BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 16 de julio de 2017

FAMILIAS ROTAS, INCLUSO, DURANTE LAS VACACIONES



El martes me llamaron por la tarde y se activó la máquina del tiempo. De pronto me sentí en el siglo pasado, año 1998. La familia seguía rota. Simplemente era lamentable e indignante. Un buen rato dedicó la mujer para ponerme al corriente de la situación. No era nueva, pero sí más complicada. Los años no pasan en balde. A lo largo de su conversación, me dijo, que estaba orgullosa de los hijos, habían salido adelante; sin embargo, la hija, ahora, vivía con ella, porque su pareja la maltrata. Tienen orden de alejamiento, pero ambas partes se la saltan a la torera. La última vez la arrastró por los suelos, y bien agarrado a los pelos -de ella-. Hubo denuncia, pero,...
A todo esto, el paro también está presente. Y en la historia familiar la madre se quedó sola con sus tres hijos porque el padre les abandonó. Lo que la llevó a buscar trabajos muy variados y, a veces, de riesgo. Pero su vida acarrea muchas sorpresas y, a veces, desagradables.
Familias rotas. Y con mala suerte. Nacieron en el ambiente equivocado. Conozco otros casos y mi círculo es reducido, comparado con la sociedad en la que vivimos: la española, la europea y la mundial. Me chirrían las tripas cuando aparecen estos casos. Son historias que me conmueven. Los protagonistas son hombres, mujeres, niños y niñas reales. En general siguen la cadena de transmisión de sus antepasados. Casi me atrevería a decir que no conocen otra manera de funcionar como familia. Es el modelo que pasa de padres a hijos. De abuelos a nietos. No es genético, pero sí es estructural dentro de la propia historia familiar.
La verdad es que hay mucha gente, instituciones, asociaciones, que dedican recursos humanos y materiales a estas familias. Los pisos de acogida están dando buenos resultados. No, no están solas en su sufrimiento. Aunque no es un consuelo. Creo que es la línea a seguir para que vayan cambiando las condiciones de estas familias. Con el tiempo, de familias rotas pasarán -sin duda- a ser familias. Simplemente familias, sin necesidad de calificativos.
Justo, a lo largo de las vacaciones del verano, suelen surgir variadas iniciativas que favorecen, en especial a los hijos, de momentos agradables, de espacios en los que sus problemas quedan olvidados, pero sobretodo, tienen la oportunidad de relacionarse con chavales y personas que los van integrando en relaciones más humanizadoras. De esa forma, les presentan modelos de otra forma de vivir en familia y, eso, les hace ver que en el mundo no todo es igual, como en sus familias.
Y, por cierto, son nuestros vecinos, viven a nuestro lado. En bastante ocasiones somos cómplices, pues, ¡Somos tan respetuosos! (Aunque puede ser, tal vez miedo, no querer complicarse o indiferencia. Ya se sabe, cada cual en su casa...) Igual tenemos margen para intervenir, digo yo.
Ya sé que estamos de vacaciones, pero también en estas fechas veraniegas siguen pasando estas cosas y, si bien, muchas familias disfrutan de unas vacaciones disfrutando padres e hijos, también, hay que tener un recuerdo por esas otras familias, que lamentablemente existen, y que no las disfrutan. No las abandonemos si tenemos la oportunidad de conocerlas.

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