BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 12 de febrero de 2012

EN LAS DISTANCIAS CORTAS NOS JUGAMOS LAS RELACIONES PERSONALES

Bajo el paraguas del día de los enamorados, pero sin hacer publicidad consumista, que ya se encargan las floristerías, joyerías, los 'chinos' y restaurantes; sí puede resultar interesante que miremos un poquito 'el termómetro' de nuestras relaciones. De nuestras relaciones con la pareja, con la familia, con los amigos, en fin, con todas aquellas personas que tenemos la suerte (¿o mala suerte?) de encontrarnos a lo largo del día.
En la cercanía, en el roce, en las distancias cortas, de nuestra relaciones cotidianas, tenemos la ocasión de fortalecer, potenciar, enriquecer, en definitiva, crecer juntos como personas. Una mirada comprensiva, unas palabras tiernas, una escucha atenta, un silencio oportuno,... favorecen dicho crecimiento.
Y, sin embargo, silencios estratégicos, falta de explicaciones deliberadas, marcharse a mitad de una conversación,... sin la menor duda, contribuyen al distanciamiento, en las distancias cortas. La verdad es que la vida de cada cual es complicada. Todos los días no tenemos el mismo estado de ánimo. Ni nos levantamos con buen humor. Los problemas en el trabajo, las rutinas y manias que todos tenemos, el partido de futbol que perdió mi equipo, las tareas del cole que no se quieren hacer, el dolor de cabeza que no me deja, los lloros o peleas de los hijos, el incordio de los vecinos, las ganas que tengo de gritar para desahogarme o intimidar, o sea, un montón de circunstancias que nos pueden hacer saltar y resquebrajar el buen ambiente y concordia que todos anhelamos.
Cuando se vive juntos, ya sea en la familia, en los pisos de estudiantes o varios trabajadores, o en las comunidades religiosas (éste es mi caso), es inevitable que haya conflictos en las relaciones. Los conflictos están en nuestro ADN, como seres humanos que somos. Los conflictos, en sí, no son negativos. Son la ocasión para aclarar malos entendidos. A veces los provocan la 'sobrecarga' que traemos del trabajo, o que hemos quemado la comida por un descuido. En otras ocasiones se manifiestan las diferencias que tenemos de tipo político, deportivo, religioso, ... y no digamos nada, si alguien de la familia se ha quedado en paro, o por desgracia está enferma, o bien, la hipoteca está ahogando el presupuesto previsto.
Cada cual sabe de las situaciones que dificultan nuestras relaciones y provocan los conflictos cotidianos. El asunto reside en cómo los gestionamos. Cómo nos apañamos para resolverlos, desactivarlos, superarlos. Una buena herramienta, a mi modo de entender, es utilizando el sentido común -que todo el mundo- tenemos. Ya lo dice el dicho popular, hablando se entiende la gente. Es cuestión de hablar dejándonos guiar por el sentido común. Por consiguiente, una buena comunicación 'sin interferencias', un buen diálogo, en el que tenemos en cuenta que todos hemos contribuido al conflicto y que  todos tenemos parte de la solución, sin duda, harán que el conflicto, sea un escalón más, de la escalera que fortalece las buenas y necesarias relaciones.
Cada vez más, desde la propia experiencia,  me reafirmo en que todas las personas tenemos o debemos aprender a callar, cuando hay que callar; a saber escuchar cuando hay que escuchar; a saber mirar a los ojos cuando hay que mirar; a saber dar una palmadita en el hombro, cuando hay que darla; a saber abrarzarse cuando hay que abrazarse; a saber perdonar o pedir perdón, cuando hay que pedir perdón o perdonar; vamos, quien más y quien menos, sabe el papel que le corresponde en todo tipo de situaciones. Y de todos modos, si no lo sabemos, si estamos muy atentos, la vida nos va enseñando -si queremos aprender-, claro.
¡Ojala! en la distancias cortas disfrutemos de la vida, disfrutemos de la amistad, disfrutemos del amor. Nos lo merecemos.

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