BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 14 de enero de 2018

NO CREO EN LOS CRISTIANOS DE MISA Y DEVOCIONES



Aún estamos enraizados en la cristiandad, de antaño, que separa y distingue entre tiempos, lugares y personas. Esto es, dos mundos viviendo, a la vez, en el mismo mundo. Creo que Dios creó un único mundo, en el que las personas vivimos y coincidimos en un único tiempo y en un único espacio. ¡Ay! Cuando empezamos a separar y diferenciar.
Cuando era más joven, se hablaba de cristianos practicantes y cristianos no practicantes; es decir, simplificando, unos iban a Misa (eran los buenos cristianos) y, los otros, eran los que no pisaban la Iglesia (dejaban mucho que desear). Pero, ¿qué visión del cristianismo hay detrás de todo esto? Aquí viene mi reflexión.
A mi modo de ver, siguen coexistiendo dos mentalidades a la hora de entender la identidad cristiana y su puesta en práctica. Lo que me preocupa es el interés de algunos sectores tanto del clero, como de grupos de seglares, ‘más especializados’, por mantener esta situación.
El título es como una pedrada en un escaparate, pero lo que pretende es captar la atención, para seguir cuestinándose las cosas. Porque sigue habiendo una Iglesia, centrada en la Jerarquía, con el acento en la liturgia y los sacramentos y otra Iglesia, centrada en el  Pueblo, comprometida en el Reino de Dios para este mundo del siglo XXI.
Lo de la misa y devociones, significan para mí, que para este grupo de cristianos lo importante es la práctica sacramental, aunque luego en sus ámbitos de la vida familiar, laboral y social, se  vaya por otros derroteros diferentes a los que celebra, tanto en las eucaristías, como cuando reza en sus devociones particulares. Hay una dicotomía y ruptura entre la 'vida cotidiana' y la 'práctica religiosa'. El problema es que lo entienden como dos mundo separados, como si no tuvieran relación entre sí.
Por consiguiente, desde esta perspectiva, se puede ir a misa y ser corrupto, se puede rezar el rosario y difamar y calumniar, se puede ir a la iglesia y ser pederasta o machista,… porque una cosa es la esfera religiosa, y otra cosa es la esfera mundana, donde cabe todo. Es la llamada hipocresía evangélica.
Por mi parte, empiezo a entender las cosas de otra manera. Dios me ha traído a la vida para ser feliz y es, en el trasunto de la vida cotidiana, donde quiere que sea feliz y haga felices a los demás. Aquí no se distingue entre unos tiempos, espacios y personas para Dios y otros tiempos, espacios y personas ajenos a Dios.
Por consiguiente, tanto en el contexto familiar, laboral y social, como en las expresiones, llamemos, religiosas, hay un continuo vínculo que une a la persona, con las demás personas, todas ellas, convencidas de su fraternidad, de una única familia, la de Dios.
De esta manera, sí creo en los cristianos, que desde la misma fe en Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, tratan de vivir el espíritu de las bienaventuranzas y el mandamiento del amor, en sus vidas cotidianas y, por eso, ven la necesidad de juntarse para celebrar la fe que les une, compartiendo sus vidas y, así, acrecentando su conciencia de Hijos de Dios y Hermanos de todos los hombres. Para ellos tan importante es ir a Misa, como ser honrados y honestos en su trabajo. De hecho, al final de los tiempos, se nos pedirá cuenta de las obras de misericordia que hicimos con los necesitados, o sea, con Jesús.
El evangelio de estos últimos días, nos presenta a Jesús llevando su Misión a las casas, a los pueblos, a las plazas y acercándose a los necesitados, en su propia vida cotidiana, y curando sus enfermedades . Además, cuando explica el Reino de Dios lo hace desde el contexto cotidiano que vivían sus oyentes.  Por cierto, si quiere orar, madruga y se va al descampado, y cuando va a la sinagoga y el templo, ya sabemos el discurso que emplea; por no hablar de la Última Cena, cena que fue con el grupo de sus discípulos, en la casa de un conocido.



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