BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 8 de julio de 2018

LOS CAMPOS DE TRANBAJO: TALLER DE FRATERNIDAD Y SOLIDARIDAD


Las vacaciones, ya lo vimos el otro día, dan mucho de sí. Y aunque la familia tiene el máximo protagonismo, entre otras cosas, porque es un tiempo en el que todos sus miembros están juntos, durante todo el verano, lo que conlleva intensidad en las relaciones, creatividad en las actividades ocupacionales y la oportunidad de convivir en un buen ambiente de cercanía y cariño; todo ello no quita que se planteen otras posibilidades de apertura al mundo que nos rodea.
Por eso los Campos de trabajo, son una de las alternativas que se dan en este tiempo vacacional. Durante el verano, hay muchas personas, especialmente jóvenes, que dedican parte de su tiempo a los diferentes Campos de trabajo que existen. Unos son de carácter ecológico, otros tienen que ver con la arqueología, están los que se dedican a la restauración y recuperación de edificios antiguos y, finalmente, los que tienen un carácter social y religioso.
En todos ellos hay un denominador común: Dedicar parte del tiempo libre que se tiene - en vacaciones - pensando y ayudando a los demás. De forma más notoria se ve esta finalidad, en los de carácter social, en ellos me voy a detener a continuación.
En la experiencia que tengo, de los campos de trabajo, he constatado la importancia de poner en relación a las personas que tienen un nivel de vida, bastante desahogado, (digamos clase media, media alta) con aquellas otras que se mueven en unos niveles marginales y de exclusión (digamos clase baja, baja). En un lenguaje más coloquial facilitar el encuentro entre los ricos y los pobres.
En el grupo de "jóvenes" que realiza los Campos de trabajo, (normalmente de diferentes lugares) cabe destacar dos experiencias, muy unidas entre sí, y que posibilitan el buen desarrollo de los mismos:
La experiencia de la solidaridad. Por un lado está el conocer otros ambientes diferentes a los que uno vive normalmente. Sobre todo, si la vida nos ha tratado bien y hemos tenido la suerte de nacer en una clase social que vive la cultura del bienestar en toda su extensión. Conocer otras realidades menos favorecidas y empobrecidas, convivir con sus gentes, estar con sus hijos haciendo variadas actividades... constituyen todo un gesto solidario, que también fortalece a la persona.
La experiencia de la fraternidad. Pero aún hay más, si a tal proyección social, se le une la experiencia de vivir juntos - durante unas semanas - jóvenes que no se conocen, con el compromiso de vivir en familia: haciendo la comida (o lo que salga), limpiando y fregando los lugares comunes de uso diario, organizando en común el tiempo de ocio y tiempo libre, reflexionando y dialogando sobre temas de interés y, como grupo creyente, orando juntos; ya tenemos, entonces, todos los requisitos para calificar la experiencia de una verdadera expresión de fraternidad.
Los Campos de trabajo, por consiguiente, crean conciencia social, fortalecen procesos personales, relativizan la propia vida, abren las puertas y ventanas a los demás, facilitan el encuentro y el compromiso,... vamos - sin la menor duda - merece la pena tener esta experiencia. Por cierto, lo de joven, no solo tiene que ver con la edad, también, tener "espíritu joven", aunque se tengan más de 40, te da posibilidades para participar en tan interesante y completa experiencia veraniega.
A nuestros hijos y jóvenes no les debe falta exta experiencia, que el verano es muy largo y hay posibilidades para todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario