BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 30 de agosto de 2020

DE LA VIDA LABORAL, A LA VIDA DE PENSIONISTA Y EN TIEMPO DE VACACIONES


 Han sido mis primeras vacaciones de pensionista. No han estado mal. Aunque esto de la pandemia las ha alterado completamente. Estaban en el progrma, muchas cosas, entre las principales, pasar una quincena en el norte de África, me refiero a los Campos Intercongracionales. Iban a ser nuestro 5º año, pero se han quedado en los papeles. Nos esperaban en Nador, Melilla, Ceuta y Tánger, en fin, el año que viene, Dios dirá.

Mientras tanto,  dejaba en junio la vida laboral y empezaba la de pensionista. La verdad es que muchos cambio no he notado. La vida en el Hogar la Salle ha seguido su curso, aunque un tanto alterada por el coronavirus dichoso. Pensábamos no tener la ya tradicional inicitiva de las Colonias infantiles, organizadas por la Red Semillas de Esperanza, pero nos arriesgamos y han salido muy bien, cumpliéndose más allá de nuestras expectativas. ¡Qué bien lo han pasado y disfutado los niños!  Un nutrido grupo de voluntarios y profesionales las hicieron posible.

Tenía mis reparos en ir a la familia, pero al final me animé y he pasado unos días maravillosos, como siempre. Bueno este año ya con la familia celebramos mis primeros pasos de pensionista. Eso sí, rodeados con los hijos de mis sobrinos y nietos de mis hermanos. Lo hemos pasado estupendamente. Y es que la vida sigue. 

Con el final de las vacaciones empiezo mi jubilación. ¡A ver qué me depara! De momento dejo la coordinación del Hogar la Salle. Y la dejo en buenas manos. Además de Inma, la nueva directora, un buen equipo de profesionales y voluntariado con ganas  de seguir el relato del Hogar la Salle. ¡Cuánto bien estamos haciendo! Ahora me toca un nuevo papel, con él tengo que desaprender muchas cosas y, lo más ilusionante, tengo que aprender otras nuevas oportunidades.

Y para terminar bien, un día de playa. En Valdelagrana, una playa del Puerto Santa María,  tenemos ya el sitio "reservado", desde hace varios años. La jornada ha sido estupenda, creíamos que el sol no iba a salir con su esplendor y al final, la crema solar ha tenido su protagonismo. Ente los paseos de rigor y los chapuzones en el agua ha pasado el día. Buen final.

Que sea pensionista no me lleva a los cuarteles de invierno. La verdad es que lo estoy repitiendo muchas veces, en primer lugar, para convencerme a mí mismo y en segundo lugar, a modo de compromiso. En los últimos años estoy embarcado en un proyecto o sueño que va más allá de cumplir 65 años. He dicho muchas veces que con la edad se acrecienta lo que ha sido durante la vida, en este caso, habrá que esforzarse por no acrecentar lo negativo y poner todo el empeño en lo positivo.

En fin quiero que mi jubilización sea un bien para mí y, también, para los demás. Mi ser de consagrado (el seguimiento a Jesús) lo hice para toda la vida.

domingo, 23 de agosto de 2020

LA GRANDEZA DE NELSON MANDELA

 Ayer en Facebook, me encontré esta anécdota de Mandela y me emocionó, por eso esta semana en el Blog quiero aprovechar para acercarnos a este gigante de la historia y aprender de él.

"Después de convertirme en presidente, le pedí a algunos miembros de mi escolta que fuésemos a pasear por la ciudad. Tras el paseo, fuimos a almorzar a un restaurante.

Nos sentamos en uno de los más céntricos, y cada uno de nosotros pedimos lo que quiso. Después de un tiempo de espera apareció el camarero trayendo nuestros menús. Fue justo entonces cuando me di cuenta de que en la mesa que estaba justo frente a la nuestra, había un hombre solo, esperando ser atendido.

Cuando fue servido, le dije a uno de mis soldados: ve a pedirle a ese señor que se una a nosotros.

El soldado fue y le transmitió mi invitación. El hombre se levantó, cogió su plato y se sentó justo a mi lado.

Mientras comía sus manos temblaban constantemente y no levantaba la cabeza de su comida. Cuando terminamos, se despidió de mí sin apenas mirarme, le di la mano y se marchó.

El soldado me comentó:

Madiva, ese hombre debía estar muy enfermo, ya que sus manos no paraban de temblar mientras comía.-

¡No, en absoluto! la razón de su temblor es otra. Me miraron extrañados y les conté:

-Ese hombre era el guardián de la cárcel donde yo estuve encerrado. A menudo, después de las torturas a las que me sometían, yo gritaba y lloraba pidiendo un poco de agua y él venía me humillaba, se reía de mí y en vez de darme agua, se orinaba en mi cabeza.

Él no estaba enfermo, lo que estaba era asustado y temblaba quizás esperando que yo, ahora que soy presidente de Sudáfrica, lo mandase a encarcelar y le hiciese lo mismo que él me hizo, torturarlo y humillarlo. Pero yo no soy así, esa conducta no forma parte de mi carácter, ni de mi ética. Las mentes que buscan venganza destruyen los estados, mientras que las que buscan la reconciliación construyen naciones."

Nelson Mandela

domingo, 16 de agosto de 2020

EN LA VIDA COTIDIANA SIGUEN LOS HÉROES, TAMBIÉN DURANTE LA PANDEMIA

 

Al final de las vacaciones, con mucha alegría por lo bien que ha ido todo y muy agradecido por lo recibido por la familia y amigos del pueblo, quisiera recordar a los héroes que sigo constatando una vez más, viven tan cerca de nosotros.

Y es que a veces, vamos buscando héroes que nos estimulen para acabar con la rutina de la vida. Necesitamos a alguien, en quien fijarnos, para saltarnos la monotonía de cada día. Incluso, pensamos en personas extraordinarias para que refuercen o den sentido a nuestras existencias. Parecería que somos poca cosa y precisamos de “los otros” para movilizarnos.

Ciertamente, necesitamos héroes. Necesitamos modelos que nos hagan ver las cosas de otra forma, incluso, más atractivas y sugerentes. Personas que creemos más cualificadas, que tienen voluntad de hierro y su abnegación les lleva a sobresalir en aquello que se empeñan. Y podría dar la sensación, de que tales personas, tienen que venirnos de “otro planeta”. Sin embargo, esos hombres y mujeres, son tan reales y tan iguales como cualquiera de nosotros.

El verdadero heroísmo no se encuentra en los hechos extraordinarios, en las personas extraordinarias. El verdadero heroísmo, a mi manera de entender, está en las personas que:

- Son madres y cuidan todos los días de sus hijos. Los crían con sumo cariño y ternura. Pero sabemos que sus desvelos son continuos y sacrificados.
- Son padres que completan las tareas de su familia en un trabajo, tedioso, en la fábrica, en la oficina, en el taller,…
- Son niños y jóvenes que cuando deben ir a la escuela todos los días, levantándose a las 7 de la mañana, y con sueño, arrastran sus mochilas. Aunque vamos a ver como se inicia este curso que se aproxima.
- Son las personas inmigrantes que van -todos los días- a los semáforos a vender pañuelos o a limpiar escaleras, ganando una miseria para malvivir.

- Son los parados que se levantan cada mañana, sin futuro, y van a las oficinas de empleo a ver si les sale algún trabajo, para ir tirando y al día siguiente, vuelta a empezar.
- Son los médicos, los maestros, los barrenderos, los militares, los curas, los políticos, los campesinos, los mecánicos, los oficinistas, los sindicalistas, los tenderos, los panaderos, los electricistas… Hombres y mujeres que cumplen, puntualmente, con sus obligaciones y responsabilidades, que no saldrán nunca en los medios de comunicación, ni en las redes sociales, pero son los verdaderos protagonistas y héroes de la historia: ayer, hoy y mañana.

Por cierto, con esto de la Pandemia, que esperemos no siga mucho en el tiempo, por ser optimista, aunque esto de tanto brote nos tiene a todos nerviosos, están apareciendo muchos héroes que nos están aliviando un poco la vida, si bien no les hacemos mucho caso. Aquí sí es urgente, que cada uno de nosotros, sea un verdadero héroe para sí mismo y para los demás.

domingo, 9 de agosto de 2020

LAS VACACIONES EN FAMILIA, EN TIEMPO DIFÍCILES

Es verdad que estamos en tiempos difíciles y 'raros'. Lo de la pandemia te hace dudar si desplazarte o no, para estar unos días con las personas más cercanas de tu vida. Lo estuvimos valorando y no siempre se tiene a la certeza de ir con los tuyos. Pero al final estoy en el pueblo. Están siendo unos días estupendos. Recuerdo los argumentos que en años anteriores valoro sobre las vacaciones en familia. 

Tengo la suerte de tener una familia estupenda. Una familia que esperamos las vacaciones para vernos y juntarnos unos días. Me imagino que a todas las familias les ocurre lo mismo. Al menos por lo que uno ve a su alrededor con las personas que se relaciona y vive.

Vengo experimentando, desde hace años, que los cortos días de vacaciones con las personas allegadas, incluyo a las amistades, son la ocasión para desconectar de la vida cotidiana con sus rutinas, sus responsabilidades y obligaciones, sus tareas y reconocimientos, así como los horarios y costumbres de todos los días.
El mero hecho de cambiar de ambiente, pasando unos días en el pueblo, yendo a la playa o de excursión por la montaña, facilita como una catarsis o 'sanación terapéutica' eso sí, sin fármacos ni 
psicoanálisis. No se trata de formatear el disco duro, pero sí de hacer una buena limpieza del mismo. Porque acabadas las vacaciones, ya se sabe…

Estoy convencido de que la familia es el mejor espacio natural para todos los beneficios que nos aportan las vacaciones.  En las circunstancias actuales que muchas familias andan separadas, sobre todo, por razones laborales y de estudios, se agradece la oportunidad que nos dan las vacaciones para pasar unos días juntos.

No es que todo sea de color de rosa, no. Suelen aparecer los fantasmas familiares que, cada vez más, se van quedando en anecdóticos. Por otro lado, la convivencia no siempre es fácil, en especial cuando hay niños pequeños; pero incluso todas esas cosas contribuyen al buen desarrollo de las vacaciones esperadas.
La vuelta a las propias raíces, son el bálsamo que necesitamos para ‘curar’ las secuelas que nos dejan las contrariedades y contratiempos que nos acarrea la vida cotidiana. No se trata de que la familia nos solucione los problemas que tenemos, pero sí los alivia y nos ayuda a verlos de otra forma.
La pena es que luego te das cuenta, como en la vida misma, que no todas las personas cuentan con una familia o amigos para que les ocurran todas estas cosas tan beneficiosas. Por no hablar de las familias rotas o desestructuradas, en las que casi mejor, que no dispongan de tiempo para verse, pues, se suelen acrecentar los problemas.
Pero volvamos al relato primero, es decir, la importancia de estar en la familia durante las vacaciones. El clima cordial y distendido que se crea favorece y fortalecen los lazos y vínculos entre los miembros. La familia es un ser vivo que necesita sus cuidados y atenciones para seguir aportando sus riquezas.  Y aunque nos vayan dejando los seres queridos, los nuevos que van llegando son la necesaria savia que la mantiene viva.
Aún más, en este contexto, la propia persona se encuentra más relajada para atenderse a sí misma, sin los agobios de la vida cotidiana y con un ambiente más propicio para ello. Desde la propia experiencia, el tiempo de vacaciones, me regala espacios y tiempos para el paseo, lecturas, reflexiones compartidas y la ocasión para confrontarte contigo mismo.
Y es que las vacaciones dan mucho de sí.

domingo, 2 de agosto de 2020

LOS CACHORROS DEL ASFALTO y IV


La historia sigue y, como parece, que si no hay problemas la vida no tiene chispa, los Cachorros de la Pantera, dijeron que ya estaban cansados de tanto entrenamiento y de tantas normas. Entonces, vieron la forma de salir de la reserva por la noche, con lo cual, por lo menos se consolaban y podían hacer lo que les daba la gana, sin que nadie estuviera encima de ellos. La escapada nocturna funcionó las primeras noches; pero un día, a la vuelta de la aventura, se encontraron con don Oso que los había echado de menos, pues un Cachorro de Cebra se puso enfermo y, al ir a cuidarlo, se dio cuenta de que faltaban los Cachorros de Pantera. Sin decirles nada les indicó que se fueran a dormir. 
          
             A la mañana siguiente, los llamó y les recriminó la gran imprudencia que cometían al marcharse por la noche. Les dijo que la noche está llena de peligros y que podían echar a perder todo lo que se estaba haciendo con ellos. Ellos se rieron y burlaron de él, porque decían que lo pasaban muy bien y que, además, nadie les ponía normas fuera, que donde iban podían hacer lo que quisieran. Aceptaron, porque no les quedaba más remedio, la sanción que les pusieron y quedó así la cosa.

            Pasados unos días, un gran revuelo hubo en la Reserva. Nadie sabía lo que pasaba exactamente, pero, los Cachorros de Pantera no habían vuelto esa noche a la Reserva. Doña Cierva hizo las correspondientes investigaciones y todos lamentaron la noticia: los Cachorros de Pantera habían sido engañados y los habían secuestrado para llevarlos a un zoo de la ciudad. Todos se quedaron muy tristes porque sabían que en el zoo se perdía la libertad. Estaban encerrados siempre en una jaula y su vida quedaba totalmente frustrada. Es verdad que comían y estaban cuidados, pero el precio era muy alto. Vivían encerrados; ya no eran libres.

            Pero no todo va a ser negativo. En la Reserva, también sucedían historias agradables. Algunos Cachorros se aplicaban para hacer bien su aprendizaje y sus entrenamientos. Claro que les costaba esfuerzo y algunos avances eran una verdadera exigencia, pero ellos sabían que les esperaba un futuro mejor. Los Cachorros de los Lobos, ponían mucho interés en aprender las técnicas de la caza, les gustaba vivir en manada, seguían con interés los ejercicios para coordinarse como grupo al hacer las cosas y es que estaban asimilando que juntos podrían salir adelante mejor que solos.

            También estaban los Cachorros de los Monos; su máxima ilusión era estar en un circo. Todos los Cachorros sabían que un circo era la ocasión para viajar, de conocer el mundo, las ciudades, los pueblos. Se hacía mucho turismo. Además, en el circo se les trataba bien, se alimentaban mejor y, encima, te aplaudía la gente cuando salías a escena. Uno se hacía pronto famoso y los Cachorros de los Hombres se divertían con ellos. Eso sí, había que aprender a realizar las habilidades propias de un circo, pero merecía la pena el esfuerzo. Estos cachorros no solían poner muchas pegas, pues tenían muy claro lo que querían ser en el futuro.

             Y así fue pasando el tiempo, hasta que llegó el final del año. De nuevo, don León convocó el Gran Consejo de la Selva. En esta ocasión, le correspondía a doña Cierva una participación importante. Al principio de la reunión, don León, le concedió la palabra. Doña Cierva expuso, con cierto nerviosismo, pero con claridad, la memoria de lo que había ocurrido en la Reserva durante todo el año. Dijo que los Cachorros lo habían pasado muy bien y que, desde luego, se habían cumplido los objetivos marcados.

            Después explicó que, todos los Cachorros, se habían adaptado a las reglas de juego que regían la Reserva. Además, muchos Cachorros progresaban en el adiestramiento para sobrevivir en la selva. Y, aunque lo sintió mucho, tuvo que hacer mención a lo acontecido con los Cachorros de Tigre y de Zorro, aunque estos últimos, insistió, parece ser que trataban de adaptarse a la vida y a las exigencias de la Reserva, aunque no todos.

            Cuando terminó, todos los animales del Gran Consejo la felicitaron y, por unanimidad, le pidieron que siguiera animando la Reserva. A don Oso también se le pidió que siguiera acompañando a doña Cierva, pues había desempeñado su papel con acierto. Y también se reconoció su trabajo a los diversos colaboradores; sin ellos, el adiestramiento no se habría llevado a feliz término.

            Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.