BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 4 de marzo de 2018

CUARESMA: CRECIMIENTO PERSONAL, SOLIDARIDAD Y ENCUENTRO CON DIOS



¡Cuántas gracias doy por ser cristiano! Aunque todo se lo debo a mi padre, Baldomero, y a mi  madre, Rosa, que me bautizaron y me transmitieron la fe.
Ahora estamos en Cuaresma, un tiempo litúrgico que tenemos los cristianos para cuestionar, revisar y reforzar nuestra vida a la luz de la fe. La experiencia nos dice que, de vez en cuando, hay que retomar las riendas de la vida, pues, la rutina diaria nos hace perder la perspectiva de nuestras existencias. A veces el árbol no nos deja ver el bosque.
He querido poner tres expresiones que muy bien nos pueden centrar en el espíritu cuaresmal. Ya cuento que tenemos muchos recursos litúrgicos y escritos sobre el asunto, pero como siempre, estas reflexiones me las empiezo a aplicar a mí mismo. Por eso planteo preguntas.
El crecimiento personal, me lleva a cuestionar el tiempo que le estoy dedicando a mi propia persona: ¿Estoy tan desbordado que no me acuerdo de mi propio acontecer a lo largo del día? ¿Pasan las semanas y no he perdido perdón a las personas que molesto y exaspero con frecuencia? ¿He abandonado el afán de superar las debilidades y defectos que más me caracterizan? ¿Aún siguen presentes en mis motivaciones el qué dirán o el quedar bien ante los demás? ¿Cómo acometo las metas y objetivos que me he propuesto en el Proyecto Personal? ¿La pereza y la desgana siguen robándome tiempo para mi formación permanente?
La solidaridad, de la que tanto hablo y predico es otro elemento importante en mi vida, lo que me lleva a cuestionarme si soy, de verdad, todo lo solidario que debería: ¿Con los años se me está endureciendo el corazón ante las situaciones continuas de exclusión que me rodean? ¿Doy calidad y calidez en mis relaciones con las personas necesitadas? ¿Escatimo el tiempo y me invento justificaciones para quitarme del medio ante los problema de los demás? ¿Calculo mis compromisos y de esta forma tiendo a complicarme menos la existencia? ¿Mi solidaridad me lleva a la denuncia ante las injusticias que detecto?
El encuentro con Dios, sin duda, es imprescindible para llevar a cabo mi vida tal y como me la planteé, desde la fe, hace ya muchos años, ahora bien: ¿De verdad tengo presente a Dios en el día a día, o solo aparece en momentos determinados? ¿Realmente Dios inspira mis acciones personales y relacionales con los demás? ¿Qué ‘cantidad’ de Dios está presente desde que me levanto hasta que me acuesto? ¿Reservo todos los días un tiempo de oración para hablar con Él, ya que le considero el inspirador de mi vida? ¿Al afrontar los problemas que me vienen en la vida cotidiana, cuento con Dios? ¿Trato a las personas que me rodean como a Hermanos?
Bueno pues estas son algunas de las cuestiones que me iré haciendo estos días para ver cómo me preparo al gran acontecimiento Pascual de la Semana Santa que se acerca.

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