BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 27 de diciembre de 2020

PARA MÍ LA FAMILIA ES: AMOR, EDUCACIÓN, PERDÓN Y SOLIDARIDAD

 


Hoy celebramos el día de la Familia de Nazaret. Buena ocasión para recordar lo que todos sabemos: la importancia de la familia en nuestros días. Precisamente, con la pandemia que llevamos todo el año, estas Navidades, la familia está teniendo un protagonismo especial. Ha tenido que llegar, el dichoso virus, para caer en la cuenta, que la familia constituye la raíz de nuestras vidas. Por otro lado, no voy a entrar en definir la familia, ni las clases de familias, que en la cultura occidental existen, me interesa más el entramado, los sueños y vínculos, las complejas y naturales relaciones que se dan, en el día a día, de las numerosas familias, en los contextos en el que vivimos.

El amor, la educación, el perdón y a solidaridad, son las cuatro palabras, que en esta ocasión, quiero destacar. Son como las cuatro patas de una mesa sólida. Mejor, los cuatro retos que una familia, ‘debería’ tener en el horizonte de su historia. Porque para mí la familia es el espacio, imprescindible, para que una sociedad sea sólida y generadora del bien común. Entiendo, que cada cual pone los acentos que le parecen oportunos en estos asuntos.

El amor, además es el primero de todos. Justo, la ‘flecha de Cupido’ es el germen de una nueva familia. En la familia, los vínculos amorosos lo son todo. Dice el dicho popular “que una familia unida jamás será vencida”. Y es que la común-unión de sus miembros es fundamental. La pareja, los padres e hijos, incluso, los abuelos y nietos, junto con los tíos y sobrinos, configuran esa foto alegre y heterogénea que es el icono de la convivencia y buenas relaciones entre todos sus miembros. ¡Ojo! Que amar no es fácil y todos sabemos de lo que estamos hablando.

La educación, constituyen los cimientos del crecimiento de cada una de las personas que forman la familia. Entiendo la educación como el proceso que se da en los seres humanos, que le ayudan a conseguir la plenitud de todo su ser. La familia es el contexto natural en donde los valores personales, sociales y religiosos se van ‘sembrando’ para el enriquecimiento y crecimiento de las propias personas. No solo educan los padres a los hijos, por la interacción educativa que se llama, también los hijos educan a sus padres. La educación crea un entramado de relaciones que interpelan, incomodan y favorecen a todos.

El perdón, en un mundo de tantas y complejas relaciones que acabamos de señalar, el perdón, es la herramienta que no puede faltar. El conflicto inevitable,  el diálogo mal entendido, la falsa comunicación, los límites personales, el ‘ego’ que surge,… generan tensiones, problemas, ‘que están en el guión’ y que con el mutuo perdón o las prontas disculpas, llegan a restablecen las normales y buenas relaciones, extorsionadas. Sin duda es más fácil decirlo que cumplirlo, pero ahí está el reto.

La solidaridad, la familia que se precie, no puede encerrarse en sí misma. No vive sola en una isla. Existe junto a otras familias y, no siempre, en las mismas condiciones familiares y sociales. Vengo diciendo que hay familias precarias, muy precarias. Hay muchos factores –de todo tipo- que generan familias necesitadas de ayuda. De todo tipo de ayudas. Entendemos que cuando un miembro de la familia está enfermo, todos nos tenemos que volcar en él. Pues lo miso ocurre cuando hay familias ‘enfermas’ nos tenemos que volcar en ellas. A esto llamamos solidaridad familiar. Así se va constituyendo la gran familia humana, que desde el punto de vista de mi fe, se refiere a la Familia de Dios, como Padre y Madre.

En fin, con estos cuatro dinamismos familiares, estoy seguro de que todos seríamos más felices y, por eso, es lo que deseo para este Año Nuevo que está llamando a la puerta: el 2021.











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