BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 9 de junio de 2013

¿Y SI LA MADRE Y EL PADRE NO SE PONEN DE ACUERDO EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS ?

Esto días están los telediarios echando humo comentando las borracheras de los adolescentes. Dicen las estadísticas que más de trescientos 'adolescentes' (desde los 13 añitos) pasan por las urgencias hospitalarias en situaciones de intoxicación y coma etílico. Muchas personas nos hacemos la pregunta: ¿Y quién tiene la culpa? Es la manía de buscar siempre culpables. Yo lo tengo claro: todos y todas. Unos por ser familiares, otros por ser amigos y colegas, otros porque venden, otros porque son educadores y maestros. Están los vecinos, los compañeros del club deportivo,... lo dicho, todas y todos. Unos por acción y otros por omisión. Y si alguien está libre que tire la primera piedra. Pero hoy no voy a detenerme en el alcoholismo de nuestros adolescentes.
Me preocupan las parejas que no se ponen de acuerdo a la hora de criar  y educar a su prole. Esta situación termina por darles las riendas, a los propios hijos, de sus vidas. Los resultados de esta dejación de funciones parentales son desastrosas, eso sí, para toda la familia. Pero dejemos a un lado, por ahora, a los infantes y detengámonos en los progenitores.
Hay parejas que hacen con sus hijos lo que hicieron sus padres con ellos. Para bien o para mal, repiten el guión aprendido. Pero la situación se agrava cuando la madre plantea una forma de llevar la crianza y el padre tiene otro proyecto diferente. Mal empezamos. En esta situación, los hijos están 'viendo' dos versiones de la misma 'película' y terminan por escoger la que más les interesa y les acarrea menos problemas. Ya se pueden imaginar los resultados.
Ocurre con frecuencia, que los límites que defiende el padre los ve irrelevantes la madre o viceversa. Por consiguiente los hijos terminan por no aprender la importancia de los límites y todo lo relativizan. Pero, además, la situación se empeora cuando las discusiones se hacen delante de los niños y, éstos, asisten a 'un partido de tenis' en el que no hay ganadores. Los límites no los aprenderán pero sí aprenden a discutir 'para nada'.
Si el padre y la madre no se ponen de acuerdo en los valores, normas, límites y criterios de convivencia para sus hijos, cuando éstos van a la escuela, o participan en una asociación, o se encuentran en la calle con sus amigos, ¿qué valores, normas, límites o criterios de convivencia utilizarán? Ya sé que todo no depende de la familia, pero sigo creyendo, que la familia es el espacio privilegiado para todos estos aprendizajes básicos y fundamentales en el crecimiento de las personas.
Aún se pueden complicar más las cosas cuando la pareja no funciona. Nos podemos imaginar todo lo demás. Pero siempre, no lo olvidemos, son los hijos lo primeros que sufren las consecuencias. Es muy delicado este asunto, pero tan real como la vida misma. Ya entiendo que la vida es muy compleja, que las situaciones familiares son muy diferentes, que la sociedad es la suma de todo el mundo, pero, si queremos que todo vaya a mejor, la familia tiene que ser consciente de su papel.
¡Qué fácil es tener hijos y qué difícil educarlos!





1 comentario:

  1. Juan, sólo comentar que estoy de acuerdo totalmente con tu reflexión, pero especialmente con la frase que la cierra. Desde aún mi temprana experiencia como padre si algo ya me ha quedado claro es que es con diferencia el "rol" más díficil al que me he enfrentado. Y otra cosa en la que te doy la razón basándome en nuestra propia experiencia es que los chicos controlan perfectamente y desde muy pequeños los "resquicios" o diferencias que ven en sus padres o entre sus padres y resto de familia, educadores... e intentan aprovecharlo al máximo. Lo dicho, que comparto contigo la reflexión al completo. Un abrazo, Diego.

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