El asunto de la familia, sin la menor duda, es uno de los más destacados para
entender la Navidad. Qué imagen más bonita ver a una familia por la calle; ver
a los hijos de la mano de su papá o mamá, disfrutando de los escaparates, las
luces de fantasía que iluminan la noche; los belenes tan imaginativos y
creativos que aparecen por doquier. Y es que, en estos días, se configura el ambiente
navideño con la imagen familiar.
Muchos esperamos estas fechas, tan
entrañables, para reencontrarnos, estar juntos, comer y beber, pasear, hacer un repaso de cómo nos ha ido el año que se termina, compartir
las alegrías y las penas, de las personas que se quieren y lo celebran con
intensidad. Aunque también son días que se llenan de recuerdos y añoranzas,
sobretodo, por los seres queridos que nos dejaron y marcharon, eso sí, con la
esperanza de que ya nos reencontraremos en un futuro.
Podemos afirmar, que en el binomio familia
- navidad, se encuentran las mejores fotos que guardamos en los recuerdos de todos
los tiempos. Porque la verdad sea dicha: ¡Qué triste una navidad solo!
Ahora bien, no todas las familias tienen
estas añoradas vivencias:
·
Hay familias que no se
quieren ni ver, y menos en estas fechas
que parece que ¿te obligan a estar juntos?
·
Hay familias que en
estos días navideños lo pasan muy mal porque no tienen lo necesario para
celebrar que se juntan.
·
Hay familias rotas que
odian estas vacaciones de Navidad porque les recuerdan su ¿mal? Y no desean
volver al pasado.
·
Hay familias que no
saben, ni siquiera, el lugar en el que se puede encontrar alguno de sus
miembros, porque les abandonó hace bastante tiempo.
·
Hay familias que
maldicen la Navidad porque, esos días, no tienen la oportunidad de “arañar”
algo de la felicidad que se desprende del ambiente que les rodea.
En fin, para que seguir, si todos podríamos
alargar las posibilidades que la misma realidad nos propone. Pero, no quisiera
quedarme en esta visión, demasiado realista, pero, también está presente en estas
fechas.
Prefiero resaltar, que la Navidad es para
vivirla en familia, o al menos, con aquellos seres queridos que te apoyan a lo largo del año,
que te echan la mano al hombro en los momentos difíciles; que se alegran
contigo cuando vas saliendo adelante, que “pierdes” el tiempo con muchísimo
gusto, por que el vínculo que te une a tus seres más queridos se fortalece tu
existencia, y dan sentido a tu vida… al menos, unos días al año, se hace necesario ritualizar todo esto que es tan hondamente
humano.
Termino refiriéndome a la dimensión
religiosa de la Navidad, la cual, nos ofrece y fortalece el sentido universal de la
gran Familia Humana. Desde la cultura occidental y cristiana, en la que me
sitúo, es la gran aportación que tenemos para toda la humanidad. Porque es el
mismo Dios quien desea formar parte de nuestra familia, haciéndose como uno de
nosotros, en una Familia de Nazaret.
¡FELIZ NAVIDAD EN FAMILIA!
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