BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

lunes, 2 de marzo de 2020

PALABRAS DE ESPERANZA Y DENUNCIA, A MI QUERIDA IGLESIA


En estos días, que un grupo de mujeres cristianas andan manifestándose, y como nos informa, ayer domingo,Religión digital:   “Limpiar y poner flores, que lo hagan los señores”: “Estamos cansadas de las incoherencias y autoritarismos que vivimos a diario”, han expresado en su manifiesto, escrito a decenas de manos y leído por decenas de representantes
1 de marzo,
Desde las 12 de la mañana, además de palabras de protesta y reivindicación de derechos, la revuelta de mujeres ha establecido dos momentos del acto dedicados a hacer memoria y homenaje a las olvidadas de la Historia de la Iglesia
“El cura, esta mañana, me ha dicho que no viniera”, le cuenta una asistente a su compañera. Esa es la realidad que afrontan la mayoría de ellas: una Iglesia que nos las comprende, pero que las exige compromiso
Por eso me he animado a escribir sobre la Iglesia, a la que pertenezco y a la que tantas cosas le debo en mi vida y explicitar la Iglesia en la que creo, lo que espero de la Iglesia y, porque no, algunas sus cosas que me resultan 'chirriantes'. Y sin más preámbulos expongo:
Creo que el origen de la Iglesia, está en el Dios que nos presentó Jesús y que, a lo largo de la historia,  continúa su intervención a través del Espíritu de Jesús.
Creo que la Iglesia es la Familia de Dios y que todos somos iguales. Nadie es más que los demás y, nadie, es menos que los demás. Es lo que llamamos la Fraternidad de los Hijos de Dios y que tiene su origen -simbólico- en el Bautismo que recibimos.
Creo que en la Iglesia, cada uno de sus miembros, tiene una vocación querida por Dios para ser feliz y hacer felices a los demás. Sean hombres o mujeres; laicos, religiosos o sacerdotes; todos han sido llamados por Dios a la vida y a la Misión de anunciar el Reino de Dios, en este mundo que habitamos.
Creo que la Iglesia tiene que ser 'un icono' en el mundo: de la igualdad entre los seres humanos, de la apuesta y cercanía con los más indefensos, de la indignación y denuncia ante las injusticia y deshumanización existentes, es decir, que sea una 'conciencia crítica' del mundo globalizado y ejemplo de servicio solidario a los más débiles y marginados del sistema. En la opción preferencial por los pobres tiene su credibilidad la Iglesia en la que creo.
Creo en la Iglesia que se esfuerza por el diálogo con otras las Iglesias y que, juntas, forman el verdadero Pueblo de Dios. Creo que el camino y los puentes creados por el Ecumenismo, son las vías más adecuadas para alcanzar la unidad de todos los Hermanos y Hermanas de la única Familia de Dios.
Creo que la Iglesia tiene vocación universal y está llamada al diálogo con las otras Religiones, con los Humanismos ateos, para que todos los seres humanos lleguemos -desde nuestra identidad- a respetamos, a entendernos, y a construir la gran familia del género humano, en dónde la concordia, el amor y la paz sean las bases de una humanidad más justa y feliz.
Creo que la Iglesia es la institución humana que más está cercana a los pobres y excluidos de nuestro planeta globalizado y que son muchos cristianos los que apuestan por dignificar a tantas personas marginadas y que viven en la cuneta de la historia, eso sí, caminando junto a ellas.
Denuncio que la Jerarquía
haya secuestrado y hecho exclusivamente suyo el ministerio sacerdotal, excluyendo a las mujeres del mismo y a las personas casadas.
Denuncio todo lo que son privilegios y ostentación  por parte de algunas personas dentro de la Iglesia, ya sean desde la Jerarquía o desde otras Instituciones o Asociaciones de carácter religioso.
Denuncio a los que se amparan en la Iglesia para practicar un espiritualismo, demasiado celestial, que les aleja de los demás y no se preocupan de la pobreza y la justicia en el mundo.
Denuncio a los que tanto compromiso por los demás les lleva a protagonismos de carácter ideológico, olvidándose del Referente por el que hacen las cosas y terminando por abandonar la barca.
Denuncio al clero que se cree con la primera, la del medio y la última palabra -en todo- y a los laicos y religiosos, que se callan porque es más cómodo no complicarse la vida.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Hermano! Yo participe ayer en la concentración que hubo en la catedral. Nos manifestamos como mujeres creyentes que vivimos con pasión el seguimiento de Jesús de Nazaret en muchos grupos, parroquias, organizaciones y movimientos eclesiales y congregaciones.Estamos comprometidas con la causa de Jesús y luchamos por la renovación de la Iglesia y la transformación social desde la perspectiva de las mujeres.Queríamos denunciar las múltiples formas de injusticia e invisibilización que sufrimos en la Iglesia. El clericalismo es causa de muchos males.
    Denunciamos la cobardía para abordar cambios en la organización de la Iglesia, frente a los signos de los tiempos que claman por sí mismo.
    Denunciamos también la desproporción entre el número de teólogas preparadas y los puestos que ocupan como docentes en la facultad de teología y en otros puestos de responsabilidad.
    Hemos demostrado con creces que desarrollamos nuestro trabajo o voluntariado con creatividad y responsabilidad.Las mujeres somos mayoría aplastante en el voluntariado en las celebraciones religiosas, en catequesis, en pastoral en la acción social con las personas más empobrecidas en los movimientos eclesiales, en la enseñanza, en la vida religiosa... Somos las manos y el corazón de la Iglesia pero se nos niega la palabra tener voz y voto ,la toma de decisiones y el liderazgo de los ámbitos oportunos cómo se ha puesto de manifiesto una vez más en el Sínodo de la Amazonia.
    Trabajamos en la iglesia porque es nuestra comunidad de referencia para vivir el Evangelio y seguiremos trabajando en ella hasta poder recuperar la comunidad de iguales que trajo Jesús.
    Esto es parte del manifiesto que estuvimos leyendo.
    Hemos recogido el testigo de la buena noticia que trajo Jesús. El transgredió las normas de una sociedad profundamente patriarcal y diálogo con las mujeres de tu a tu tratándola como iguales y discípulas. Nos han pasado el testigo María de Nazaret María Magdalena, Marta y María...
    Esperemos que en un futuro no muy lejano todo lo que se leyó en este manifiesto se haga realidad.
    Algunas de las personas nos tachan de feministas pero pero para mí el feminismo es igualdad y justicia sin menospreciar a los hombres.
    Lo que queremos reivindicar es precisamente esa igualdad y justicia dentro de la Iglesia y que no se nos etiquete siempre a las mujeres para la limpieza y otros menesteres de sacristía.

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  2. Gracias María Dolores por tu aportación y buena reflexión. Hay que seguir caminando.

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