BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 11 de agosto de 2019

ESTE MUNDO ES COMO MI PUEBLO


Palomares del Campo, un pueblo entre la Mancha y la Alcarria. Mi padre vino del pueblo cercano de Villar del Águila de similares circunstancias. Cuando nací, el término municipal estaba desigualmente repartido, muy pocos tenían grandes campos de cultivo, algunos tenían para vivir sin muchas algaradas, aunque también había familias sin tierras, que entre otras ocupaciones, vivían del trabajo que les daban al irse a la Mancha a segar o vendimiar. Con las ganancias y los trueques malvivían durante el año. A la gente más pobre nunca le faltaba para comer, pero se les notaba.
Unos quince años después de la guerra, la leche y los quesos americanos llegaban al ayuntamiento y se repartían, especialmente, en las escuelas. Los niños reforzábamos nuestra alimentación y nutrición. Las familias tenían bastantes hijos y en el ambiente se percibe que el pueblo no tiene recursos para todos. Tanto en mi familia, como en la de otros vecinos, el pueblo no cubría sus expectativas y tuvieron que abandonarlo abriendo nuevos horizontes en sus vidas. Del norte al sur y del este al oeste, muchas ciudades españolas les abrieron sus  puertas. Algunos llegaron, incluso,  a tierras americanas.
Otro aspecto a considerar es la oportunidad de estudios para los chicos y chicas sin posibilidades. Los seminarios y las casas de formación de las Congregaciones religiosas fueron la plataforma de promoción de un sector de la población que nunca habría accedido a ella de otra manera. En la actualidad algunos religiosos, religiosas y sacerdotes dan testimonio de ello, si bien, la mayoría aprovecharon su formación para situarse en una clase media alejada de la que procedíamos.
En la actualidad la imagen del pueblo es peculiar. La mayoría son personas mayores que han vivido siempre en él y un grupo reducido de jóvenes, de los que algunos se han ido a Cuenca y van por las mañanas al pueblo, a las labores de la labranza. Hijos en edad escolar van quedando muy pocos. Dudo que en estas condiciones la mayoría de los pensionistas del pueblo, pudieran seguir cobrando las pensiones con este panorama, si del pueblo dependiera.
Mientras tanto, al pueblo han ido llegando algunas familias extranjeras. Prácticamente están integrados. Tienen su trabajo en las casas o de albañiles y los hijos van al colegio. Están en sus cosas y no hay muchos conflictos.  Tal vez el ser americanos o rumanos lo ha facilitado. Por otro lado, en el pueblo no se mira más allá de sus tierras, sus fiestas y rutinas. Viven muy bien. Lo que pasa en el mundo les viene muy grande y no les entretiene mucho. Para qué complicarse la vida.
La política está más presente entre las personas de más edad, aún está latente lo vivido en la guerra y la posguerra, pero sin conflictos, aprendieron a coexistir y mantienen el talante. Las generaciones jóvenes no viven muy apasionados por el asunto. Más bien, despreocupados. Les interesa más, las fiestas de los toros y, desde luego, no escatiman el dinero que les cueste. Vivir el momento es lo que les importa. Por eso los discursos de los políticos les quedan lejos. En todo caso les preocupan las subvenciones y miran mejor a los que las favorecen.
En fin, estas cosas son las que vengo observando cuando vengo de vacaciones a mi pueblo. Pero claro en mi pueblo. No sé si se pueden extrapolar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario