Manos Unidas, en su Campaña
62, que en 2021
se llevará a cabo con el lema "Contagia solidaridad para acabar con el
hambre", se centrará en denunciar las consecuencias que la pandemia de
coronavirus está teniendo entre las personas más vulnerables del planeta y en
promover la solidaridad entre los seres humanos como única forma de combatir la
pandemia de la desigualdad, agravada por la crisis sanitaria mundial, que
castiga con hambre y pobreza cientos de millones de personas en todo el mundo.
Es tremendo, pero es así. Más de 25.000 personas mueres de hambre diariamente. La cifra exacta nunca la sabremos, pero muchas
son las estadísticas y los datos que vienen confirmando esta lamentable, atroz
y cruda realidad. Claro que los países ricos estamos en crisis, y acentuada
con la pandemia, pero es que los países pobres -que son la mayoría- nunca han
dejado de estar en crisis, o sea, que nunca han tenido la suerte de estar en
una situación que no fuera la crisis endémica que siguen padeciendo. Nunca
han disfrutado de la llamada sociedad del bienestar. Y con lo de la pandemia
para largo.
Morir de hambre. ¡Qué cruel! Pero nos cae muy lejos. No los
vemos morir en directo. No son nuestros vecinos, nuestros familiares, nuestros
amigos. Y es que los seres humanos -que se mueren de hambre- nacieron en el
lugar equivocado. Los que entramos en este blog, por ejemplo, hemos tenido más
suerte.
Con
tantos seres humanos que mueren de inanición: Ancianos, niños, mujeres y hombres y, sin embargo,
la vida sigue como si nada. No son
noticia. Solo si vemos sus imágenes
nos conmovemos un poquito. Esta familia humana, es muy rara. Sobre todo
cuando sabemos que en las despensas de ‘nuestra madre tierra’ hay comida
para todos.
Llevo
tiempo pensando porqué muchas personas hablamos y tenemos proyectos personales, proyectos
de pareja, proyectos de familia, proyectos de comunidades, proyectos,
proyectos… ¿A caso solo nosotros tenemos derecho a tener proyectos para ser
felices, para conseguir un crecimiento personal que nos dé sentido a la vida?
¡Qué suerte! Somos de los privilegiados, hemos sido elegidos para disfrutar de
la vida.
Claro que tenemos problemas, dificultades, forman parte de la
vida. Pero no está, en nuestro horizonte, el problema más grave contra la vida:
morir de hambre.
Hay que plantearse, en primer lugar, ayudar a los que se están muriendo de
hambre, las campañas que hacemos y que debemos seguir haciéndolas nos pueden
servir. Y, en segundo lugar, cambiar nuestra mentalidad, nuestro estilo de vida,
para conseguir que el mundo cambie. Aquí cada cual tiene su propia
responsabilidad y sabe lo que tiene que hacer.
Mi dolor y pesar por las muchas personas –hermanas mías- que no van a tener
la suerte de seguir viviendo. Y, que el Dios en el que creo, me siga
aguijoneando para que no me quede con los brazos cruzados.
https://www.manosunidas.org/campana/campana-62-contagia-solidaridad-acabar-hambre
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