A las puertas del nuevo curso, que con lo de la pandemia está resultando
un tanto especial, comparto una
reflexión que propuse en una de las Asambleas, del Hogar, y que hizo pensar
bastante a los muchachos. Con
coronavirus o no, los adolescentes siguen creciendo como personas. Esta
fue la cuestión que motivó dicha Asamblea y las respuestas y comentarios fueron
muy interesantes:
Todos caminamos, pero... ¿hacia dónde?
Ya no nos gusta que nos traten como a niños, pero
no queremos tener las responsabilidades de los mayores.
Algunas personas quieren tener solo las ventajas,
pero no quieren los inconvenientes de los mayores. Yo quiero ser mayor para
hacer las cosas que no me dejaban realizar de niño; pero, de vez en cuando, me
gusta ser niño para que no me exijan las cosas que tienen que hacer los
mayores.
¿En qué quedamos? ¿Ser niño o ser
adulto? ¿Ser pequeño o ser mayor?
A mí me gusta que los
demás respeten mis derechos. Pero
algunos derechos que tengo no me interesan y yo mismo no los respeto.
Un camino: Este año, que ya soy
más grande en todos los sentidos, tengo la oportunidad de hacerme más persona,
más libre, más sociable, más responsable, más feliz, aunque eso me suponga
esforzarme; pero sé que así me irán mucho mejor las cosas y los demás me
ayudarán.
Otro camino: Este año, aunque ya soy
más grande, no quiero aprovechar la oportunidad de seguir creciendo como persona.
Quiero las cosas fáciles, buscaré la comodidad; es mejor que se compliquen
otros la vida. Yo no tengo la intención de esforzarme. Eso sí, que no me falte
de nada. Y además lo exigiré.
Chaval, tienes que decidirte: ¿QUÉ CAMINO ELIGES?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario