Vivimos una vida cíclica. Cada año pasan por nuestras vidas los mismos tiempos: Meses, estaciones, fiestas, vida laboral, vacaciones,... Estamos como volviendo a empezar. Pero la vida es un proceso que avanza y se refuerza de continuo.
Quiénes hemos tenido la oportunidad de tener vacaciones, ahora podemos volver a la vida 'normal', eso sí, descansados, relajados y con experiencias gratificantes que 'adornan' la vida, nuestras vidas. Sin duda, el tiempo de vacaciones, es un tiempo gratuito, un tiempo especial,... ¡Que no toda la gente lo disfruta! (Por eso no quiero olvidarme de los que no tienen vacaciones. También de los que trabajan sin descanso y, cómo no, de los que están en 'vacaciones' permanentes).
Este verano, he tenido unos días muy agradables en el pueblo. Además de estar con la familia y los amigos de la infancia, he paseado por muchos lugares llenos de recuerdos. Con la bici fui al pueblo de mi padre y el esfuerzo mereció la pena. Volver a las raíces, saludar a las personas, ya envejecidas, ver los paisajes que están ahí desde siempre,… ¡Qué gozada!
De ahí la
importancia de garantizar a todos unas buenas vacaciones, ya que con ellas, nos será más
fácil integrarnos a la vida cotidiana. Los días de solaz y tantas
jornadas vividas sin prisas, nos ayudan a olvidar las rutinas que arrastramos
durante el año; suelen diluir las tensiones acumuladas; nos permiten
relativizar los conflictos y problemas inevitables que nos van agolpando a lo
largo del tiempo.
Por otro lado, el fin de las
vacaciones es origen de oportunidades. El mismo ambiente favorece las
condiciones para iniciar asuntos nuevos; ya sea en el ámbito familiar, ya en el
laboral, ya sea en los otros espacios en los que nos movemos. No dejan de
ser pequeños retos que van tejiendo nuestra existencia.Otro tema colateral, y que me hace mucha gracia, es lo que podemos llamar 'el trauma posvacacional'. Hay personas que visitan al psicólogo para reajustar sus vidas a la normalidad. Yo me imagino que lo del 'trauma' no le ha venido por las vacaciones, sino que lo venía arrastrando antes de empezar las mismas. Siempre he creído que las vacaciones eran un tiempo para restablecer el equilibrio vital, la salud mental, el descanso físico, etc, etc
Y dicen que todo lo bueno se acaba. Más bien ‘lo de bueno’ tiene que ver, en estos tiempos que vivimos, con tener trabajo, tener vacaciones y disponer de un tiempo gratuito sin ansiedades y frustraciones.
Por cierto, al inicio de las vacaciones algunos nos planteábamos ciertas metas a conseguir. Tal vez sea la hora de ver si nos hemos aproximado, al menos, a las mismas.
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