BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 8 de junio de 2014

CUANDO EL DIVORCIO 'ROMPE' LA FAMILIA



Hablar del divorcio puede resultar un tanto complejo y embarazoso y es un asunto complejo. Por lo que a mí respecta, me quiero centrar en algunas de las consecuencias que el divorcio tiene para los miembros de la propia familia: la pareja y los hijos. Pero empecemos por la información que nos da el Diccionario de la Real Academia: 1. Disolver o separar, por sentencia, el matrimonio, con cese efectivo de la convivencia conyugal. 2. Separar, apartar personas que vivían en estrecha relación.
Soy consciente de lo delicado de este asunto, pero merece la pena dedicarle un espacio, en nuestras reflexiones, sobretodo porque las personas implicadas y afectadas se lo merecen. Ante todo nada de criminalizar o culpabilizar a las personas: ¿quién conoce las motivaciones de unos y otros para llegar al divorcio? Y en todo caso, dar el paso -casi siempre- acarrea un trauma que lo acusan todas las personas implicadas en mayor o menor grado. Nuestros respetos por ello.
Ahora bien, sí podemos anotar algunas reflexiones que surgen inevitablemente, cuando uno ha tenido la oportunidad de conocer y estar con personas que han pasado por dicha situación. Me imagino el divorcio como un pequeño tsunami en el ámbito del Hogar: todo lo arrastra, todo se resquebraja, todo se derrumba y, como consecuencia, todos quedan 'tocados'. Si hubo proyecto de pareja, si se había aspirado a fraguar un proyecto de felicidad, que tal vez en los primeros tiempos se vivió con pasión y amor,... todo salta por los aires, dejando en las personas un total sentimiento de fracaso y muy 'dañados' por dentro.
El verdadero problema (sufrimiento) del divorcio radica en las personas: el padre y la madre, las hijas y los hijos. Todos se resienten, pero sin duda los más débiles son los que más sufren. Aquí nos jugamos mucho.  Es más, probablemente la familia cercana y amistades también quedan un tanto afectadas. Aunque me temo que en muchos casos, estamos ante una situación que empieza a verse normal y como nos ocurren tantas cosas en la vida, pues, termina por olvidarse.
Claro que la pareja es la primera que acusa la ruptura y el desgaste personal que conlleva la decisión de separarse, sobretodo, cuando hubo un tiempo que se profesaron fidelidad y se querían con todo su ser (salvo si hubo engaños y apariencias que de todo puede ocurrir), pero no dejan de ser adultos y pueden seguir llevando las riendas de sus vidas; distinto es con los hijos.
 Los hijos son la parte más débil y frágil de esta historia. Son los que más sufren las consecuencias. Son los que más trasparentan su problema en el colegio, con los amigos, en fin, allá donde estén y con quién se encuentren.
Sin entrar en valoraciones religiosas, sigo resaltando la situación dramática y, me atrevo a decir, trágica que el divorcio acarrea tanto a las personas de la propia familia como a la misma sociedad. Digamos que la 'tribu' se resiente. Para bien o para mal la sociedad enriquece a las personas, pero también las personas, cuando viven estas circunstancias, afectan a la misma sociedad.

Ahora bien, el divorcio no es final. Que yo sepa, los túneles tienen entrada y salida. Es verdad que todas las personas implicadas, especialmente  la pareja y los hijos, lo pasan mal, muy mal; pero la vida sigue, el crecimiento personal continúa, la vocación a ser felices está ahí; superar un divorcio no es fácil pero la familia, los amigos,… están siempre; aunque cada persona, antes o después, tiene que asumir el reto de salir del túnel.

1 comentario:

  1. inmaculada ceballos11 de junio de 2014, 13:11

    Me ha gustado el apunte de esperanza final. Todo suceso triste en nuestra vida necesita su duelo
    pero es síntoma de salud salir del túnel y asumir el reto de ser feliz

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