BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 7 de mayo de 2017

DEL MAL QUE HACEMOS LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO DE HOY



Con relación al mal que hay dentro de la Iglesia, los dos últimos Papas, han hecho numerosos comentarios, para la reflexión de hoy he rescatado dos de ellos:
El Papa, Benedicto XVI, dijo a los periodistas, camino de Portugal, la siguiente frase: "Hoy vemos de una forma realmente terrible que la mayor persecución de la Iglesia no proviene de los enemigos externos sino que nace del pecado dentro de la propia Iglesia". (11 de mayo de 2010)
Por su parte, el Papa Francisco, más recientemente, ha dicho: "Todos sabemos: en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en nuestros barrios, cuánto daño hacen a la Iglesia y son motivo de escándalo, aquellas personas que se profesan tan católicas y van a menudo a la iglesia, pero después, en su vida cotidiana descuidan a la familia, hablan mal de los demás, etc. Esto es lo que Jesús condena porque es un antitestimonio cristiano”. (30 de agosto del 2015)

Estamos acostumbrados a echar balones fuera y afirmar, con ligereza, aquello de "en estos calamitosos tiempos"... siempre pensando que los demás son los que están muy mal y dejamos caer, también, que se meten mucho con la Iglesia. En muchos discursos, homilías y entrevistas de la Jerarquía eclesial, se enumeran extensamente, los males que hay en la sociedad.
Sin abandonar el ser la "conciencia crítica" para la sociedad, como diría el Cardenal Tarancón en los años 70 y 80, ya que tenemos derecho a ser una voz más, que valore lo que está pasando en un sentido o en otro; sin embargo, nos corresponde mirarnos un poquito más -y si cabe- ser más autocríticos con los asuntos de la propia casa.
Las palabras de Benedicto XVI y Francisco, siguen en la línea de los últimos tiempos de pedir perdón por tantas cosas que ha hecho y hace mal la Iglesia. Pero creo que van más allá y plantean que no nos detengamos en mirar la "paja en el ojo ajeno, sino que analicemos -en profundidad- la viga que tenemos en el nuestro".
A estas alturas hago una importante aclaración: Cuando cito a la Iglesia me estoy refiriendo al Pueblo de Dios en sus diferentes vocaciones: Laical, Sacerdotal y Vida Religiosa, llamados –todos- por el mismo Dios, desde el Bautismo, a ser testigos del Evangelio.
Por consiguiente lo del mal en la Iglesia, es cosa de más gente, no solo de la jerarquía. Digo esto porque igual nos viene bien recordar aquella escena del evangelio, en la que un grupo de personas, muy religiosas, llevaban a una mujer adúltera, con la intención de apedrearla, y lo único que les dijo Jesús, fue aquello de que "quién esté limpio de pecado que tire la primera piedra", nos sigue diciendo el evangelio que todos se fueron. Al menos fueron valientes y sinceros y se quitaron de en medio, ante la evidencia de que lo de tener pecados,... pecados, también tenía que ver con ellos.
Hoy la Iglesia, tiene que dejar de tirar piedras a los demás. Aunque es verdad que hay cristianos que ya van por el buen camino, sin la menor duda, hay muchos Religiosos, muchos Sacerdotes, y muchas Familias Cristianas, que además de no ser testigos de los valores del evangelio, son verdaderas piedras de escándalo, tanto para los propios cristianos, como para los hombres y mujeres que viven con nosotros.

En el seno de la Iglesia –Pueblo de Dios- tenemos a cristianos corruptos, hipócritas, pederastas, machistas, autoritarios, ladrones, violentos, usureros, etc., etc. Que cada cual haga su lista.
A tenor de lo que nos dicen los Papas, Francisco y Benedicto XVI, igual nos corresponde hacer una reflexión sincera, hoy, en la misma línea del texto evangélico que hemos citado. Y no se trata de que salgamos en los medios de comunicación social y hablemos de lo que ocurre en la sociedad, y de cómo se meten con la Iglesia, o sea con nosotros; igual tenemos que mirar hacia nuestros contextos familiares, laborales y lo mismo en el contexto de las comunidades religiosas, instituciones eclesiales... en fin, sería interesante que viésemos en qué somos o no somos verdaderos testigos del evangelio para nuestro mundo de hoy... y no olvidemos lo de la omisión.

1 comentario:

  1. Palabras aleccionadoras que diagnostican. Nada puede cambiar si no se cambian las costumbres. Y la Iglesia tiene por constumbre sentirse en el poder de la verdad y sugiere dogmas absolutos para un mundo relativo. Vamos ;un puto desastre de consecuencias milenaria s.

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