BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 13 de enero de 2013

¿QUIÉN ES MÁS CORRUPTO: EL POLÍTICO, EL SINDICALISTA, EL EMPRESARIO, EL BANQUERO,... ?

A estas alturas de la película, no creo que la corrupción haya que ubicarla -nada más- que en el mundo de las élites o líderes sociales. Aquí todo el mundo se indigna y señala -como corruptos- a los gobernantes, políticos, banqueros y empresarios. Los demás no han hecho nada, mejor, no hemos hecho nada. ¡A buenos ciudadanos nadie nos gana! La hipocresía sigue aumentando su protagonismo.
Naturalmente que los pequeños empresarios tienen sus corruptelas o que los sindicalistas hacen de las suyas, y no digamos de algunos cargos de la administración que, sin duda, no se quedan atrás sobornando y, sin embargo, solo nos fijamos en los grandes empresarios, en los que están más arriba. Parece que tenemos un mecanismo psicológico, por el que echándole la culpa a los más grandes, ocultamos la realidad de la corrupción, tan inherente a la naturaleza humana; aunque en honor de la verdad, afecta - en mayor o menor grado-  a unos más que a otros.
A lo mejor tenemos que recordar lo que dice el Diccionario de la Real Academia: Corrupción. (Del lat. corruptĭo, -ōnis). 1. Acción y efecto de corromper. 2.  En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores. Luego está la corrupción policial, la corrupción sexual, la corrupción tributaria, la corrupción eclesiástica, la corrupción deportiva, la corrupción de menores,... sigan, sigan.

Basta asomarse a la prensa, a internet, escuchar la radio o ver la televisión, para que no nos quepa la menor duda de lo que vengo diciendo. Desde el presidente de los empresarios, hasta el que se aprovecha de los "mal llamados sin papeles" recolectando la aceituna, hay una gran variedad de estafadores y corrupciones que campean a sus anchas. Eso por no entrar a la casa del Rey de España o en la 'dedocracia' de los políticos. Anda, que si analizamos el mundo de la economía sumergida... ¿qué saldría?
No me digan que no han oído hablar de los 'chanchullos' de algunos familiares, amistades y colegas más cercanos. Parece que estos asuntos, sí están en el guión y los consentimos. Claro si lo hacen los 'de arriba' no vamos a ser 'tontos los de abajo'. Hasta justificamos que algunos 'jefecillos' (de los nuestros) aprovechen su situación para 'meter la mano' y si luego sacamos algún beneficio, pues mejor que mejor. Así, se viene a decir más o menos este 'desvergonzado argumento': "Hasta ahora lo han hecho 'ellos', ya es hora de que nos toque a nosotros".
Pienso que este viciado círculo hay que romperlo. No sé si lo llevamos en los genes. No sé si lo hemos aprendido de la sociedad. Lo que sí creo, es que no somos máquinas programadas para repetir -hasta la saciedad- las mismas conductas. Hay margen para corregir la corrupción. Tenemos hombres y mujeres que son honestos y honrados. Tenemos buenos ciudadanos que se conforman con lo que tienen y no violentan 'las haciendas de los demás'.
Pero como todo, en esta vida, hay que aprenderlo. Se puede aprender a ser buen ciudadano. Se aprende a ser honrado. Se aprende a ser una persona integra. Se puede 'desaprender' a ser corrupto, aunque, a lo mejor, haya que pasar por la cárcel. El cambio es posible, la corrupción igual que la hemos creado, la podemos erradicar. Ahora bien, hay que estar dispuesto a 'pagar el precio'. El precio de querer, el precio del esfuerzo, el precio de reconocerlo, el precio de empezar por uno mismo -antes de exigirlo a los demás-.
Tal vez va siendo hora de que dejemos los 'chismes del café', en los que siempre acabamos justificándonos, diciendo, que este asunto de la corrupción, del soborno es de los otros, de los que abusan del poder y tienen malas conductas, y empecemos poniendo, bien, los cimientos de una sociedad más justa.


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