Un caleidoscopio es un instrumento
óptico, que consiste
en un tubo con dos o tres espejos inclinados y cristales de colores, de forma,
que mirando el interior, se ven diferentes figuras geométricas, que cambian, según
se va moviendo. La palabra nos viene del griego: Kalos (Bella) éidos (Imagen) y
scopéo (observar).
Hablando del caleidoscopio, lo que no cambia es el instrumento
óptico, lo que sí varía son las figuras geométricas que se generan con los
movimientos de los cristales de colores. Si relacionamos este asunto con las
personas, podemos afirmar que por naturaleza todas las personas somos iguales.
Lo que viene a ser diferente son tanto los ‘movimientos’
como ‘los cristales de colores’.
En lo que se refiere a los movimientos, aplicado a las personas, está
relacionado con sus circunstancias. Los
contextos sociales son tan variados como lugares en los que habitamos los seres
humanos. Las personas, aunque iguales, estamos influenciadas según los
continentes en que nacemos; las religiones que se dan en aquellos lugares; las
culturas y costumbres que viven sus gentes; el impacto de la globalización en
todas sus dimensiones, condicionado por todo lo anterior y, también, la
asimilación que hace la propia persona de todos esos aspectos.
En cuanto a los cristales de colores, nos estamos refiriendo, por hablar de alguna manera, a
lo que cada persona tiene de específico en su interior, ya sean, sus
cualidades, sus valores, sus limitaciones, sus defectos, sus experiencias, su
herencia y hasta su propia historia.
Conjugar los movimientos con los colores da como resultado la rica variedad de
vivir como personas. Aquí reside el que seamos diferentes, distintos,… pero
como personas iguales. Si la finalidad del caleidoscopio es disfrutar de las
bellas imágenes que dan como resultado los movimientos y cristales de colores,
sin duda, armonizar la variedad de personas daría como resultado una sociedad
enriquecida por lo que aportamos todas las personas.
La tarea no es fácil, pero sí posible. Estamos llamados a ser felices,
aunque nos enmarañamos en peleas, conflictos, problemas. Parece que lo nuestro
es entorpecernos en el crecimiento como personas, sin embargo, tenemos más que
experimentado, que en las buenas relaciones con los demás: disfrutamos de los
otros, vivimos a gusto, fomentamos la buena convivencia, saboreamos la amistad,
potenciamos el amor,… todo ello bellas imágenes de la naturaleza humana.
Bueno, pues seamos caleidoscopios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario