¡Ha estado Genial! Fue la expresión más repetida en la despedida. Por mi parte, me sumo al sentir del grupo juvenil, que pasó la tarde ayer en el Hogar la Salle. En la última reunión del Foro Interreligioso de Jerez, en el plan de actividades del año, vimos la importancia de convocar a los jóvenes de nuestras diferentes comunidades religiosas (jóvenes musulmanes y cristianos católicos y ortodoxos). Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que se cumplieron, más que de sobra, los objetivos que pretendíamos.
Dicen que esta juventud, la de ahora, es así o de de aquella otra manera. Lo que yo puedo decir, que tengo cierta perspectiva por la edad, es que la juventud tiene las mismas características de siempre. Los contextos cambian pero los rasgos de la juventud permanecen. Aunque no podemos generalizar, como si toda la juventud fuera igual en todos los sitios. Porque hay jóvenes y jóvenes, pero esto es otro asunto.
Después de una tarde con los jóvenes, sigo constatando, que tienen ganas de vivir, pasarlo bien, el ansia de utopía, la rebeldía con sus mayores, sus descontentos y críticas a los adultos, las denuncias a esta sociedad que les está engañando, quieren ir con la verdad por delante y son profundos cuando se 'ponen a tiro'. Esto lo hicieron palpable cuando mezclado en grupos nos comunicaron sus reflexiones.
Los jóvenes de ayer no nos defraudaron en esta apreciación. Al principio de ir llegando estaban los corrillos de los afines. Hay cierta rémora en juntarse con el desconocido. Hay que romper esos muros invisibles y pasar a la acción. De eso se trataba. ¡Y vaya que los rompieron! La verdad es que no costó mucho. Con una dinámica de Rompehielos y buena disposición se consigue todo.
Ver los rostros sonrientes, los ojos vivos, las ganas de habla, resulta una gozada, que te viene sin esperarla. Aunque cuando se facilitan las condiciones todo es posible. El bue ambiente y sana convivencia estuvieron presentes desde el principio. Había voluntad para ello. En las relaciones interpersonales desaparecieron todas las ‘trabajas mentales’. En el jardín que estábamos solo había jóvenes, ya fueran chicos y chicas, blancos y negros o migrantes y andaluces. Vestían igual y la música se compartía.
Antes de la buena merienda que tuvimos, tuvimos el gesto de darnos un corazón con nuestro nombre y un deseo para la persona que eligiésemos. Fue un momento muy personal, emotivo y significativo. Un buen recuerdo de la tarde que pasamos juntos. Claro que cuando compartimos lo que cada cual había traído llegó la mejor expresión de lo que es la amistad y la fraternidad entre los seres humanos. Las comensalías son una experiencia tan humana que la deberíamos practicar más, entre los que nos decimos diferentes. Ahí descubríamos que no existen tales diferencias.
Y termino escribiendo frases que nos dejaron estos jóvenes, en sus diálogos interreligiosos:
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Somos
diversos como los colores, caminemos a la igualdad
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La
bondad, convivencia, amistad, respeto y paz nos hacen vivir en el amor
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No
importa de dónde eres, sino lo que eres
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Da igual
en qué o en quién creas, lo importante es el amor entre todas las personas
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Por un
mundo mejor: Fe solidaridad, unión empatía y respeto
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Todas
las religiones son ramas del mismo árbol
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La paz
exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, Justicia, amor y libertad
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Los
jóvenes somos la luz del mundo
Qué ambiente más sano. Estar con los jóvenes es una dicha y un lujo
como decía antes. Es que se te pega todo. Es la ocasión para 'removerse,
actualizarse, ilusionarse... y tener esperanza en el futuro. Y es que sus
alegrías, anécdotas, risas, ocurrencias, y preocupaciones, son una buena
ocasión para gozar y disfrutar de la vida misma.¡Como para no estar agradecido!
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