BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 15 de marzo de 2020

¿NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA?

Del CORONAVIRUS, ¿Qué más se puede decir? Por mi parte no voy a completar más la información, además, soy profano en esta materia, como en tantas otras. Pero sí me surgen reflexiones a partir de lo que veo y escucho, tanto de las personas que me rodean, como de los medios de comunicación y redes sociales.
Ante todo en la medida que lo permiten las circunstancias mis oraciones y deseos para que se curen las personas que están en los hospitales o en otros espacios. También mi agradecimiento a los numerosos profesionales que están implicados y pendientes, de una u otra forma, en socorrer y sanar a los enfermos, por nombrar al personal sanitario y demás profesionales que todos conocemos y que siguen haciendo la vida más llevadera y cómoda.
Estos día me estoy admirando y emocionando por lo que está consiguiendo una enfermedad. No es que yo quiera que haya enfermedades... ¡Ojalá desapareciesen! Ya me he pronunciado en otra ocasión al respecto. Pero no dejo de sorprenderme todo lo que está generando, de positivo, el CORONAVIRUS. De ahí el título: "No hay mal que por bien no venga". Es como si fuéramos conduciendo y de repente llegamos a una señal de Stop (¡Alto!) Me fijo en cinco ámbitos, que para mí son emblemáticos.
Ámbito personal: Acostumbrados a constituirnos en el centro del mundo, resulta que un virus, que ni siquiera se ve, nos pone en jaque y nos sitúa en el lugar que nos corresponde y es que somos un ser finito, débil, frágil, indefenso... aunque también somos inteligentes y antes o después daremos con la solución. Mientras tanto, estos días tenemos tiempo más que suficiente - es un regalo del virus -, para pensar en cómo gestionamos nuestra propia vida, cómo vamos llevando nuestro crecimiento personal y de paso leer, escuchar música, orar, reflexionar,...
Ámbito familiar: Este espacio, tan desatendido frecuentemente, por el estrés, los trabajos domésticos, las responsabilidades profesionales, las mil preocupaciones que acarrea una familia,... Mira por donde tenemos 15 días para estar juntos. Ni siquiera las vacaciones laborales lo consiguen. Que esto nos va a traer problemas de convivencia, enfados, conflictos, sí, claro, pero también diálogo, comunicación, juego con los hijos, ver la tele juntos, reforzar la importancia de los estudios y la formación (igual echamos de menos al profe o a la 'seño') y potenciar las tareas domésticas entre todos, ¡Qué bonito, la imaginación al poder!
Ámbito social: Una simple enfermedad, altera toda la vida social. Nunca lo habíamos visto en estos últimos 40 años. Ni la política, ni la economía (que tendrá sus consecuencias) ni el deporte (ahora sin fútbol los fines de semana), son tan importantes, han pasado a un segundo plano. Con el dichoso virus, está apareciendo lo mejor de nosotros mismos, la solidaridad, tener en cuenta a los otros, ¡cuántas iniciativas aparecen en las redes! los reconocimientos a todos los profesionales que velan por nosotros, con aplausos, desde los balcones, en fin, una mayor conciencia social está emergiendo, creo que va a quedar en el recuerdo. De todo se aprende.
Ámbito ecológico: Empezando por la salud propia y cuidando a los demás, el lema: ¡Quédate en tu casa! está generando menos contaminación ambiental, percibir con mayor profundidad que la naturaleza es frágil y depende de todos, puesto que es de nuestra responsabilidad el cuidado de la misma. Igual aprendemos a valorar más el agua, la montaña, el aire que respiramos, los parques,...
Ámbito religioso: Que se lo pregunten a las Hermandades y Cofradías. A los fieles de las Eucaristías dominicales. También el virus tiene su repercusión. Ya están surgiendo las cadenas de oración en las redes. Algún nostálgico, de la Edad Media, lanza lo de Castigo de Dios, como si Dios tuviera que ver algo en este asunto. Lo que sí es la ocasión, porque vamos a disponer de más tiempo, para hacer una lectura creyente de nuestra fe, en el Dios Padre y Madre, que nos anunció Jesús, y que hoy, casualmente, se lo decía en la escena evangélica a la Mujer Samaritana. Nos queda la oración personal o en familia, para seguir pidiendo al Señor, que nos de fuerzas y esperanza para superar esta enfermedad y. con ella, una mayor conciencia de la gran familia humana, en la que todos somos importantes y debemos ayudarnos y querernos como hermanos.
Creo que este asunto del coronavirus, nos va a aportar mucho más a la humanidad, pienso que nuestras sociedades no van a seguir igual. Estar tantos días 'encerrados en casa', que nunca ha ocurrido en la historia de la humanidad, sin duda, que lo estamos acusando tanto personalmente, como en la familia y en el conjunto de la sociedad. Y esto traerá los cambios, para bien, que tanto necesitamos.
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