Las vacaciones están cerrando las puertas. En el ambiente se respira el inicio de otro ciclo. Con el nuevo año escolar, la sociedad entera se "resiente". Se reorganiza. Los gastos para el inicio de curso se disparan, las economías familiares se ajustan. Todo empieza de nuevo.
En el mes de septiembre, la vida cotidiana vuelve a la normalidad. Las costumbres, los hábitos, los horarios se retoman y se mejoran. No se trata de "volver a empezar", como si nos hubiera salido algo mal y hay que repetirlo. Hay que avanzar. Hay que seguir creciendo. Es en este contexto, cuando recobran su sentido los proyectos que han ido surgiendo a lo largo de nuestra existencia. En este caso me interesan tres de ellos: el personal, el familiar y es escolar. Y es que no podemos ir por la vida sin rumbo, y menos aún, dejándonos llevar por los demás. No es necesario, tener escritos dichos proyectos, pero sí haberlos pensado, reflexionado y tener la decisión de realizarlos. Apunto algunas ideas:
El proyecto personal, como sabemos, es una herramienta fundamental para el crecimiento como persona. Mi ser personal, como hombre o como mujer, necesita de una atención por mi parte. Conmigo han ido creciendo utopías, metas, objetivos. Mi realidad personal, necesita desarrollarse con todos los aciertos y dificultades, con todas las alegrías y las penas. No puedo abandonarme. Necesito "mis" tiempos. En la realidad sabemos que hay personas que viven solas y gestionan su vida personal y tener este proyecto definido es muy importante.
En el proyecto familiar distinguimos, en primer lugar, el proyecto matrimonial o de pareja, no es ajeno a la realidad personal, pero sí añade el compromiso, de crecer, junto a otra persona. Ya no hablamos del yo-tú, sino del nosotros. La boda no es el final de la vida de una pareja, es más bien, la expresión pública de que, juntos, se quiere hacer un camino común, con sus metas y utopías, con sus aciertos y dificultades, con sus alegrías y sus penas. Esto requiere sus tiempos, en los que la comunicación, el diálogo, hablar, los silencios, el estar juntos, se hacen muy necesarios.
Por su parte el proyecto familiar, está muy unido a todo lo anterior. La familia no se desentiende de las personas. Al revés, es el espacio idóneo para que se plantee el sentido de la vida. Surjan los grandes ideales, se siembren los valores que humanizan y se favorezca el desarrollo de los mismos. La familia es el taller de la vida. Desde los primeros pasos que damos no estamos solos; nuestros padres y demás familiares están ahí para ayudarnos. Solos no podríamos. Esto va a ser una constante durante toda la vida.
Y el proyecto escolar, no es ajeno a los anteriores planteamientos. La escuela se quiera o no se quiera, ocupa un lugar y un tiempo muy extenso de la persona, y , ademas, justo cuando pasa los primeros años de su vida en los que va vertebrando su personalidad.Tener un Proyecto Educativo en el que se vaya aplicando la interacción educativa en el alumnado, es muy importante. La educación en valores tiene aquí su protagonismo. Que el colegio y los padres se pongan de acuerdo en aquello que va a incidir en los alumnos y en sus hijos, respectivamente, es clave.
Armonizar los tres proyectos, es el reto más importante que tenemos por delante. Nos va en ello nuestra felicidad.
PD. No quisiera terminar sin hacer referencia a una persona, Francisco Gallardo Tenorio, que nos ha dejado este fin de semana. Durante muchos años he compartido proyectos educativos y sociales con él y su mujer, Mercedes Fuentes Cano. Personas amigas y entrañables. Paco una excelente y buena persona. Muy firme en su fe disponible para todo lo que la Misión del Reino le pedía. Descanse en paz.
En el mes de septiembre, la vida cotidiana vuelve a la normalidad. Las costumbres, los hábitos, los horarios se retoman y se mejoran. No se trata de "volver a empezar", como si nos hubiera salido algo mal y hay que repetirlo. Hay que avanzar. Hay que seguir creciendo. Es en este contexto, cuando recobran su sentido los proyectos que han ido surgiendo a lo largo de nuestra existencia. En este caso me interesan tres de ellos: el personal, el familiar y es escolar. Y es que no podemos ir por la vida sin rumbo, y menos aún, dejándonos llevar por los demás. No es necesario, tener escritos dichos proyectos, pero sí haberlos pensado, reflexionado y tener la decisión de realizarlos. Apunto algunas ideas:
El proyecto personal, como sabemos, es una herramienta fundamental para el crecimiento como persona. Mi ser personal, como hombre o como mujer, necesita de una atención por mi parte. Conmigo han ido creciendo utopías, metas, objetivos. Mi realidad personal, necesita desarrollarse con todos los aciertos y dificultades, con todas las alegrías y las penas. No puedo abandonarme. Necesito "mis" tiempos. En la realidad sabemos que hay personas que viven solas y gestionan su vida personal y tener este proyecto definido es muy importante.
En el proyecto familiar distinguimos, en primer lugar, el proyecto matrimonial o de pareja, no es ajeno a la realidad personal, pero sí añade el compromiso, de crecer, junto a otra persona. Ya no hablamos del yo-tú, sino del nosotros. La boda no es el final de la vida de una pareja, es más bien, la expresión pública de que, juntos, se quiere hacer un camino común, con sus metas y utopías, con sus aciertos y dificultades, con sus alegrías y sus penas. Esto requiere sus tiempos, en los que la comunicación, el diálogo, hablar, los silencios, el estar juntos, se hacen muy necesarios.
Por su parte el proyecto familiar, está muy unido a todo lo anterior. La familia no se desentiende de las personas. Al revés, es el espacio idóneo para que se plantee el sentido de la vida. Surjan los grandes ideales, se siembren los valores que humanizan y se favorezca el desarrollo de los mismos. La familia es el taller de la vida. Desde los primeros pasos que damos no estamos solos; nuestros padres y demás familiares están ahí para ayudarnos. Solos no podríamos. Esto va a ser una constante durante toda la vida.
Y el proyecto escolar, no es ajeno a los anteriores planteamientos. La escuela se quiera o no se quiera, ocupa un lugar y un tiempo muy extenso de la persona, y , ademas, justo cuando pasa los primeros años de su vida en los que va vertebrando su personalidad.Tener un Proyecto Educativo en el que se vaya aplicando la interacción educativa en el alumnado, es muy importante. La educación en valores tiene aquí su protagonismo. Que el colegio y los padres se pongan de acuerdo en aquello que va a incidir en los alumnos y en sus hijos, respectivamente, es clave.
Armonizar los tres proyectos, es el reto más importante que tenemos por delante. Nos va en ello nuestra felicidad.
PD. No quisiera terminar sin hacer referencia a una persona, Francisco Gallardo Tenorio, que nos ha dejado este fin de semana. Durante muchos años he compartido proyectos educativos y sociales con él y su mujer, Mercedes Fuentes Cano. Personas amigas y entrañables. Paco una excelente y buena persona. Muy firme en su fe disponible para todo lo que la Misión del Reino le pedía. Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario