La semana pasada fue un bebé, de 6 meses. Noticias indignantes de niños y niñas aparecen en los medios y las redes con frecuencia, con demasiada frecuencia. Por eso, esta es una semana muy importante para acordarnos de la infancia. Aunque en realidad habría que decir que sería un poco mezquino esperar al 20 de noviembre, de cada año, para recordar a los niños y niñas que no viven su infancia como "Dios manda".
En todo caso nos alegramos de que exista
un día para la infancia. Nos podemos preguntar, ¿por qué el día 20 de noviembre?
Un poquito de historia. Hay que remontarnos al 26 de septiembre de 1924, cuando
la Asamblea de la sociedad de las naciones adoptó la Declaración de Ginebra
sobre los derechos del Niño. Después vienen las guerras de los años 30 y 40 y
se paraliza toda iniciativa. Hay que esperar a 1950, cuando una comisión, de la
ya creada Naciones Unidas, redactó un proyecto preliminar para una nueva
Declaración de derechos del niño. A lo largo de 1959 se intensifican
los trabajos y el 20 de noviembre, del mismo año, la Asamblea general, con la
presencia de 78 países reunidos en sesión plenaria, aprobó por unanimidad la
Declaración de los derechos del niño.
Tres décadas después, en 1989, se realiza una
Convención sobre los derechos del Niño, en el marco de las Naciones Unidas,
determinando que el 20 de noviembre sea declarado Día Internacional de
la Infancia, aunque también se puede proclamar como Día Universal
de los Niños y las Niñas. Así lo venimos recordando y celebrando desde
entonces.
Nos tenemos que felicitar porque nuestros
hijos, casi todos, están creciendo en un ambiente sano y propicio para que su
desarrollo sea el adecuado. En las sociedades occidentales, en general, la
infancia está cuidada y protegida. Pero queda mucho por hacer.
Sin duda hemos avanzado en la conciencia
social que nos lleva a defender a la infancia. Pero a mi modo de entender, aún,
estamos dando los primeros pasitos. Basta echar una ojeada a la prensa escrita
o digital de estos días, ver los telediarios de esta semana, escuchar la radio,
"bucear" en internet sobre el tema... y nos daremos cuenta, de que -todavía-
queda mucho por hacer.
En el mundo hay más 180 millones de niñas
y niños abandonados, viven sin hogar y sin escuelas.
Más de 230 millones viven sometidos a la explotación
laboral.
Superan el millón de Menores que son
"esclavos sexuales" en Asia. En el ámbito del sexoturismo.
Hay miles y miles (millones) de niños y
niñas que mueren de hambre y de enfermedades "curables".
Hay menores de edad que son guerrilleros,
utilizados por los ejércitos para hacer barbaridades.
Abundan por miles las niñas y niños que
son maltratados y abusados sexualmente por sus familiares y "seres
queridos".
Existen los secuestros infantiles, el
tráfico de órganos de niños y niñas, la compraventa a sus padres "para no
sabemos qué fines"...
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