el siglo XXI, la igualdad en la Iglesia Católica, de los hombres y las mujeres, no se da. Igual leyendo algunos pasajes de la Biblia, tal vez escuchando al Papa Francisco, o leyendo algunos documentos del Magisterio, se afirme que la igualdad sí se da. Pero me remito a los hechos. Me convencen más.
Desde san Pedro al papa Francisco, ¿Cuántas mujeres han ocupado el Vaticano como la máxima autoridad en la Iglesia? 
En los órganos de gobierno de la Iglesia como el Concilio, los Sínodos, Asambleas eclesiales, Conferencias Episcopales, Arciprestazgos, Parroquias,… ¿Qué presencia, representación y capacidad de decisión tienen las mujeres?
En las Universidades Católicas, en los Institutos teológicos, en el Profesorado de los Seminarios, la formación en los noviciados a la vida religiosa,… ¿Cuántas teólogas son catedráticas, profesoras, docentes?
En la Sede del Vaticano y su complejo sistema de organización de la Iglesia hacia el interior de la misma y hacia el mundo exterior ¿Qué número de mujeres tienen la última responsabilidad?
En definitiva, el poder en la Iglesia que está para servir a la comunidad ¿Quién y cómo lo ejerce? Y nos podemos preguntar ¿Cuántas mujeres ejercen el ministerio sacerdotal?
No, no somos iguales. Aunque haya mujeres en el Vaticano, haya mujeres en los Seminarios y en las Parroquias. Es verdad que dan las catequesis, son empleadas domésticas eclesiales, algunas son teólogas y a otras se les consulta para asuntos especializados, pero son una minoría.
Pero es que la igualdad, dentro de la Iglesia, también tiene que darse en ámbitos de las pobrezas, de la marginación, de la trata,…ahí, curiosamente, hay más mujeres cualificadas que varones.
Claro que somos iguales los hombres y mujeres dentro de la Iglesia. Ya lo dice el Génesis en el primer capítulo, que fuimos creados a imagen de Dios, varón y hembras nos creó. Pero eso es lo que dice la Biblia.
Por supuesto que el Bautismo consagra la igualdad entre el hombre y la mujer y se nos equipara en la dignidad. Pero ahí se acaba todo. Los derechos están mal repartidos, los hombres se quedan con casi todos.
Perdonen este último comentario, pero estoy esperando -del Papa Francisco- gestos proféticos como los que tiene en otros espacios y ámbitos como la inmigración o el compromiso con las periferias, de los que me hago eco siempre que puedo.
Este asunto de la igualdad, en la Iglesia como en la sociedad, no depende solo de las mujeres, también depende de los hombres. Desde que nacemos, caminamos juntos y nos necesitamos mutuamente, para realizarnos -en plenitud- como personas y ser felices.

domingo, 17 de febrero de 2019

NECESITAMOS LA FAMILIA PARA CRECER COMO PERSONAS Y SER FELICES

Este fin de semana lo he pasado con mis sobrinos. ¡Qué gozada! Ha sido una gran sorpresa. Inesperada. Han querido celebrar mis 64 años comigo. ¡Qué detalle! Y desde Cartagena, Cuenca, Madrid y Valencia se han presentado en Jerez, en el Hogar la Salle. Pero no me habían dicho nada. ¡Estos jóvenes! En fin unos días estupendos. ¡Ay! La famlia, que importante para nuest
ro crecimiento personal y ser felices. Esta semana me detengo en la familia, una vez más.
Porque nacemos para crecer y ser felices. Luego, la vida nos va llevando por diferentes derroteros y cada cual sabe de su historia. La sociedad ha tenido el ingenio de 'crear la familia', como el núcleo más básico en el que la persona inicia sus primeros pasos en todas las dimensiones de la vida. La familia es un tema que da para hablar y escribir mucho sobre ella. Por mi parte resaltaré algunos asuntos que considero importantes: La persona, la pareja, los hijos y la armonía familiar.
La persona,
cada uno de los miembros de la familia, es única y diferente a los demás. Vivimos en una época en la que, estamos tan desbordados por los acontecimientos, que nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestra realidad más personal. Como ser individual cada persona necesita sus espacios, sus tiempos,... para hacerse protagonista consciente de su propia historia; pienso que el ámbito familiar los tiene que crear y favorecer. ¡Todo un reto!
La pareja, que tiene unos tiempos fuertes e intensos de crecimiento en sus inicios, es propensa a bajar la "guardia" cuando vienen los primeros hijos, están pendientes del necesario trabajo, o porque surgen mil compromisos en el día a día. Sin embargo el "eje" vertebral de la estructura familiar, a mi modo de entender, es una buena relación de pareja que sigue creciendo hasta el final de sus días. Para ello hay que buscar sus tiempos y espacios, favoreciendo una fluida y continua comunicación, que siga favoreciendo, el crecimiento en el amor que se profesan. ¡Sin comunicación...!
Los hijos, constituyen la asignatura fundamental de la madre y el padre en su responsabilidad de crianza y en el cumplimiento de sus funciones parentales. Cada vez más me admiro de los padres que, día a día -con sus noches- están pendientes de sus hijos, tratando de darles lo mejor. La educación de los hijos es una tarea inmensa y exigente. Atender a la individualidad de cada hijo y favorecer la hermandad entre ellos, constituyen los pilares de un seguro y esperanzador crecimiento de sus personas. ¡Menudo compromiso!
La armonía familiar, el acierto y lo bonito del ambiente familiar es que puede favorecer el crecimiento de todos sus miembros. Claro para ello hay que poner los medios, pues son muchas las oportunidades o interferencias que llegan al hogar: La escuela, el barrio, los problemas laborales, las enfermedades, las amistades, la tele, el Internet y los demás medios de comunicación social,...  
Aún así, favorecer el diálogo, reflexionar y hablar de los problemas cotidianos en la mesa, compartir las alegrías y frustraciones, mostrar el afecto y cariño que se tiene, sin duda, constituyen la verdadera escuela del crecimiento personal de todos.

domingo, 10 de febrero de 2019

MAS DE 20.000 PERSONAS MUEREN CADA DIA DE HAMBRE

¿20.000 personas? Nos da igual. Nosotros a lo nuestro. En la burbuja del bienestar se vive muy bien. Mueren al día más personas que en todas las guerras juntas de la actualidad. Pero son muertes silenciosas. NO hacen ruido.
Se siguen muriendo de hambre niños, jóvenes, adultos, ancianos,... el hambre no entiende de edades. Pero sí de muertos. 
Estamos enzarzados en la maraña de la vida cotidiana, y tan conectados a los medios de comunicación y redes sociales, que nos olvidamos de tantas personas a las que se les cierran todas las puertas y ventanas de la vida. Como no tienen para comer se mueren de hambre. Así de simple.
¿Qué dirá el futuro de nosotros? ¿Cómo nos juzgarán? Por la historia sabrán que hay comida para todos. Verán que tiramos alimentos. Que caducan por no consumirlos y lo tiramos. Constatarán que otras personas abandonan el planeta, por la puerta de atrás, por falta de sustento, por no poder comer ni lo suficiente, para subsistir.
No se trata de ver qué hacen los supermercados al respecto. Ni de señalar a las empresas alimentarias de la actualidad. Tal vez habrá que denunciarlas, en lo que de culpabilidad tengan. Más bien, me fijaría en como gestionamos nuestras comidas y reservas de alimentos en nuestras casas. Hay que echar una mirada escrutadora a nuestras neveras. Ojear nuestros cubos de basura. Ver el contenido de las bolsas que arrojamos a los contenedores.
No obstante, cada año Manos Unidas, nos recordará -con sus campañas- el asunto del Hambre en el mundo. A lo mejor nos echamos las manos a la cabeza y como gesto solidario haremos el ayuno voluntario, o damos un donativo, para acallar nuestras conciencias. Y ya está. Hasta el año próximo.
Eso sí, diremos que el ayuno voluntario es una forma de experimentar, los que otros viven por necesidad y carencias. No lo olvidemos, su ayuno no es voluntario es obligatorio. Me pregunto ¿qué hacemos con el dinero de los ayunos voluntarios? ¿Lo donamos o es una forma de ahorro?
Por cierto lo de las dietas que hacemos los ricos, a lo mejor, habría que justificarlas. Igual hay que compartir los alimentos y comer lo necesario, para que llegue a todas las personas que  ni si quiera tienen dinero para comprarlos. Digo yo. Para ampliar más las reflexiones:

https://www.agenciasic.es/2019/02/08/campana-de-manos-unidas-2019-creemos-en-la-igualdad-y-en-la-dignidad-de-las-personas/

 https://www.who.int/es/news-room/detail/11-09-2018-global-hunger-continues-to-rise---new-un-report-says


domingo, 3 de febrero de 2019

¿TENEMOS DIFERENCIAS - EN EL TRATO - ENTRE EXTRANJEROS E INMIGRANTES?


El asunto de la inmigración está en nuestras conversaciones. La semana pasada estuve en el colegio reflexionando, con varios Ciclos Medios (Administrativo, Carrocería y Electricidad), sobre las personas migrantes. Estuvimos viendo algunos vídeos y también tratamos sobre las diferencias de extranjeros e inmigrantes. Esto me da pie a expresar las siguientes reflexiones.
Lo que tienen en común es que son extranjeros, pero en realidad son muy  diferentes, tanto entre ellos mismos, como para nosotros. Si utilizamos el criterio económico, que para estas cosas es casi el único que seguimos, resulta que las diferencias son iguales en todo el mundo. Ser ricos o ser pobres, ahí está la diferencia. ¡Ay! si recordáramos, con más frecuencia, que nosotros fuimos extranjeros inmigrantes. Claro que, como ahora somos turistas en el extranjero… Bueno, bueno y algunos de nuestros jóvenes siguen siendo migrantes.
Por si no me acabo de explicar, lo de ricos y pobres, es igual en todo el planeta. La auténtica diferencia viene dada por el dinero que tienes. Tu piel será de tal o cual color, pero lo que importa es si tienes o no tienes dinero. Podrás ser musulmán o cristiano, pero lo que interesa es el poder adquisitivo que tienes. Da igual que seas hombre o mujer, si tienes sustanciosas cuentas en los bancos el buen trato y respeto nunca te faltarán.
No obstante, detengámonos en los extranjeros, ya sean turistas o inmigrantes. Lo más significativo y notorio es que unos nos traen dinero, y otros, problemas. Unos son recibidos por las altas autoridades en los aeropuertos; y otros son acogidos, también por las autoridades, cuando llegan en las pateras. Los que vienen con traje y corbata negocian hasta el último céntimo. Pero los que vienen en chándal, si se descuidan, aunque se les explote, ni se les contrata o mal paga.
Hay deportistas de color, a los que se les aplaude en los estadios y se les pide autógrafos, cuando se presenta la ocasión. Hay hombres y mujeres de color, que están en los semáforos de nuestras ciudades y, cuando nos aproximamos con el coche, cerramos las ventanillas o levantamos los hombres, sino pisamos el acelerador. En fin, unos extranjeros, nos parecen bien y les aplaudimos y otros, también extranjeros, queremos que se vayan pronto.
Hasta que no nos quitemos las ‘gafas del dinero’ seguiremos viendo las cosas como venimos diciendo. Pero lo de las ‘gafas’, no lo olvidemos, es un buen invento para ver mejor cuando se va perdiendo la vista. Para eso las inventamos.
Claro que con unas buenas gafas, a los extranjeros, los veríamos como personas, como seres humanos, igual que nos vemos nosotros. La dignidad de la persona, los derechos humanos afectan –por igual- a todos los que formamos la familia humana.  En el mundo globalizado, en el que estamos embarcados: los muros, las barreras, las alambradas, las empalizadas, las fronteras, las clases sociales, los intocables, los unos y los otros,… son conceptos que deberíamos desaprender y, en su lugar, aprender otros nuevos. Eso sí, quitaría del diccionario la palabra extranjeros, y potenciaría, en su lugar, la expresión ciudadanos del mundo. Esto se ajustaría más a la realidad: todos vivimos en el planeta tierra.
Mientras tanto, en nuestros barrios, en nuestras ciudades, en nuestros colegios, en los mercados, en las plazas, en los estadios,… disfrutemos unos de otros, de las riquezas culturales que tenemos, compartamos lo de cada cual y todo el mundo saldremos ganando.
Lo que es bueno y humaniza a unos - haciéndoles más felices -, sin duda, es bueno y humaniza a todos  los demás.