BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 27 de diciembre de 2020

PARA MÍ LA FAMILIA ES: AMOR, EDUCACIÓN, PERDÓN Y SOLIDARIDAD

 


Hoy celebramos el día de la Familia de Nazaret. Buena ocasión para recordar lo que todos sabemos: la importancia de la familia en nuestros días. Precisamente, con la pandemia que llevamos todo el año, estas Navidades, la familia está teniendo un protagonismo especial. Ha tenido que llegar, el dichoso virus, para caer en la cuenta, que la familia constituye la raíz de nuestras vidas. Por otro lado, no voy a entrar en definir la familia, ni las clases de familias, que en la cultura occidental existen, me interesa más el entramado, los sueños y vínculos, las complejas y naturales relaciones que se dan, en el día a día, de las numerosas familias, en los contextos en el que vivimos.

El amor, la educación, el perdón y a solidaridad, son las cuatro palabras, que en esta ocasión, quiero destacar. Son como las cuatro patas de una mesa sólida. Mejor, los cuatro retos que una familia, ‘debería’ tener en el horizonte de su historia. Porque para mí la familia es el espacio, imprescindible, para que una sociedad sea sólida y generadora del bien común. Entiendo, que cada cual pone los acentos que le parecen oportunos en estos asuntos.

El amor, además es el primero de todos. Justo, la ‘flecha de Cupido’ es el germen de una nueva familia. En la familia, los vínculos amorosos lo son todo. Dice el dicho popular “que una familia unida jamás será vencida”. Y es que la común-unión de sus miembros es fundamental. La pareja, los padres e hijos, incluso, los abuelos y nietos, junto con los tíos y sobrinos, configuran esa foto alegre y heterogénea que es el icono de la convivencia y buenas relaciones entre todos sus miembros. ¡Ojo! Que amar no es fácil y todos sabemos de lo que estamos hablando.

La educación, constituyen los cimientos del crecimiento de cada una de las personas que forman la familia. Entiendo la educación como el proceso que se da en los seres humanos, que le ayudan a conseguir la plenitud de todo su ser. La familia es el contexto natural en donde los valores personales, sociales y religiosos se van ‘sembrando’ para el enriquecimiento y crecimiento de las propias personas. No solo educan los padres a los hijos, por la interacción educativa que se llama, también los hijos educan a sus padres. La educación crea un entramado de relaciones que interpelan, incomodan y favorecen a todos.

El perdón, en un mundo de tantas y complejas relaciones que acabamos de señalar, el perdón, es la herramienta que no puede faltar. El conflicto inevitable,  el diálogo mal entendido, la falsa comunicación, los límites personales, el ‘ego’ que surge,… generan tensiones, problemas, ‘que están en el guión’ y que con el mutuo perdón o las prontas disculpas, llegan a restablecen las normales y buenas relaciones, extorsionadas. Sin duda es más fácil decirlo que cumplirlo, pero ahí está el reto.

La solidaridad, la familia que se precie, no puede encerrarse en sí misma. No vive sola en una isla. Existe junto a otras familias y, no siempre, en las mismas condiciones familiares y sociales. Vengo diciendo que hay familias precarias, muy precarias. Hay muchos factores –de todo tipo- que generan familias necesitadas de ayuda. De todo tipo de ayudas. Entendemos que cuando un miembro de la familia está enfermo, todos nos tenemos que volcar en él. Pues lo miso ocurre cuando hay familias ‘enfermas’ nos tenemos que volcar en ellas. A esto llamamos solidaridad familiar. Así se va constituyendo la gran familia humana, que desde el punto de vista de mi fe, se refiere a la Familia de Dios, como Padre y Madre.

En fin, con estos cuatro dinamismos familiares, estoy seguro de que todos seríamos más felices y, por eso, es lo que deseo para este Año Nuevo que está llamando a la puerta: el 2021.











domingo, 20 de diciembre de 2020

MI FELICITACIÓN DE NAVIDAD



CON LA CERTEZA DE QUE DIOS NACE EN NUESTROS CORAZONES 

Y CUENTA CON NOSOTROS 

PARA SEGUIR HACIENDO UN MUNDO MEJOR

EL CAMINO QUE INICIO SU HIJO HACE DOS MIL AÑOS

Y QUE CONTINUAMOS SUS SEGUIDORES

COMO HERMANOS DE LA MISMA FAMILIA

E HIJOS TAMBIÉN DE DIOS

domingo, 13 de diciembre de 2020

¿POR QUÉ CELEBRAMOS LA NAVIDAD?

 


Este año, con la pandemia, creo que merece la pena hacerse esta pregunta, sobre EL SENTIDO  de la Navidad. No es la primera vez que lo hago, pero tal y como está el ambiente es muy oportuna la pregunta. En muchos hogares van a faltar seres queridos, otros estarán en los hospitales, en todos los lugares de nuestra cultura, se están tomando medidas para seguir controlando al dichoso virus. Y sin embargo la Navidad sigue ahí, esperándonos. Nadie ha dicho nada de quitarla. Y es que hay en juego muchos motivos. Me iré fijando en las respuestas que se ven a primera vista, para terminar con la respuesta que, a mi juicio, puede justificar a todas las demás y por la que merece la pena celebrar la NAVIDAD, un año más.
Hay una respuesta económica. La navidad sirve para reactivar la economía, y más en estos tiempos de crisis en los que estamos. Es verdad que podemos pasarnos al consumismo, pero hay que comer, comprar nuevas ropas, hacer regalos, ... y las cenas o comidas de la empresa también aportan su significado. Por lo demás, la lotería de Navidad tiene ya su protagonismo ganado en estas fechas.
Hay una respuesta vacacional. Que se lo pregunten a los alumnos que han estado los últimos días del trimestre tachando en el calendario la llegada de estas fiestas. Aunque muchas son las personas que también disfrutan de estos días para dedicar con más generosidad actividades de ocio y tiempo libre, si bien este año esto está más regulado. Las vacaciones siempre son bienvenidas y las mismas amistades buscan su espacio en esta época. A ver cómo nos apañamos.

Hay una respuesta familiar. Esta este año, está muy complicada y ya hay familias que se lo están pensando. De todas formas, son fechas entrañables para la familia. Hay en el ambiente un buen deseo de estar juntos. Se festeja con buenas comidas, con detalles muy especiales. Aunque el mejor regalo es estar juntos en Navidad, el Fin de año o en Reyes, con la complicidad de la fantasía y la magia de los regalos.
Hay una respuesta solidaria. En esas fechas parece que nos toca la fibra sentimental y nos despierta un poquito la conciencia social. Y con la pandemia se está notando más. Es verdad que los pobres están siempre con nosotros, pero estos días los queremos 'mimar' un poquito más. Parecería que si no damos esta respuesta la Navidad estaría incompleta. ¡Ojalá! todo el año fuera Navidad.
Y está la respuesta religiosa. Son muchos los años que vengo diciendo, haciéndome eco de los entendidos, que en Navidad Dios se hace humano, para que el ser humano se haga Dios. En todas las culturas, civilizaciones y religiones hay un 'sueño' repetido y coincidente, aunque las formas de contarlo sean diferentes.
Se trata de un ‘sueño utópico’.  Ya lo decía la semana pasada, estamos en tiempos de utopías y sueños de la humanidad. Porque hay una aspiración en todos los hombres y mujeres –de todos los tiempos- por conseguir un mundo más humano, más sociable, más solidario, más pacífico. Otro mundo es diferente, se dice, pensando en lo mal que está desde que lo viene narrando y recuerda la historia.
Creo que el cristianismo también nos aporta esa visión de una gran familia humana en la que todos somos iguales, el amor es la única ley y nadie pasa necesidad. La gran razón es porque todos somos hermanos y hermanas y no podemos dejar a nadie en la estacada.
Y… para esto sirve la Navidad, para que de forma especial todos los años recordemos los grandes sueños utópicos y vayamos avanzando en su realización. Estos son mis deseos este año que termina y los mismos para el año que comienza. La esperanza que tenemos es que Dios está con nosotros, el mismo que nació en Belén.

domingo, 6 de diciembre de 2020

LOS SUEÑOS Y UTOPIAS VAN DE LA MANO EN ADVIENTO Y LA CELEBRACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

 



Desde siempre, en todas las culturas y civilizaciones, en todas las religiones y sociedades, se ha soñado, se han tenido utopías. Aunque unos dicen que no existió el paraíso; otros, defienden que un paraíso nos espera y que, aquí y ahora, podemos experimentarlo. Hacia el siglo VIII, antes de Cristo, el profeta Isaías, cantaba  a la nueva creación con estas hermosas palabras: "Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: El lobo y el cordero pastarán juntos, el león con el buey comerá paja. No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo -dice el Señor". Los cristianos, en estos días de Adviento, recordamos a los profetas, que nos invitan a transformar el mundo y, así, disponernos y prepararnos para celebrar el Nacimiento de Jesús.
Coincidiendo en el tiempo, cada 10 de diciembre, recordamos la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ya en el enunciado del primer derecho, vemos el horizonte de toda ella: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros."
Podemos decir que el espíritu de Adviento (ámbito religioso) y los Derechos humanos (ámbito civil) van de la mano. Cada cual, desde su espacio de influencia, impulsa un mundo mejor.
Este año de la pandemia, los derechos humanos están menguando y cada vez hay más hombres y mujeres que se están quedando en la cuneta. La cultura del descarte se está visibilizando demasiado, como dice el Papa Francisco.  En España llevamos unas semanas con la mirada hacia Canarias, y no para ir de vacaciones, sino por el drama humano de las migraciones, es un ejemplo de lo que venimos diciendo. Es verdad que los medios de comunicación social y las redes nos llenan, nuestras salas de estar, con imágenes indignantes. Pero también es verdad, que hay mucha gente buena, que anda haciendo el bien en todos los rincones del mundo.

Por eso, es bueno, que cada año, se nos recuerden todas estas cosas. Y esa que, aún hay -en el ser humano- ansias de utopía; no somos conformistas y la rebeldía busca resquicios para 'rebelarse'. Por consiguiente, el mes de diciembre, digamos, que es el mes de la esperanza; es verdad, que con él terminamos el año, pero su rescoldo nos sirve para avivar el fuego, del año nuevo que nos viene.
Las OENEGÉS, en general, nos recuerdan que aún queda mucho por hacer. Pero no lo dicen para desanimarnos, sino para agradecer a tantas personas, que se hacen eco de sus planes y proyectos, empeñándose, día a día, por hacer más agradable los hogares, residencias, hospitales, la calle, tiendas, escuelas, fábricas, plazas y calles. Ayer, fue el día del voluntariado. De esta forma, tanto el tiempo de Adviento, cumple su función de preparación de la navidad; como el recuerdo de los Derechos humanos, amplían su demarcación, en un mundo que tanto los necesita. Diríamos que existe una complicidad entre estas dos realidades.
Estamos ante un ejemplo en el que 'el espacio religioso' y 'el espacio civil' se identifican y potencian para fortalecer a la humanidad. Y es que con la buena voluntad, el diálogo y el respeto mutuos, se puede caminar -juntos- un buen trecho del camino (tal vez, el camino entero).

domingo, 29 de noviembre de 2020

"EL SACRAMENTO DEL BIBERÓN"

 


Uno de los sacramentos más importantes - de la Iglesia actual - es el “Sacramento del Biberón”. No estoy hablando del tiempo de la pandemia, que se ha hecho, si cabe, más relevante, lo digo porque en estos nuevos tiempos, hay que reforzar las cosas significativas de nuestra fe. Una de ellas es la Crianza de los niños. En realidad, la Iglesia (versión jerarquía) la ha tenido y tiene, muy olvidada. A ver si con la época, del Papa Francisco, se van cambiando algunas claves y acentos.

En general se sigue identificando a la Iglesia con el poder Jerárquico. Los que no son cristianos, cuando hablan de la iglesia, se refieren a los curas, obispos y al Papa. Y la mayoría de los cristianos, en especial los que van a misa, siguen considerando a la jerarquía (Papa, obispos y curas) como el cuerpo relevante y mandatario de todo el Pueblo de Dios. Unos y otros así se ven y así se lo creen. Bueno, hay que decir, que los religiosos y religiosas (frailes y monjas para entendernos) también están en el mismo carro.

En fin, que se han olvidado -todos y todas- de lo fundamental. Que la fe se empieza vivir, en el ambiente familiar, en la casa, después sigue en las calles, las tiendas, los colegios, el campo, la playa y, en último lugar, en las iglesias, capillas, catedrales y ermitas. Por último, en el Vaticano. Total, que como siempre empezamos por el Vaticano, pues, no hemos olvidado de los hogares.

Ya sea a la hermana mayor, al padre, la abuela o la madre, que le ‘toca’ dar el biberón al bebé, están celebrando un sacramento. Así, el biberón, se constituye como la ‘primera comunión’ de los hijos de Dios. Así como con el biberón se alimenta y fortalece la vida de los recién nacidos, las comensalías de Jesús eran los ‘primeros biberones’ de su apuesta por el Reino. Todo es cuestión de comida, de alimentos, como el que nos dejó en la Última Cena.

En el Sacramento del Biberón, se sintetiza, lo que es la crianza de los hijos. Hay todo un tejido familiar que la sustenta. Los desvelos de las noches que originan las fiebres de la criatura. Ayudarle a los primeros pasos. Reírle cuando hace las gracias esperadas y deseadas. Limpiar ‘el culito’ cuando culmina sus procesos digestivos. Enfadarse si abre el cajón que se le va a caer encima. Practicar la paciencia con sus ‘niñerías’. ¡Pues menuda celebración sacramental! Si Dios Padre y Madre, no está presente en estos momentos tan importantes de la vida que empieza, ya me dirán.

La familia cristiana, en su vocación a seguir a Jesús, no desmerece en nada y, por supuesto, no es menos que el seguimiento, a Jesús, de los curas, frailes, monjas, obispos y el mismo Papa. Es una pena escuchar, domingo tras domingo, en las oraciones de los fieles que Dios envíe buenas vocaciones para reforzar la jerarquía, pero nada de fortalecer las vocaciones de las familias cristianas. Si es en nuestras familias dónde nos jugamos la fe cristiana, no en las eucaristías dominicales que apenas llenan las iglesias y ni se les visibiliza.

En la crianza basada en los valores evangélicos del seguimiento a Jesús, se encuentran los fundamentos de los buenos ciudadanos y buenos cristianos del mañana. Es en el seno familiar, donde pasamos tanto tiempo juntos, unidos, a veces enfadados o alegrándonos, donde se aprende el respeto, la convivencia, el diálogo, el perdón, la fraternidad y solidaridad, la paz y el amor. Fíjense lo que da de sí el Sacramento del Biberón. Cuando el Pueblo de Dios descubra la importancia de este sacramento, seguro, que vendrán tiempos mejores para la Iglesia.

domingo, 22 de noviembre de 2020

25 DE NOVIEMBRE: ¡¡¡FALTAN LAS MUJERES ASESINADAS!!!

 


“Cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España en lo que va de 2020, según la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.  La primera víctima mortal de 2020 fue Mónica Linde, de 28 años, asesinada junto a su hija Ciara, de tres, por su expareja y padre de la pequeña en el día de Reyes.” (El País 10/11/2020)

40, Mujeres, 40 Personas, 40 Seres humanos ya no están con nosotros. En España, son 40 las víctimas por violencia de género. Y aún no ha terminado el año.

Simplemente indignante. Todos los años la misma y lamentable cantinela. Parece que en el paisaje de la sociedad y, no solo de la española, la muerte de la mujer a manos de su pareja ya es normal. Y lo preocupante es que, el maltrato a la mujer, empieza a edades más tempranas. En los últimos tiempos hay denuncias de adolescentes. Y este año con la pandemia, más tiempo encerrados en casa, ni te cuento.

Nos dice la Organización Mundial para la Salud, que “la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años, en todo el mundo, por delante de la suma de muertes provocadas por el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras”. Y la ONU sigue denunciando, cada año, “que tres de cada cuatro mujeres en el mundo han sufrido alguna vez en su vida violencia machista”.

Para situarnos, veamos los orígenes de la fecha para el recuerdo de las víctimas: El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134la Asamblea General, declaró el 25 de noviembre, como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, e invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen, en ese día, actividades dirigidas a sensibilizar y concienciar, a la opinión pública, respecto al problema de la violencia contra la mujer. Tenemos que remontarnos a 1981, cuando un grupo militante de mujeres, proponen el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato, en 1960, de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante y dictador dominicano Rafael Trujillo.

Todos sabemos de lo que va el problema y siempre será poco lo que hagamos para educarnos en el respeto a la mujer. Por las circunstancias de mi trabajo, en años anteriores, he tenido que intervenir en casos de maltrato a varias mujeres. No es nada fácil y, sobre todo, cuando tienes que tratar directamente con el maltratador. Desde luego, la mujer queda muy marcada y, por mucho que se esfuerza, queda muy afectada para siempre.

Se están haciendo grandes esfuerzos para erradicar este grave y lamentable problema – que se da a nivel mundial – no olvidemos que la mitad de la humanidad son mujeres y, en este caso, como en otros muchos se siguen llevando la peor parte.

Sigo pensando que no solo las mujeres están implicadas en la solución de este asunto, nos corresponde también a los hombres trabajar para que se logre superarlo. En la familia, en la escuela, en las iglesias, sinagogas, mezquitas,… hay que luchar por solucionar esta lacra de la humanidad que se lleva a tantas mujeres cada año. Y he hecho referencia a las religiones, porque creo que son uno de los factores que históricamente han contribuido al machismo violento. Ya sé que se dan otras causas familiares, sociales, culturales y económicas, pues todo este asunto es más complejo de lo que a simple vista aparece.

No obstante, he querido dejar constancia de las religiones, porque tienen la fuerza de contribuir a que la igualdad, entre los hombres y las mujeres, se haga realidad, finalmente. No debemos olvidar que para todas las religiones, todos los seres humanos somos iguales, ya que fuimos creados a imagen de Dios y al ser sus hijos e hijas, también somos hermanas y hermanos.

En fin, sean estas humildes palabras, un homenaje a tantas mujeres que nos han dejado, por culpa de sus parejas, a lo largo y lo ancho de este mundo que habitamos.

domingo, 15 de noviembre de 2020

EL 20 DE NOVIEMBRE DÍA DE T O D O S LOS NIÑOS

 


La semana pasada fue un bebé, de 6 meses.
Noticias indignantes de niños y niñas aparecen en los medios y las redes con frecuencia, con demasiada frecuencia. Por eso, esta es una semana muy importante para acordarnos de la infancia.  Aunque en realidad habría que decir que sería un poco mezquino esperar al 20 de noviembre, de cada año, para recordar a los niños y niñas que no viven su infancia como "Dios manda".

En todo caso nos alegramos de que exista un día para la infancia. Nos podemos preguntar, ¿por qué el día 20 de noviembre? Un poquito de historia. Hay que remontarnos al 26 de septiembre de 1924, cuando la Asamblea de la sociedad de las naciones adoptó la Declaración de Ginebra sobre los derechos del Niño. Después vienen las guerras de los años 30 y 40 y se paraliza toda iniciativa. Hay que esperar a 1950, cuando una comisión, de la ya creada Naciones Unidas, redactó un proyecto preliminar para una nueva Declaración de derechos del niño. A lo largo de 1959 se intensifican los trabajos y el 20 de noviembre, del mismo año, la Asamblea general, con la presencia de 78 países reunidos en sesión plenaria, aprobó por unanimidad la Declaración de los derechos del niño.

Tres décadas después, en 1989, se realiza una Convención sobre los derechos del Niño, en el marco de las Naciones Unidas, determinando que el 20 de noviembre sea declarado Día Internacional de la Infancia, aunque también se puede proclamar como Día Universal de los Niños y las Niñas. Así lo venimos recordando y celebrando desde entonces.

Nos tenemos que felicitar porque nuestros hijos, casi todos, están creciendo en un ambiente sano y propicio para que su desarrollo sea el adecuado. En las sociedades occidentales, en general, la infancia está cuidada y protegida. Pero queda mucho por hacer.

Sin duda hemos avanzado en la conciencia social que nos lleva a defender a la infancia. Pero a mi modo de entender, aún, estamos dando los primeros pasitos. Basta echar una ojeada a la prensa escrita o digital de estos días, ver los telediarios de esta semana, escuchar la radio, "bucear" en internet sobre el tema... y nos daremos cuenta, de que -todavía- queda mucho por hacer.

En el mundo hay más 180 millones de niñas y niños abandonados, viven sin hogar y sin escuelas.

Más de 230 millones viven sometidos a la explotación laboral.

Superan el millón de Menores que son "esclavos sexuales" en Asia. En el ámbito del sexoturismo.

Hay miles y miles (millones) de niños y niñas que mueren de hambre y de enfermedades "curables".

Hay menores de edad que son guerrilleros, utilizados por los ejércitos para hacer barbaridades.

Abundan por miles las niñas y niños que son maltratados y abusados sexualmente por sus familiares y "seres queridos".

Existen los secuestros infantiles, el tráfico de órganos de niños y niñas, la compraventa a sus padres "para no sabemos qué fines"...

En fin, ésta es la cruda realidad que os propongo para reflexionar y dialogar. Y por eso me parece bien que debemos tener - al menos un día - para recordarla, pues, aunque tenemos una declaración de los Derechos del niñomuchos de esos derechos, lamentablemente, no los tienen muchos niños y niñas

domingo, 8 de noviembre de 2020

LA VIDA -DE CADA PERSONA- ES COMO UN PUZZLE

 Hace unos años escribí esta metáfora, pensando en las personas que lo tienen difícil en esta vida, y que ahora la vuelvo a traer a estas reflexiones semanales ya que nos puede seguir aportando ideas.

La vida de cada persona es como un puzzle. El arte está en colocar correctamente cada pieza en su sitio y lo más interesante es que para realizar esta exigente, pero hermosa tarea, tenemos toda nuestra vida. Nadie se escapa de esta realidad.
Claro que hay variedad de puzzles: los hay de diez piezas, de cincuenta o de mil. Y unos son más difíciles de completar que otros. Los más grandes son un reto para la persona que los está formando, claro que también se pueden encajar las piezas en colaboración. Es evidente que más tarde o más temprano, el puzzle, que es cada persona, necesita de los demás para poder completarse y, al final, así es la vida, no se termina de formar nunca. Como esto es lo que suele ocurrir, lo que hay que hacer es llegar a ajustar la mayor cantidad de piezas posibles. 
En resumidas cuentas, dos suelen ser las posturas que suelen darse ante el puzzle de la vida: la primera es la de aquellas personas que se interesan por formar su puzzle, aunque les cueste, pero saben y tienen la experiencia de que cada pieza colocada es una victoria en la construcción de su persona y un paso más para disfrutar de la felicidad que se deriva de dicho esfuerzo; la segunda postura es la de aquellas personas que tiran la toalla, por mil razones, aunque nunca les faltan las justificaciones; eso sí, viven siempre la frustración y el sentimiento del fracaso por la incapacidad de componer su puzzle. De esta segunda postura pondré algunos ejemplos:
Algunas personas, ante las primeras dificultades, suelen tirar la toalla y dejan su puzzle con muy pocas piezas colocadas, su vida está desdibujada y tienen un sentimiento de fracaso y de inutilidad. 
Otras personas han tenido la mala suerte de que alguien les ha robado alguna pieza o se la han roto y, cuando no aparece esa determinada pieza, se desaniman. Claro que existe la posibilidad de reconstruir la pieza y entonces pueden seguir formándolo.
Hay quienes extravían alguna de sus propias piezas y así tienen la excusa de que no pueden acabarlo, evidentemente se están engañando a sí mismas.
Otras personas se encuentran a gusto con las piezas en desorden y no se plantean colocarlas en el lugar que les corresponde. Eso sí, en las ocasiones propicias se quejarán y hablarán de lo complicada que es la vida, incluso de la mala suerte que tienen.
Hay gente que se pone a trabajar con entusiasmo, pero a la primera dificultad dicen que es muy complicado el puzzle y abandonan pronto el empeño. 
También existen aquellos que quieren formar su puzzle con las piezas de otras personas, sobre todo si éstas ya llevan adelantado su puzzle; así viven de las rentas de los demás. Alaban, eso sí, el puzzle de los exitosos, pero no hacen nada por imitarlos. En esta línea, hay otros individuos que prefieren lamentarse con la finalidad de que los demás hagan su puzzle y ellos se quedan cómodamente viviendo del cuento, y no quieren caer en la cuenta de que nadie puede formar el puzzle de nadie, pues cada persona es diferente.
Hay personas a quienes les da miedo su propio puzzle, por lo complejo que les parece, y se asustan. Entonces buscan la evasión y de esa manera no se complican la vida. Claro, su puzzle queda sin hacer.
Algunas personas se encuentran con la sorpresa de que tienen piezas de otros puzzles, lo cual les crea un cierto estado de ansiedad porque lo tienen todo mezclado y, al ponerse tan nerviosas por tanto barullo, se sienten desbordadas y abandonan su tarea.
No faltan quienes quieren hacer su trabajo a solas y se cansan o se frustran ante tantas piezas que tienen que colocar. En fin, así podíamos seguir hasta el infinito, pues hay tantas posibilidades como personas.


ALGUNOS TRUCOS PARA COMPLETAR EL PUZZLE

-Aceptar que todas las personas somos básicamente iguales; por consiguiente, lo del puzzle es una tarea que ha de realizar todo el mundo.
-Tener voluntad de componer el puzzle, pese a las muchas dificultades que se irán presentando.
-Conocer todas las piezas del puzzle, así será fácil buscarles su sitio.
-Tener paciencia, pues todas las piezas no encajan a la primera.
-Asumir que se pueden perder o romper las piezas, o que te pueden quitar alguna de ellas, pero que también se pueden encontrar o rehacer; nada hay irreversible.
-Que hay personas de confianza que nos pueden ayudar a formar nuestro puzzle, sin olvidar que cada cual es el último responsable del suyo.
-El orden y un buen método para colocar las piezas facilitan mucho las cosas. El azar y la improvisación no son buenos consejeros.
-Seguir construyendo el puzzle, aunque pueda estar un tiempo parado, pues hay circunstancias que nos pueden paralizar.
-Que tenemos toda la vida por delante; no hay que preocuparse porque seamos jóvenes y no lo tengamos acabado.
-Incluso un mal día podemos destruir parte del puzzle encajado, pero podemos volver a reconstruirlo, pues ya conocemos el lugar que ocupan algunas de las piezas.

Al final, como los niños y niñas que completan un puzzle, tendremos la cara de alegría y satisfacción porque lo hemos conseguido. Es el premio a nuestra tarea y a nuestra constancia por formar nuestro puzzle, o sea, por construirnos y realizarnos como personas.

domingo, 1 de noviembre de 2020

DE LOS SANTOS Y SANTAS QUE VIVEN A NUESTRO LADO

 


El 1 de noviembre, los cristianos,  celebramos la festividad de todos los Santos. Me parece muy oportuno. En un mundo tal convulsivo y revuelto, con tantas dificultades y problemas, con abundantes tragedias y conflictos, tener un día, en el que visualicemos que todo no está tan mal, es un alivio y, sobre todo, una 'brisa' de esperanza en el camino hacia un futuro mejor. Es verdad que hace más ‘ruido’ la maldad, pero la balanza –creo firmemente- está más inclinada hacia la bondad.
Algunos pueden decirme que, en este día, nos referimos a los hombres y mujeres que ya nos dejaron y son los 'Santos y Santas' que recordamos. ¡Ojo! no son santos y santas porque ya están 'en el cielo' en la presencia de Dios, disfrutando de la felicidad eterna. No. Fueron unas excelentes personas, mujeres y hombres de buen corazón, que irradiaron su amor y entrega a todas las personas con las que se fueron encontrando durante su vida.
En la liturgia cristiana, para este día, se nos ha leído el evangelio de Mateo, sobre las Bienaventuranzas. Es la propuesta que nos sigue haciendo, Jesús de Nazaret, para que seamos felices. Estoy convencido de que hay muchas personas que tratan de vivirlas. Y no porque sean cristianos, creo que lo que en ellas se dice, son las aspiraciones más hondas de cualquier ser humano.
Hay hombres y mujeres, que viven su vida desde la solidaridad con los más necesitados y comparten lo que tienen con ellos. Son pobres, aunque tengan riquezas, porque su corazón no está en ellas, puesto que las utilizan tanto para su bienestar como para el bienestar de los demás que carecen de ellas y son felices.
Hay mujeres y hombres, que empatizan con el que sufre, con el dolor de los demás. Visitan a los enfermos y van a sus casas. Están al lado de los ancianos en las residencias y hacen juegos, vestidos de payasos, en las zonas infantiles de los hospitales y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son pacíficos y no violentos. Evitan el rencor y la venganza con sus semejantes. Crean un buen ambiente de convivencia allá en donde se encuentren y estén con quién estén y son felices.
Hay mujeres y hombres, que luchan por la justicia. No consienten las numerosas injusticias y atropellos que padecen sus semejantes. Salen a la calle, van a las cárceles, están al lado de los indefensos. Quieren y apuestan por un mundo más justo y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son generosos y altruistas. Su tiempo está disponible para los demás y son muy sensibles a sus carencias. La misericordia es una de sus mejores actitudes. No les importa compartir su persona y su historia con los demás y son felices.
Hay mujeres y hombres, que son honrados y honestos. Van con la verdad por delante y detestan la hipocresía e incoherencias. No buscan el engaño y evitan llevar una doble vida. Les cuesta ser transparentes pero su corazón está limpio y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son constructores de la paz. No están de acuerdo con las guerras y van en contra de cualquier violencia, apostando fuerte por la paz. No les es fácil ser pacíficos, pero están con toda su energía en ello y son felices.
Hay mujeres y hombres, que son perseguidos por su estilo de vida. Les calumnian y les hacen el vacío. Les señalan. Van contracorriente y la apuesta por un mundo más justo y más humano, les acarrea muchos problemas. Su rebeldía y tesón por sus utopías y sueños les complican la existencia. Pero no bajan la guardia y son felices.
Hoy es el día para felicitar a todas estas personas y esforzarse por estar junto a ellas y tratar de acompañarles en el camino.

domingo, 25 de octubre de 2020

EL RETO DE VIVIR EN PAREJA... HOY y SIEMPRE

 


La pareja, hoy tan diversa, es  todo un reto para las dos personas que viven juntas. Muchas han llegado al matrimonio, ya sea por lo civil o por lo religioso y, otras mucha, son parejas de hecho.  Todos tenemos familiares, amigos y conocidos que están en cualquiera de las situaciones. De vez en cuando salen noticias de rupturas de parejas, que se traducen en separaciones y divorcios, porque ya no funcionaban sus relaciones. En bastantes casos son los hijos los que sufren ‘los platos rotos’ y, en la mayoría de las ocasiones, ha sido la pareja la que no ha puesto, tal vez, todos los medios y recursos para seguir creciendo como pareja y fortalecerse. Cada pareja tiene su propia historia, y hay muchas parejas que logran sus propósitos.

Hace unos años me reuní con un grupo de mujeres y me dijeron lo que, para ellas, era importante en la vida de una pareja, unos días después, les presenté un escrito en el que redacté sus respuestas. A lo mejor, aún, puede ser de utilidad para los días que vivimos. ¡Cuánto me gustaría que los que vivís en pareja dijerais una palabra, al respecto, para enriquecer la reflexión!

1. Se forma una pareja con el único propósito de ser felices juntos. Y es que lo primero y fundamental en una pareja es que ambos se quieran y se amen de verdad. Esto es lo que les hará felices.

2. Desde el marco de un Proyecto de pareja se sitúa la historia común que desean para los dos y para la futura familia que se forme.

3. Hay que asumir la propia historia y la historia del otro miembro de la pareja, para eso hay que contarla. En este sentido la comunicación y el diálogo deben de ser fluidos. Hablar no cuesta nada y hablando se entiende y conoce la gente.

4. El trabajo responsable, dentro y fuera de la casa, es una obligación de los dos que contribuye al bienestar de la pareja y a la propia realización personal.

5. En cuanto al asunto económico: hay que ajustarse al dinero que se dispone y no vivir por encima de las posibilidades que se tiene.

6. El respeto debe de ser mutuo, sin respeto no hay convivencia, armonía y paz. Es imprescindible evitar todo tipo de violencia verbal, física o de otro género, todas las personas tenemos nuestra dignidad que debe ser respetada. La falta de respeto trae tensiones, violencia, ruptura,...

7. Los pequeños detalles de cariño y ternura: un beso, coger de la mano, una palabra cariñosa, una sonrisa,... construyen el amor y superan la inevitable rutina y monotonía de todos los días.

8. Los problemas, tensiones, conflictos, roces, enfados y cabreos, son inevitables en la convivencia de las personas, cuanto más en la vida de una pareja que está las 24 horas del día juntas. La paciencia, el aguante y el perdón son las medicinas apropiadas para superarlas.

9. Quererse, todos los días, pese a la monotonía, “el siempre igual”, el paso del tiempo, o el cansancio, supone creatividad, imaginación y para ello mantener el tipo; a veces, hay que poner buena cara porque el otro miembro de la pareja ese día lo necesita,...

10. La mentira, el engaño, las verdades a medias, el ocultamiento por miedo, complejos o vergüenza, son el inicio de numerosos conflictos, problemas y separaciones. La verdad siempre por delante aunque cueste decirla.

11. Seguro que creer en Dios facilita las cosas, ya que Él está presente en los proyectos, llena de sentido la vida y  guía, sin duda, por este mundo lleno de dificultades, pero también de posibilidades.

12. Y cuando vengan los hijos, frutos de vuestro amor, se encontrarán un hogar de paz y armonía, de esfuerzo y superación, de alegría y respeto y crecerán como personas libres que buscarán la felicidad como su madre y su padre.

 

domingo, 18 de octubre de 2020

¿”SOMOS CONCIENCIA CRÍTICA”... PERO... ACOMODADA Y ANESTESIADA?

 


Ayer, 17 de octubre, fue el día Internacional por la Erradicación de la Pobreza. Me da la sensación de que pasó el día sin mayores incidencias. Incluso, como en otras ocasiones, si lo preguntamos, mucha gente ni sabría que lo celebramos. Los pobres no cuentan. En estas últimas semanas estoy muy centrado en estos asuntos, por eso no quiero dejar pasar la ocasión: LOS POBRES SE LO MERECEN y por eso sigo con la temática.

SOMOS. Con toda la información que generan los medios de comunicación, a través de las redes sociales, estaríamos ocupados un montón de horas para enterarnos de lo que dicen. Estamos desbordados. Si encima añadimos todo nuestro sistema de relaciones, empezando por la familia y los amigos, ¡ni te cuento! Habría que añadirle al día unas 10 horas más. Tan ocupados estamos que no queda tiempo para nosotros. Somos arrollados, literalmente, de forma que no nos queda tiempo para detenernos a pensar en nuestras realidades personales, individuales. Parece que todo está montado para que no nos dediquemos tiempo. Para que lo que somos (soy, eres, es…) quede diluido. La semana pasada nos preguntábamos sobre cómo estamos.
CONCIENCIA. Ya no sé si quieren acallar nuestra conciencia, si desean anularla, o bien, nos interesa tenerla escondida para no molestarla o mejor aún ¡que no nos moleste! La conciencia es el mejor tesoro que tenemos. Algunos dirían que es lo más ‘sagrado’. De la conciencia nos viene dada nuestra dignidad, es el lugar en el que se enraízan nuestros derechos como seres humanos.  Es lo más interior de nosotros mismos. La que nos da el conocimiento y la lucidez de lo que somos, percibimos, pensamos, decimos y hacemos. La instancia que nos ayuda a vivir y a crecer como personas.
CRÍTICA. Lo suyo es que la conciencia sea crítica. Esa es su principal función. ¿Pero es crítica? Ni siquiera con nuestra realidad personal. ¿Soy crítico con mi vida, con mi persona, conmigo mismo? Pero las personas somos seres sociales. Seres en relación, desde que nacemos hasta que morimos. Nuestra conciencia crítica va más allá de nosotros mismos, haciéndonos críticos de la realidad que nos rodea. Sociedad que con la pandemia se van a acrecentar las distancias sociales y cada vez los pobres irán aumentando. (Solo en España se calculan unos 11 millones). Como seres sociales nuestra función crítica: ¿La ejercemos?  ¿La ponemos a disposición de la sociedad para que su desarrollo sea el justo, y contribuya al bien común de todos? Tal vez esta función no está muy trabajada: ¿Miedo?  ¿Complicaciones? Resulta, simplemente, escandaloso.

 ...PERO... La verdad es que todos sabemos de todo y de todos, no olvidemos que estamos muy bien informados, sin embargo, mejor quedarse con los brazos cruzados o hacerse como que no estamos enterados. Bueno, puede ser que no seamos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor. Tal vez, porque no nos interesa. Con mi vida tengo bastante ¿Para qué ir más allá?
 ACOMODADA. Igual vivimos una vida muy cómoda, muy tranquila. Sí, estamos  en crisis pandémica pero en realidad como que la vamos sorteando. Aquí que cada palo aguante su vela y, los demás, que se las apañen, que bastantes trajines tiene uno. Además vivimos relativamente bien, sin muchas carencias y exigencias ¡Para qué más!
Y ANESTESIADA. ¿Narcotizada? A lo mejor nos hacen creer todas estas cosas, nos venden slogans para acallar nuestras conciencias y, así, tenernos paralizados. Incluso con la conciencia tranquila. Si fuese así que inteligentes son, quiénes sean, claro. Desde luego tanto futbol, motos, tenis, botellones, modas, crisis tarjeteras, nacionalismos rancios y burgueses, fundamentalistas, marcas, videojuegos, móviles, facebookses, twitteros, instagranes… ¿lo estarán consiguiendo?
 Particularmente, me inclino por tratar de ser una persona con conciencia crítica, aunque no siempre es fácil y me siga trayendo problemillas.

domingo, 11 de octubre de 2020

¡¡¡STOP!!! ¿CÓMO ME ENCUENTRO? ¿CÓMO TE ENCUENTRAS?

 


Con lo de la “pandemia” hay mucho ruido mediático. Demasiadas distracciones (generadas por los políticos) y muy preocupados por cómo se van extendiendo los contagios. Todo este asunto, con ser muy importante, no puede ser ‘el árbol que nos tape el bosque’.

Me preocupa cómo nos estamos tratando, cada cual en su ser más personal. Ya sé que lo inmediato es la salud, y centrándonos en la salud aseguramos todo lo demás. No es fácil, en estos últimos meses, dedicarse tiempo a uno mismo y, sin embargo, se hace necesario para poder gobernarse -sin dejarse ‘arrollar’- por lo que estamos viviendo ‘enmascarados’.

Necesitamos personas muy enteras.  En estos tiempos que vivimos se precisan hombres y mujeres con una sólida personalidad. Con fuertes convicciones y sólidas. Tal vez esté pidiendo demasiado, pero si no tuviésemos, lo de la pandemia, estas palabras no resultarían tan raras.

Con pandemia o sin pandemia, el ser humano tiene un proyecto personal, tiene un plan de crecimiento y desarrollo durante toda su vida y, por muy adversas que le vengan las cosas y las circunstancias, no puede abdicar de su vocación humana.

No estoy diciendo que estos asuntos sean fáciles de gestionar en esta época del Covid-19. Pero sí estoy afirmando -que el cuidado de la propia persona- es fundamental para todo lo demás. Por eso hay que preguntarse, de vez en cuando, lo de ¿Cómo me encuentro? Porque es la forma de no olvidarnos de las famosas cuestiones: Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos… y una última ¿Qué hacemos por los demás?

¡Ay, los demás! Porque ya sabemos y tantas veces lo hemos dicho, no podemos ser sin los demás: familias, amigos, compañeros, conciudadanos, migrantes, pobres, desvalidos, vulnerables. Sin los otros, nuestro proyecto personal, queda inacabado, por eso es tan importante ser nosotros mismos (dedicarnos tiempo) y con los demás.


domingo, 4 de octubre de 2020

FRATELLI TUTTI (HERMANOS TODOS) EN EL DÍA DE SAN FRANCISCO DE ASIS, PROFETA DEL SIGLO XXI

 



Hoy, 4 de octubre, Francisco "el de Asís". El Papa Francisco ha elegido este día para presentar su tercera Encíclica “Fratelli tutti” (Hermanos todos)  frente a la tumba de san Francisco de la basílica del santo, en la ciudad de Asís, Umbría, Italia. Esta nueva Encíclica, está dedicada a la fraternidad y la amistad social, valores que esenciales para recuperar la esperanza en este mundo golpeado por la pandemia del coronavirus.

Por eso hoy, un día tan importante para la Iglesia, quiero aprovechar para escribir algunos rasgos, de san Francisco, que siempre han llegado mucho a mi vida. Porque aquél hombre de Asís, que hace casi mil años vivió por tierras italianas, sigue presente entre nosotros con su mensaje, su testimonio, su estilo de vida. Francisco continua siendo un ejemplo, mejor, un profeta del XXI.

Como digo, muchas cosas se pueden escribir de él, sin embargo, me voy a limitar a las que para mí siguen siendo significativas. Entiendo que Francisco fue un hombre que se tomó en serio su vida, aunque no lo tuvo claro desde el principio. La toma de conciencia de su realidad personal, de la realidad de la iglesia de su época, de la realidad del mundo que le tocó vivir, contribuyeron a elegir el camino que hoy seguimos recordando y valorando.

Un hombre crítico y profeta con la iglesia de su tiempo. Se dice que orando en el Templo de San Damián, oye una voz que le dijo: "reconstruye mi Iglesia, ¿no ves que se derrumba?". Desde entonces no dudó en interpelar a la iglesia entera y, especialmente, a la jerarquía de su tiempo, empezando por el mismo papa. En la radicalidad de vivir la pobreza evangélica tuvo su primer argumento.

Un hombre que trato a las mujeres con la dignidad de los que se saben iguales. Francisco y la amistad con Clara, ha dado mucho de sí en la literatura. De esta relación, quisiera resaltar que tenía, como proyecto, caminar juntos en la misma dirección, que no era otra que la  fe en Jesús y el anuncio de su Reino. Una amistad basada entre iguales. Hoy la misma iglesia tiene mucho que aprender al respecto

Un hombre que dialogó con el Islam. En el contexto de las cruzadas, no dudó en dirigirse a Palestina y, como embajador del evangelio, tener una relación “diplomática” con el mismo sultán de Egipto, Melek el Kamel, nieto del famoso Saladino. Siempre la palabra, el diálogo, es mejor que las armas y la violencia.

Un hombre que se siente hermano de la naturaleza. De todo es conocida la historia del Hermano lobo, o el Himno de las criaturas, aunque él le llamaba “Cántico del Hermano Sol”. No en vano los ecologistas, de la tendencia que sea, le consideran su patrón por cuanto mostro su profundo respeto y admiración por todo lo que hallaba en la naturaleza. Hoy que hablamos tanto del medio ambiente, de la ecología, del cambio climático,… una mirada a Francisco nos puede llevar a comprometernos por cuidar y respetar la naturaleza

Un hombre que vivió la radicalidad evangélica en su identificación con Jesús. Esta es la clave para entender todos los demás aspectos que hemos hablado. Francisco de Asís, es lo que es, por su seguimiento a Jesús de Nazaret. Es la humanidad de Cristo lo que acapara la atención de este buen hombre de Asís.  No podemos entender a este gran hombre sin la experiencia personal que tuvo con Jesús. Toda su visión de la vida, su espiritualidad, su estilo de vida, su compromiso por la iglesia y por el mundo, nacen del encuentro con Jesús de Nazaret; el que vivió en tierras de Palestina, murió en la cruz como consecuencia de la vida que llevo y resucitó para devolvernos la esperanza, a cada uno de nosotros y a este mundo de Hermanos.

domingo, 27 de septiembre de 2020

DE LA INDIFERENCIA Y PASOTISMO INSOLIDARIOS

 


Tengo claro, desde hace muchos años, que tenemos tiempo para lo que nos interesa y nos importa. Sin duda, todos tenemos muy buenas intenciones y nos gustaría que las cosas fueran mejor, tanto para nosotros como para los demás. Tal vez, la foto de un niño muerto en la playa nos indigna, pero eso, solo nos indigna.

Todo el mundo tenemos derecho a ver un partido de futbol o de tenis. A ver las series televisivas o carreras de  motos. Las grandes plataformas como Netflix, Amazon Prime Video o HBO están haciendo “su agosto” y más con la pandemia. Estamos en nuestro derecho de mantenernos en forma para lo cual hacer Pilates, ir al gimnasio, senderismo, usar la bicicleta o practicar footing es de lo más normal; por otro lado, pasar una tarde viendo los toros o una película,… lo vemos como la más natural del mundo. Efectivamente, todo lo dicho,  es lo más natural y legítimo del mundo ¡Faltaría más!

Por lo demás, en una llamada jerarquía de valores, la familia es lo primero, después viene el trabajo, si lo tenemos. Estar con los amigos es imprescindible y, si afinamos un poquito más, dedicarse tiempo a uno mismo es fundamental.

Estoy más que convencido de que si yo marcho bien y mi familia funciona bien; que con las personas tengo buenas relaciones y, además, soy honesto y responsable en el trabajo; sin la menor duda, que ya estoy contribuyendo a cambiar el mundo.

Sin embargo, la realidad me viene diciendo, que hay muchos hombres y mujeres, niños y ancianos, que lo pasan mal, que sufren mucho y se mueren de hambre; que padecen crueles guerras y violaciones de su dignidad y derechos. Es decir, que vivimos en un mundo injusto. El ser humano genera bien, pero con las mismas, el ser humano genera mal. Con nuestras conductas, hemos configurado un mundo incómodo, insoportable, incluso, cruel para muchas personas, lamentablemente, millones de personas.. 

Cuando comento estas cosas, suelo plantear la siguiente cuestión: ¿Quién tiene que cambiar todo este fiasco? Inmediatamente me contestan que el gobierno, ‘los de arriba’. ¿Solo el gobierno? les pregunto yo.  Porque, tú que me lees, ¿quién crees que lo tiene que cambiar?... Además del gobierno, los políticos, los sindicatos, las Oenegés,… ¿Podemos hablar de responsabilidad individual? Sí, de cada persona. Porque a mi modo de entender, también los pobres, excluidos, marginados, tienen el derecho de que les ayudemos a salir de tal situación, para que su dignidad como personas y sus derechos queden restituidos y a salvo. A lo mejor son imaginaciones mías.

Llegados a este punto es cuando me planteo lo de la indiferencia y el pasotismo insolidarios. Cuando veo a tanta gente que va a lo suyo, a su bola –dicen ahora-. Cuando veo a tantas personas que se ‘miran solo su ombligo’ o como mucho están pendientes de su familia y más allegados (que no es poco si lo hacen bien). Cuando veo a tantos hombres y mujeres que no dedican parte de su tiempo, que es mucho, a tareas solidarias y de voluntariado, la verdad, algo no me ‘encaja’.

Dicen que no tenemos tiempo, me han hablado de una película, que tengo que ver, llamada “El dilema de las redes” que por lo que me han dicho es una buena descripción del tiempo que nos roban las redes y los móviles para manipularnos sin enterarnos, y que nos despistan de los asuntos fundamentales. Pero es que nos gusta y nos entretiene tanto que todo lo demás lo olvidamos.

 Y me digo y me pregunto ¿Esto de la solidaridad es cosa de especialistas? ¿Es un  hobby? ¿Este asunto es cosa de algunas personas altruistas?  Y… ¿De dónde sacan el tiempo para ello? 

 ME TEMO QUE TODAS LAS PERSONAS TENEMOS PRIORIDADES.

domingo, 20 de septiembre de 2020

¿DÓNDE ESTÁN LOS ATEOS Y CRISTIANOS DE EUROPA?

 


De auténtica vergüenza lo de los incendios en el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos (Grecia). Hombres y mujeres que ya sufrieron al llegar, que lo estaban pasando mal en los campamentos y que ahora, con los incendios, se han quedado sin nada,

La Europa cristiana, con distintos apellidos: anglicanos, católicos, ortodoxos y protestantes ¿dónde están metidos?
Los ateos  europeos ilustrados de la libertad, igualdad y fraternidad ¿dónde están? Unos y otro en sus parlamentos, en sus bares, en sus estadios de fútbol, en sus casas... Hablando y hablando pero con los brazos cruzados. Muchas lamentaciones... para nada. Y algunos encima se indignan porque vienen.
Además no me olvido de los que son indiferentes. Les da igual las religiones y los ateísmos, van a su bola y les trae sin cuidado estos asuntos, como mucho se dedican a criticar y hablar mal.

Y, sin embargo, por lo visto a todos se nos ha olvidado que nuestra prosperidad, nuestro progreso, nuestro bienestar ha sido y está siendo a costa de ellos... ¡Así se lo agradecemos!
La herencia que hemos recibido les pertenece a ellos. A caso los apellidos que tenemos de nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros tatarabuelos... no son los mismos que tuvieron y tienen los descubridores y conquistadores de nuevas tierras, colonizadores de las riquezas de otros continentes e imperialistas dominantes hasta nuestros días. ¿No fueron las potencias europeas las que diseñaron los actuales países africanos, árabes,... empobrecidos y en conflicto actualmente?
¡Qué hipócritas! Encima cerramos las fronteras, ponemos alambradas, levantamos muros,... para que no pasen los empobrecidos y refugiados que nos llegan ¿Acaso no vienen a disfrutar, con nosotros, de lo que es suyo?
Tanta fe, tantas creencias, tantas ideologías y filosofías humanistas y ateas... ¿Para qué? Me pregunto qué hacen en el Parlamento y demás instituciones europeas. A qué se dedican los diferentes países europeos y sus parlamentos. No estoy hablando de asistencialismo, hay que ir a lo estructural, a las verdaderas soluciones del problema.
Se están escribiendo, durante años, muchas editoriales,    muchos artículos, muchas reflexiones; se habla  en muchas tertulias radiofónicas y televisivas, bueno, y para qué  sirve toda esa verborrea. Como si esto fuera asunto de la Cruz roja, de Cáritas o de las OENEGÉS
Que yo sepa, todos nos aprovechamos del petróleo, del coltán, de la madera, del oro y los diamantes, y demás materias primas que nos vienen de los países empobrecidos. Empobrecidos en gran parte por nosotros. Luego se nos llena la boca de palabras como justicia, paz, igualdad, derechos humanos, solidaridad,...
Bueno para qué seguir. Que cada cual saque sus conclusiones.

NOTA: Sin eliminar el fondo y la forma de lo planteado, debo decir que, muchas OENEGÉS a lo largo de Europa, está despertando y reaccionando. Y la Iglesia, con el Papa Francisco, sigue abriendo sus centros y locales dando respuestas, aunque limitadas, entre otras cosas, porque no todos los cristianos están por la labor.

domingo, 13 de septiembre de 2020

EL ASUNTO DE LOS POBRES: ¿UNA FOTO? ¿NOVEDAD? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿JUSTIFICACIÓN? ¿PARA LA ORACIÓN? O ¿UNA OPCIÓN?

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.

                      Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.

Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.”

Bertolt Brecht

(La foto es de Iquitos, Perú, verano -2007)

Siempre me encantaron estas palabras. Para lo que me propongo escribir hoy, son muy oportunas. Para mí siempre han constituido un reto. Aunque sigo pareciéndome al Guadiana, que aparece y desaparece, antes de llegar al mar. Bueno, últimamente me gusta la imagen de "enano en hombros de gigantes".

La mirada de la niña lo dice todo. Hoy ya tiene quince años. La foto está hecha en la Barriada de Belén, con más de veinticinco mil habitantes. Yo nunca he visto tanta miseria y tantas personas pobres. De la misma barriada es la foto del Blogger, fíjense en las casas que viven.

A mí me preocupa mucho el asunto de los pobres.  En primer lugar, porque son personas y, luego, porque son pobres. Claro, que no soy el único. Cuando uno elige lo que quiere ser, entonces, la libertad le lleva a asumir lo elegido. El problema es que los pobres no han elegido ser pobres. La inmensa mayoría es pobre por imposición de las circunstancias, del contexto en el que ha nacido o viven. Si bien, lo determinante en su pobreza, es que se les ha hecho pobres. Hay autores que hablan de seres humanos empobrecidos. Y otros dicen, que si existen pobres es porque hay ricos. Pero no vamos hablar de esta cuestión.

Vengo observando, que los que no somos pobres y nos relacionamos con ellos, en general, los utilizamos para nuestro propio provecho, nuestra imagen o prestigio personal. Esto sí que es el colmo de los colmos. Ya no digo nada de quienes son indiferentes o pasan de ellos.  En cualquier caso, para muchos, los pobres (mujeres, niños, jóvenes, hombres y ancianos) pasan a ser:

¿UNA FOTO? Son muchos años en este asunto y conozco a personas que solo les interesa la foto con los pobres. Quedan bien. Y ahora con las redes sociales ni te cuento. Para mayor INRI, en algún caso, las rescatan de cuando eran más jóvenes y las airean. Hoy sus vidas ya no tienen que ver con la pobreza y los pobres, pero tratan de quedar bien.

¿NOVEDAD? Es lo que se lleva. No voy a ser menos. Si ahora la moda es relacionarse con los pobres, verse y estar con ellos, pues nada, a buscar la ocasión. Aunque sea aprovechando las campañas que surgen con esto de la pandemia.

¿UNA EXPERIENCIA? La vida es muy larga, pero en algún momento hay que tener una experiencia en la que los pobres sean los protagonistas. Entonces voy a unas colonias, campos de trabajo, una horita semanal a una ONG, en fin, hay que experimentar todo y, lo de los pobres, también se lleva. Total son unos días de mi vida que me servirán de relato en alguna ocasión.

¿JUSTIFICACIÓN? Uno tiene que justificarse, primero, ante sí mismo y, también, ante los demás. Sobre todo cuando hay tanto pobres y salen en las redes sociales. Si encima hay que hablar de los pobres, cuando se presenta la ocasión, entonces no queda más remedio que utilizarlos. Hasta queda bien, pero ellos allí, y yo aquí. Las mezclas no son buenas.

¿PARA LA ORACIÓN? Los pobres, excluidos, marginados, vulnerables, sin techo, migrantes,… anda que no han salido sinónimos. Constituyen un buen recurso para las plegarias y oraciones litúrgicas. Se nos llena la boca. Hasta queda bien, parecería que los sentimos y están muy cercanos,… en las oraciones, claro. ¡Si Jesús de Nazaret viniera por aquí! Lo del látigo quedaría ridículo.

O ¿UNA OPCIÓN?  Estos días fallecía Pedro Casaldáliga, la semana pasada recordábamos a Teresa de Calcuta, más que nada por poner dos ejemplos. Hay muchos más y que no aparecerán sus nombres nunca. Solo las personas pobres saben sus nombres. Hay hombres y mujeres que han optado por las personas empobrecidas durante toda su vida. Para ellos constituye una injusticia su pobreza y, por ello, la forma de denunciarlo es viviendo con tales personas. Han entendido que los pobres son sus hermanos y, por tanto, les tienen que acompañar para liberarles (desde ellos y con ellos) de su pobreza –que no la han elegido-. Recuperar su dignidad como personas, que vivan los derechos humanos en toda su plenitud, es el empeño de todos ellos en el camino de la historia humana.