BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 13 de diciembre de 2020

¿POR QUÉ CELEBRAMOS LA NAVIDAD?

 


Este año, con la pandemia, creo que merece la pena hacerse esta pregunta, sobre EL SENTIDO  de la Navidad. No es la primera vez que lo hago, pero tal y como está el ambiente es muy oportuna la pregunta. En muchos hogares van a faltar seres queridos, otros estarán en los hospitales, en todos los lugares de nuestra cultura, se están tomando medidas para seguir controlando al dichoso virus. Y sin embargo la Navidad sigue ahí, esperándonos. Nadie ha dicho nada de quitarla. Y es que hay en juego muchos motivos. Me iré fijando en las respuestas que se ven a primera vista, para terminar con la respuesta que, a mi juicio, puede justificar a todas las demás y por la que merece la pena celebrar la NAVIDAD, un año más.
Hay una respuesta económica. La navidad sirve para reactivar la economía, y más en estos tiempos de crisis en los que estamos. Es verdad que podemos pasarnos al consumismo, pero hay que comer, comprar nuevas ropas, hacer regalos, ... y las cenas o comidas de la empresa también aportan su significado. Por lo demás, la lotería de Navidad tiene ya su protagonismo ganado en estas fechas.
Hay una respuesta vacacional. Que se lo pregunten a los alumnos que han estado los últimos días del trimestre tachando en el calendario la llegada de estas fiestas. Aunque muchas son las personas que también disfrutan de estos días para dedicar con más generosidad actividades de ocio y tiempo libre, si bien este año esto está más regulado. Las vacaciones siempre son bienvenidas y las mismas amistades buscan su espacio en esta época. A ver cómo nos apañamos.

Hay una respuesta familiar. Esta este año, está muy complicada y ya hay familias que se lo están pensando. De todas formas, son fechas entrañables para la familia. Hay en el ambiente un buen deseo de estar juntos. Se festeja con buenas comidas, con detalles muy especiales. Aunque el mejor regalo es estar juntos en Navidad, el Fin de año o en Reyes, con la complicidad de la fantasía y la magia de los regalos.
Hay una respuesta solidaria. En esas fechas parece que nos toca la fibra sentimental y nos despierta un poquito la conciencia social. Y con la pandemia se está notando más. Es verdad que los pobres están siempre con nosotros, pero estos días los queremos 'mimar' un poquito más. Parecería que si no damos esta respuesta la Navidad estaría incompleta. ¡Ojalá! todo el año fuera Navidad.
Y está la respuesta religiosa. Son muchos los años que vengo diciendo, haciéndome eco de los entendidos, que en Navidad Dios se hace humano, para que el ser humano se haga Dios. En todas las culturas, civilizaciones y religiones hay un 'sueño' repetido y coincidente, aunque las formas de contarlo sean diferentes.
Se trata de un ‘sueño utópico’.  Ya lo decía la semana pasada, estamos en tiempos de utopías y sueños de la humanidad. Porque hay una aspiración en todos los hombres y mujeres –de todos los tiempos- por conseguir un mundo más humano, más sociable, más solidario, más pacífico. Otro mundo es diferente, se dice, pensando en lo mal que está desde que lo viene narrando y recuerda la historia.
Creo que el cristianismo también nos aporta esa visión de una gran familia humana en la que todos somos iguales, el amor es la única ley y nadie pasa necesidad. La gran razón es porque todos somos hermanos y hermanas y no podemos dejar a nadie en la estacada.
Y… para esto sirve la Navidad, para que de forma especial todos los años recordemos los grandes sueños utópicos y vayamos avanzando en su realización. Estos son mis deseos este año que termina y los mismos para el año que comienza. La esperanza que tenemos es que Dios está con nosotros, el mismo que nació en Belén.

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