A la pregunta: ¿Cómo estás? La respuesta más socorrida es: "En general bien". Si
se te ocurre añadir: ¿Seguro? Entonces, sin más, contesta: "Hombre, si entramos en
detalles". En realidad, es en los "detalles" donde se
encuentra la verdadera respuesta. Aunque detalles, detalles,... nos encontramos
tantos, como personas. Hoy nos fijaremos, un poquito, en este asunto.
Si bien la pregunta es muy personal: ¿cómo estás?, en la respuesta tenemos muy
presentes a las personas que viven a nuestro lado. Y, sin embargo, la
pregunta no es: ¿Cómo estás con tu pareja?, ni ¿Cómo estás con tus hijos?, o
¿Cómo estás en tu trabajo? Claro
que son algunos de esos detalles, pero, la cuestión es más directa:
¿Cómo estás TÚ?
Ya sabemos que en la manera de estar bien,
mal o regular, tenemos en
cuenta a los demás; pero si pensamos un poco, se trata de ir más allá de los
demás. Hay un espacio muy personal, que habla de nuestra
intimidad, que se refiere a nuestra identidad más honda, y que solemos tener
bastante olvidado; sobretodo, porque estamos 'distraídos', mejor, 'ocupados',
con el mundo exterior que nos envuelve.
La pregunta inicial, más bien, hace referencia a este 'espacio
sagrado', que cada cual poseemos, y que nos define ante los demás. Lo que no sé, es si lo tenemos
localizado, definido, cuidado o atendido. A lo mejor, ni si quiera nos
interesa; bastantes complicaciones nos van viniendo como para encima ocuparnos
de este asunto.
Sin embargo, como hemos dicho en otras ocasiones, la atención a nuestra propia persona es fundamental. Siempre estamos volcados hacia fuera y, solemos, descuidar lo que tenemos muy dentro de nosotros, o sea, nosotros mismos.
No obstante,
seamos positivos, claro que lo tenemos presente y, además,
de vez en cuando 'nos damos un paseíto por sus jardines'. Si lo traigo estos
días calurosos de verano, simplemente es, porque como estamos de vacaciones, se
nos presenta una buena oportunidad para dedicarle tiempo. Si ya lo teníamos
previsto, es buena señal, porque significa que estamos ante un tema que le
concedemos prioridad en nuestra existencia.
Estoy más que
convencido de que, según sea nuestra atención y
preocupación por estos temas 'más personales', contribuirá a que nuestro
sistema de relaciones esté afectado en uno u otro sentido. Dicho de otra forma,
si nosotros estamos bien, los demás acusarán, agradecidos, este bienestar
nuestro, en sus vidas. Y estarán ellos mejor.
Por eso, que estos días, de más sosiego y tranquilidad, reflexionar sobre cómo nos va la vida, de ver cómo estamos, es una buena 'terapia' para seguir siendo los dueños de nuestra existencia. Aunque eso suponga rectificar, corregir, potenciar, afrontar o felicitarse ante nuestra propia realidad,... estos son los detalles claves.
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