BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 29 de noviembre de 2020

"EL SACRAMENTO DEL BIBERÓN"

 


Uno de los sacramentos más importantes - de la Iglesia actual - es el “Sacramento del Biberón”. No estoy hablando del tiempo de la pandemia, que se ha hecho, si cabe, más relevante, lo digo porque en estos nuevos tiempos, hay que reforzar las cosas significativas de nuestra fe. Una de ellas es la Crianza de los niños. En realidad, la Iglesia (versión jerarquía) la ha tenido y tiene, muy olvidada. A ver si con la época, del Papa Francisco, se van cambiando algunas claves y acentos.

En general se sigue identificando a la Iglesia con el poder Jerárquico. Los que no son cristianos, cuando hablan de la iglesia, se refieren a los curas, obispos y al Papa. Y la mayoría de los cristianos, en especial los que van a misa, siguen considerando a la jerarquía (Papa, obispos y curas) como el cuerpo relevante y mandatario de todo el Pueblo de Dios. Unos y otros así se ven y así se lo creen. Bueno, hay que decir, que los religiosos y religiosas (frailes y monjas para entendernos) también están en el mismo carro.

En fin, que se han olvidado -todos y todas- de lo fundamental. Que la fe se empieza vivir, en el ambiente familiar, en la casa, después sigue en las calles, las tiendas, los colegios, el campo, la playa y, en último lugar, en las iglesias, capillas, catedrales y ermitas. Por último, en el Vaticano. Total, que como siempre empezamos por el Vaticano, pues, no hemos olvidado de los hogares.

Ya sea a la hermana mayor, al padre, la abuela o la madre, que le ‘toca’ dar el biberón al bebé, están celebrando un sacramento. Así, el biberón, se constituye como la ‘primera comunión’ de los hijos de Dios. Así como con el biberón se alimenta y fortalece la vida de los recién nacidos, las comensalías de Jesús eran los ‘primeros biberones’ de su apuesta por el Reino. Todo es cuestión de comida, de alimentos, como el que nos dejó en la Última Cena.

En el Sacramento del Biberón, se sintetiza, lo que es la crianza de los hijos. Hay todo un tejido familiar que la sustenta. Los desvelos de las noches que originan las fiebres de la criatura. Ayudarle a los primeros pasos. Reírle cuando hace las gracias esperadas y deseadas. Limpiar ‘el culito’ cuando culmina sus procesos digestivos. Enfadarse si abre el cajón que se le va a caer encima. Practicar la paciencia con sus ‘niñerías’. ¡Pues menuda celebración sacramental! Si Dios Padre y Madre, no está presente en estos momentos tan importantes de la vida que empieza, ya me dirán.

La familia cristiana, en su vocación a seguir a Jesús, no desmerece en nada y, por supuesto, no es menos que el seguimiento, a Jesús, de los curas, frailes, monjas, obispos y el mismo Papa. Es una pena escuchar, domingo tras domingo, en las oraciones de los fieles que Dios envíe buenas vocaciones para reforzar la jerarquía, pero nada de fortalecer las vocaciones de las familias cristianas. Si es en nuestras familias dónde nos jugamos la fe cristiana, no en las eucaristías dominicales que apenas llenan las iglesias y ni se les visibiliza.

En la crianza basada en los valores evangélicos del seguimiento a Jesús, se encuentran los fundamentos de los buenos ciudadanos y buenos cristianos del mañana. Es en el seno familiar, donde pasamos tanto tiempo juntos, unidos, a veces enfadados o alegrándonos, donde se aprende el respeto, la convivencia, el diálogo, el perdón, la fraternidad y solidaridad, la paz y el amor. Fíjense lo que da de sí el Sacramento del Biberón. Cuando el Pueblo de Dios descubra la importancia de este sacramento, seguro, que vendrán tiempos mejores para la Iglesia.

domingo, 22 de noviembre de 2020

25 DE NOVIEMBRE: ¡¡¡FALTAN LAS MUJERES ASESINADAS!!!

 


“Cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España en lo que va de 2020, según la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.  La primera víctima mortal de 2020 fue Mónica Linde, de 28 años, asesinada junto a su hija Ciara, de tres, por su expareja y padre de la pequeña en el día de Reyes.” (El País 10/11/2020)

40, Mujeres, 40 Personas, 40 Seres humanos ya no están con nosotros. En España, son 40 las víctimas por violencia de género. Y aún no ha terminado el año.

Simplemente indignante. Todos los años la misma y lamentable cantinela. Parece que en el paisaje de la sociedad y, no solo de la española, la muerte de la mujer a manos de su pareja ya es normal. Y lo preocupante es que, el maltrato a la mujer, empieza a edades más tempranas. En los últimos tiempos hay denuncias de adolescentes. Y este año con la pandemia, más tiempo encerrados en casa, ni te cuento.

Nos dice la Organización Mundial para la Salud, que “la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años, en todo el mundo, por delante de la suma de muertes provocadas por el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras”. Y la ONU sigue denunciando, cada año, “que tres de cada cuatro mujeres en el mundo han sufrido alguna vez en su vida violencia machista”.

Para situarnos, veamos los orígenes de la fecha para el recuerdo de las víctimas: El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134la Asamblea General, declaró el 25 de noviembre, como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, e invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen, en ese día, actividades dirigidas a sensibilizar y concienciar, a la opinión pública, respecto al problema de la violencia contra la mujer. Tenemos que remontarnos a 1981, cuando un grupo militante de mujeres, proponen el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato, en 1960, de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante y dictador dominicano Rafael Trujillo.

Todos sabemos de lo que va el problema y siempre será poco lo que hagamos para educarnos en el respeto a la mujer. Por las circunstancias de mi trabajo, en años anteriores, he tenido que intervenir en casos de maltrato a varias mujeres. No es nada fácil y, sobre todo, cuando tienes que tratar directamente con el maltratador. Desde luego, la mujer queda muy marcada y, por mucho que se esfuerza, queda muy afectada para siempre.

Se están haciendo grandes esfuerzos para erradicar este grave y lamentable problema – que se da a nivel mundial – no olvidemos que la mitad de la humanidad son mujeres y, en este caso, como en otros muchos se siguen llevando la peor parte.

Sigo pensando que no solo las mujeres están implicadas en la solución de este asunto, nos corresponde también a los hombres trabajar para que se logre superarlo. En la familia, en la escuela, en las iglesias, sinagogas, mezquitas,… hay que luchar por solucionar esta lacra de la humanidad que se lleva a tantas mujeres cada año. Y he hecho referencia a las religiones, porque creo que son uno de los factores que históricamente han contribuido al machismo violento. Ya sé que se dan otras causas familiares, sociales, culturales y económicas, pues todo este asunto es más complejo de lo que a simple vista aparece.

No obstante, he querido dejar constancia de las religiones, porque tienen la fuerza de contribuir a que la igualdad, entre los hombres y las mujeres, se haga realidad, finalmente. No debemos olvidar que para todas las religiones, todos los seres humanos somos iguales, ya que fuimos creados a imagen de Dios y al ser sus hijos e hijas, también somos hermanas y hermanos.

En fin, sean estas humildes palabras, un homenaje a tantas mujeres que nos han dejado, por culpa de sus parejas, a lo largo y lo ancho de este mundo que habitamos.

domingo, 15 de noviembre de 2020

EL 20 DE NOVIEMBRE DÍA DE T O D O S LOS NIÑOS

 


La semana pasada fue un bebé, de 6 meses.
Noticias indignantes de niños y niñas aparecen en los medios y las redes con frecuencia, con demasiada frecuencia. Por eso, esta es una semana muy importante para acordarnos de la infancia.  Aunque en realidad habría que decir que sería un poco mezquino esperar al 20 de noviembre, de cada año, para recordar a los niños y niñas que no viven su infancia como "Dios manda".

En todo caso nos alegramos de que exista un día para la infancia. Nos podemos preguntar, ¿por qué el día 20 de noviembre? Un poquito de historia. Hay que remontarnos al 26 de septiembre de 1924, cuando la Asamblea de la sociedad de las naciones adoptó la Declaración de Ginebra sobre los derechos del Niño. Después vienen las guerras de los años 30 y 40 y se paraliza toda iniciativa. Hay que esperar a 1950, cuando una comisión, de la ya creada Naciones Unidas, redactó un proyecto preliminar para una nueva Declaración de derechos del niño. A lo largo de 1959 se intensifican los trabajos y el 20 de noviembre, del mismo año, la Asamblea general, con la presencia de 78 países reunidos en sesión plenaria, aprobó por unanimidad la Declaración de los derechos del niño.

Tres décadas después, en 1989, se realiza una Convención sobre los derechos del Niño, en el marco de las Naciones Unidas, determinando que el 20 de noviembre sea declarado Día Internacional de la Infancia, aunque también se puede proclamar como Día Universal de los Niños y las Niñas. Así lo venimos recordando y celebrando desde entonces.

Nos tenemos que felicitar porque nuestros hijos, casi todos, están creciendo en un ambiente sano y propicio para que su desarrollo sea el adecuado. En las sociedades occidentales, en general, la infancia está cuidada y protegida. Pero queda mucho por hacer.

Sin duda hemos avanzado en la conciencia social que nos lleva a defender a la infancia. Pero a mi modo de entender, aún, estamos dando los primeros pasitos. Basta echar una ojeada a la prensa escrita o digital de estos días, ver los telediarios de esta semana, escuchar la radio, "bucear" en internet sobre el tema... y nos daremos cuenta, de que -todavía- queda mucho por hacer.

En el mundo hay más 180 millones de niñas y niños abandonados, viven sin hogar y sin escuelas.

Más de 230 millones viven sometidos a la explotación laboral.

Superan el millón de Menores que son "esclavos sexuales" en Asia. En el ámbito del sexoturismo.

Hay miles y miles (millones) de niños y niñas que mueren de hambre y de enfermedades "curables".

Hay menores de edad que son guerrilleros, utilizados por los ejércitos para hacer barbaridades.

Abundan por miles las niñas y niños que son maltratados y abusados sexualmente por sus familiares y "seres queridos".

Existen los secuestros infantiles, el tráfico de órganos de niños y niñas, la compraventa a sus padres "para no sabemos qué fines"...

En fin, ésta es la cruda realidad que os propongo para reflexionar y dialogar. Y por eso me parece bien que debemos tener - al menos un día - para recordarla, pues, aunque tenemos una declaración de los Derechos del niñomuchos de esos derechos, lamentablemente, no los tienen muchos niños y niñas

domingo, 8 de noviembre de 2020

LA VIDA -DE CADA PERSONA- ES COMO UN PUZZLE

 Hace unos años escribí esta metáfora, pensando en las personas que lo tienen difícil en esta vida, y que ahora la vuelvo a traer a estas reflexiones semanales ya que nos puede seguir aportando ideas.

La vida de cada persona es como un puzzle. El arte está en colocar correctamente cada pieza en su sitio y lo más interesante es que para realizar esta exigente, pero hermosa tarea, tenemos toda nuestra vida. Nadie se escapa de esta realidad.
Claro que hay variedad de puzzles: los hay de diez piezas, de cincuenta o de mil. Y unos son más difíciles de completar que otros. Los más grandes son un reto para la persona que los está formando, claro que también se pueden encajar las piezas en colaboración. Es evidente que más tarde o más temprano, el puzzle, que es cada persona, necesita de los demás para poder completarse y, al final, así es la vida, no se termina de formar nunca. Como esto es lo que suele ocurrir, lo que hay que hacer es llegar a ajustar la mayor cantidad de piezas posibles. 
En resumidas cuentas, dos suelen ser las posturas que suelen darse ante el puzzle de la vida: la primera es la de aquellas personas que se interesan por formar su puzzle, aunque les cueste, pero saben y tienen la experiencia de que cada pieza colocada es una victoria en la construcción de su persona y un paso más para disfrutar de la felicidad que se deriva de dicho esfuerzo; la segunda postura es la de aquellas personas que tiran la toalla, por mil razones, aunque nunca les faltan las justificaciones; eso sí, viven siempre la frustración y el sentimiento del fracaso por la incapacidad de componer su puzzle. De esta segunda postura pondré algunos ejemplos:
Algunas personas, ante las primeras dificultades, suelen tirar la toalla y dejan su puzzle con muy pocas piezas colocadas, su vida está desdibujada y tienen un sentimiento de fracaso y de inutilidad. 
Otras personas han tenido la mala suerte de que alguien les ha robado alguna pieza o se la han roto y, cuando no aparece esa determinada pieza, se desaniman. Claro que existe la posibilidad de reconstruir la pieza y entonces pueden seguir formándolo.
Hay quienes extravían alguna de sus propias piezas y así tienen la excusa de que no pueden acabarlo, evidentemente se están engañando a sí mismas.
Otras personas se encuentran a gusto con las piezas en desorden y no se plantean colocarlas en el lugar que les corresponde. Eso sí, en las ocasiones propicias se quejarán y hablarán de lo complicada que es la vida, incluso de la mala suerte que tienen.
Hay gente que se pone a trabajar con entusiasmo, pero a la primera dificultad dicen que es muy complicado el puzzle y abandonan pronto el empeño. 
También existen aquellos que quieren formar su puzzle con las piezas de otras personas, sobre todo si éstas ya llevan adelantado su puzzle; así viven de las rentas de los demás. Alaban, eso sí, el puzzle de los exitosos, pero no hacen nada por imitarlos. En esta línea, hay otros individuos que prefieren lamentarse con la finalidad de que los demás hagan su puzzle y ellos se quedan cómodamente viviendo del cuento, y no quieren caer en la cuenta de que nadie puede formar el puzzle de nadie, pues cada persona es diferente.
Hay personas a quienes les da miedo su propio puzzle, por lo complejo que les parece, y se asustan. Entonces buscan la evasión y de esa manera no se complican la vida. Claro, su puzzle queda sin hacer.
Algunas personas se encuentran con la sorpresa de que tienen piezas de otros puzzles, lo cual les crea un cierto estado de ansiedad porque lo tienen todo mezclado y, al ponerse tan nerviosas por tanto barullo, se sienten desbordadas y abandonan su tarea.
No faltan quienes quieren hacer su trabajo a solas y se cansan o se frustran ante tantas piezas que tienen que colocar. En fin, así podíamos seguir hasta el infinito, pues hay tantas posibilidades como personas.


ALGUNOS TRUCOS PARA COMPLETAR EL PUZZLE

-Aceptar que todas las personas somos básicamente iguales; por consiguiente, lo del puzzle es una tarea que ha de realizar todo el mundo.
-Tener voluntad de componer el puzzle, pese a las muchas dificultades que se irán presentando.
-Conocer todas las piezas del puzzle, así será fácil buscarles su sitio.
-Tener paciencia, pues todas las piezas no encajan a la primera.
-Asumir que se pueden perder o romper las piezas, o que te pueden quitar alguna de ellas, pero que también se pueden encontrar o rehacer; nada hay irreversible.
-Que hay personas de confianza que nos pueden ayudar a formar nuestro puzzle, sin olvidar que cada cual es el último responsable del suyo.
-El orden y un buen método para colocar las piezas facilitan mucho las cosas. El azar y la improvisación no son buenos consejeros.
-Seguir construyendo el puzzle, aunque pueda estar un tiempo parado, pues hay circunstancias que nos pueden paralizar.
-Que tenemos toda la vida por delante; no hay que preocuparse porque seamos jóvenes y no lo tengamos acabado.
-Incluso un mal día podemos destruir parte del puzzle encajado, pero podemos volver a reconstruirlo, pues ya conocemos el lugar que ocupan algunas de las piezas.

Al final, como los niños y niñas que completan un puzzle, tendremos la cara de alegría y satisfacción porque lo hemos conseguido. Es el premio a nuestra tarea y a nuestra constancia por formar nuestro puzzle, o sea, por construirnos y realizarnos como personas.

domingo, 1 de noviembre de 2020

DE LOS SANTOS Y SANTAS QUE VIVEN A NUESTRO LADO

 


El 1 de noviembre, los cristianos,  celebramos la festividad de todos los Santos. Me parece muy oportuno. En un mundo tal convulsivo y revuelto, con tantas dificultades y problemas, con abundantes tragedias y conflictos, tener un día, en el que visualicemos que todo no está tan mal, es un alivio y, sobre todo, una 'brisa' de esperanza en el camino hacia un futuro mejor. Es verdad que hace más ‘ruido’ la maldad, pero la balanza –creo firmemente- está más inclinada hacia la bondad.
Algunos pueden decirme que, en este día, nos referimos a los hombres y mujeres que ya nos dejaron y son los 'Santos y Santas' que recordamos. ¡Ojo! no son santos y santas porque ya están 'en el cielo' en la presencia de Dios, disfrutando de la felicidad eterna. No. Fueron unas excelentes personas, mujeres y hombres de buen corazón, que irradiaron su amor y entrega a todas las personas con las que se fueron encontrando durante su vida.
En la liturgia cristiana, para este día, se nos ha leído el evangelio de Mateo, sobre las Bienaventuranzas. Es la propuesta que nos sigue haciendo, Jesús de Nazaret, para que seamos felices. Estoy convencido de que hay muchas personas que tratan de vivirlas. Y no porque sean cristianos, creo que lo que en ellas se dice, son las aspiraciones más hondas de cualquier ser humano.
Hay hombres y mujeres, que viven su vida desde la solidaridad con los más necesitados y comparten lo que tienen con ellos. Son pobres, aunque tengan riquezas, porque su corazón no está en ellas, puesto que las utilizan tanto para su bienestar como para el bienestar de los demás que carecen de ellas y son felices.
Hay mujeres y hombres, que empatizan con el que sufre, con el dolor de los demás. Visitan a los enfermos y van a sus casas. Están al lado de los ancianos en las residencias y hacen juegos, vestidos de payasos, en las zonas infantiles de los hospitales y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son pacíficos y no violentos. Evitan el rencor y la venganza con sus semejantes. Crean un buen ambiente de convivencia allá en donde se encuentren y estén con quién estén y son felices.
Hay mujeres y hombres, que luchan por la justicia. No consienten las numerosas injusticias y atropellos que padecen sus semejantes. Salen a la calle, van a las cárceles, están al lado de los indefensos. Quieren y apuestan por un mundo más justo y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son generosos y altruistas. Su tiempo está disponible para los demás y son muy sensibles a sus carencias. La misericordia es una de sus mejores actitudes. No les importa compartir su persona y su historia con los demás y son felices.
Hay mujeres y hombres, que son honrados y honestos. Van con la verdad por delante y detestan la hipocresía e incoherencias. No buscan el engaño y evitan llevar una doble vida. Les cuesta ser transparentes pero su corazón está limpio y son felices.
Hay hombres y mujeres, que son constructores de la paz. No están de acuerdo con las guerras y van en contra de cualquier violencia, apostando fuerte por la paz. No les es fácil ser pacíficos, pero están con toda su energía en ello y son felices.
Hay mujeres y hombres, que son perseguidos por su estilo de vida. Les calumnian y les hacen el vacío. Les señalan. Van contracorriente y la apuesta por un mundo más justo y más humano, les acarrea muchos problemas. Su rebeldía y tesón por sus utopías y sueños les complican la existencia. Pero no bajan la guardia y son felices.
Hoy es el día para felicitar a todas estas personas y esforzarse por estar junto a ellas y tratar de acompañarles en el camino.