BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 18 de noviembre de 2012

DE LAS GUERRAS DE RELIGIÓN AL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO



No se crean, que voy a meterme en la máquina del tiempo para hablar de las guerras de Religión. Están equivocados. Miren hoy los periódicos o vean la televisión y aparecerán: Gaza, Israel, facción islamista,  palestinos, judíos, misiles, muertos,... y estamos en el 2012. Me pregunto: ¿Se trata de una guerra de religiones, es decir, judíos contra musulmanes? A lo mejor algunos piensan, que son motivos económicos y políticos, los que están detrás de estas 'refriegas'. El caso es que esa zona del planeta lleva miles de años a la greña. Así nos lo confirma la historia. ¡Ah! Y los libros 'Sagrados' de sus religiones.
Lo que nadie cuestiona, históricamente, es que las religiones han derramado mucha sangre, en muchos pueblos de nuestro planeta; la verdad, han hecho sufrir a muchos seres humanos, sin distinciones de grandes o pequeños. Los motivos religiosos, ninguna religión se libra, han estado presentes en muchos conflictos  a lo largo y ancho de toda la tierra. Las religiones primitivas,  las religiones desaparecidas las, las religiones actuales, tienen muchísimos motivos para pedir perdón a la humanidad por los desmanes, a veces crueles, causados en las poblaciones. Numerosos creyentes, el cristianismo en los dos últimos siglos también, han utilizado 'la fe en dios', para justificar las guerras, con las que fortalecían sus intereses egoístas. ¡Ya está bien!
Ahora bien, con el mismo énfasis hay que afirmar, que las religiones, han sido y son un camino de felicidad para la humanidad. Millones de seres humanos se han beneficiado de su fe, en los diferentes Dioses, para darle sentido a su vida y para mejorar la vida de los demás. La religión, desde sus orígenes, ha tenido el papel de aportar luz a la humanidad, de dar razones para vivir, de señalar un horizonte que va más allá, de nuestra estancia en esta tierra que habitamos. 
Cuando hablamos 'del paso de las guerras de religión, al diálogo interreligioso',  quiero decir, que las religiones, tienen que dejar de mirarse a sí mismas, buscando sus propios intereses a costa de las demás; tienen que dejar de negarse, unas a otras, como caminos de salvación para sus fieles; para pasar al respeto, a la tolerancia, a valorar lo que tienen en común entre ellas y, sobretodo, a lo que juntas pueden contribuir a construir un mundo mejor para todos. Y es que ninguna sobra, juntas nos dan las piezas del puzle de la familia humana creada para ser feliz. Gandhi, hablaba de que las religiones son diferentes caminos para 'fundirnos' con el Misterio, del que nos vendrá la felicidad plena.
Todos tenemos la imagen del famoso encuentro, en Asís, con los líderes religiosos mundiales, en 1986, promovido por Juan Pablo II, en el que se resaltó la tarea que tienen las religiones, empezando por el respeto a sus diferencias y siguiendo por el compromiso que tienen de trabajar por la paz y de promover la reconciliación entre los pueblos. Me gustaron unas palabras del papa, Benedicto XVI, hablando sobre el diálogo entre las religiones: “Los creyentes, por tanto, deben estar siempre dispuestos a promover iniciativas de diálogo interreligioso, para estimular la colaboración en temas de interés recíproco, como la dignidad de la persona humana, la búsqueda del bien común, la construcción de la paz y el desarrollo.” (Ciudad del Vaticano, diciembre de 2008). 
Creo que se están dando pasos en esta dirección, aunque sin duda queda mucho por hacer. Pero una vez más, el diálogo, es la palabra clave para evitar los conflictos y construir juntos la utopía de una humanidad feliz. Las religiones, por la gran influencia que tienen en las personas de todos los tiempos, pueden ser una de las mejores herramientas que mejor contribuyan a ello; los distintos Parlamentos de las Religiones, que se vienen teniendo, desde 1893, pueden ser un buen ejemplo.


2 comentarios:

  1. Los esbirros de la Sinagoga festejan la entronización de Francisco I, como el triunfo del judaísmo sobre el cristianismo, porque continuara abiertamente, la judaización apostata del cristianismo, promovida sutilmente por sus antecesores: El carisma del Pontífice Juan Pablo II, lo ayudó a soterrar su labor judaizante de la Iglesia post conciliar, al opinar que lo judíos son nuestros hermanos mayores en la fe__ siendo acérrimos enemigos de Cristo, la Iglesia y los pueblos cristianos__ Abrogando sutilmente los Evangelios y cánones antisemitas surgidos en los concilios en defensa de la Iglesia. Difiriendo de la sentencia culposa dictada por Cristo [Mateo XXIII, 1 al 35] en su diatriba contra la santidad hipócrita de los rabinos, donde señaló como reos de pena eterna a los seguidores de la doctrina y la conducta judía. Apostasía que amerita la revisión jurídica del diferendo pontificio a la luz de los genocidios seriales bíblicos e históricos cometidos por el pueblo judío, a fin de determinar la vigencia del ad quem recurrido}__ que decidirá la victoria o derrota del cristianismo y, la trascendencia o la involución de la humanidad. Labor apóstata judaizante que ha sido continuada y culminada por Benedicto XVI al beatificar a Juan Pablo II. http://es.scribd.com/doc/73946749/jaque-mate-a-la-doctrina-judaizante-de-la-iglesia

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  2. Nuestra concepción de Dios emanada del Antiguo Testamento es fantástica, nefasta, caduca. Es por ello, que el mundo cristiano de hoy, necesita librarse de atavismos bíblicos, de las tradiciones judías, y de las reformas judaizantes de la Iglesia post conciliar. Necesita de operarios de la viña del Señor que imiten a Cristo, como Sor Teresa de Calcuta. Necesita del conocimiento espiritual y del desarrollo de la espiritualidad mediante la práctica de la virtud, como lo proponía la educación en la paideia griega promovida por los sabios alejandrinos con objeto de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta; y por ello, tomaron como ejemplo de la vida en la virtud, los hechos y enseñanzas de Cristo narrados en los Evangelios. Necesita de un criterio de verdad que sirva de tabla rasa, y nos ayude a separar la verdad de la mentira en cuestiones religiosas. Necesita del estudio e investigación de los fenómenos espirituales y sus aplicaciones místicas y científicas; para poder comprender las doctrinas, las enseñanzas y las prácticas comprendidas en la doctrina de Cristo, y así poder distinguir objetivamente las identidades y las diferencias presentes en todas las religiones y prácticas religiosas y místicas que demarcan un camino común por el que transita la humanidad hacia su desarrollo espiritual; como lo son las doctrinas de: la trascendencia humana, el renacimiento o resiliencia humana, la salvación por obras, la re-encarnación o trasmigración de las almas; las experiencias místicas del encuentro cercano con Dios o mundo espiritual y las moradas celestiales; las practicas místicas como el yoga, la meditación trascendental, el ayuno, la no violencia, el desapego, la hermandad universal, la empatía con el dolor ajeno, etc. Demarcaciones que nos permiten darnos cuenta que desde la Iglesia primitiva nos desviaron de camino del desarrollo espiritual señalado por Cristo y nos condujeron hacia la ecúmene abrahámica demarcada por los convencionalismos de lo que solo es sagrado para Israel y las historietas de Dios y los ancestros de Israel, sin ser cuestiones espirituales. El cristianismo de hoy, necesita liberarse del clero judaizante y de las jerarquías religiosas que para salvaguardar sus egoístas intereses mantienen la Iglesia estancada en el oscurantismo religioso judeo cristiano, o promueven reformas modernistas, apostatas que abrogan los sacramentos, la liturgia, el rito, el rezo, el canto y la solemnidad tradicionales, atentando contra los valores cristianos, la familia y la dignidad humana siguiendo los dictados de la Sinagoga. Solo Cristo salva, y por ello, no necesitamos el Antiguo Testamento, porque es la letrina sagrada que contamina al cristianismo y convierte al judeo cristianismo en religión basura. Potentísima incubadora de generaciones de estultos en gran escala. Perjuicio criminal que impide la aceptación universal del cristianismo.

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