Sean mis primeras palabras para recordar a tantos seres humanos: hombres y mujeres, ancianos y niños, que han muerto, en el intento de llegar a "la tierra prometida"; ya sea en las aguas del Mediterráneo o en los desiertos africanos, ya sea en los intrincados caminos asiáticos o en las fronteras de los países Americanos, en su camino hacia el Norte. Lo que tenemos más reciente, en estos últimos meses, son los refugiados que nos vienen huyendo de las guerras de Oriente Medio... ¡Cuántas tragedias humanas!
Quince añitos, tiene la cita que les animo a leer. Estas afirmaciones no las dicen las religiones, ni el Papa o los obispos, las dice la ONU (Organización de Naciones Unidas):
"La Asamblea General,
Tomando nota de la decisión 2000/288 del Consejo Económico y Social, de
28 de julio de 2000,
Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos proclama
que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que
toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en ella, sin distinción de
ningún tipo, en particular de raza, color u origen nacional,
Teniendo en cuenta el número elevado y cada vez mayor de migrantes que
existe en el mundo,
Alentada por el creciente interés de la comunidad internacional en proteger
efectiva y plenamente los derechos humanos de todos los migrantes, y destacando la
necesidad de seguir tratando de asegurar el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales de todos los migrantes, 1. Decide proclamar el 18 de diciembre Día Internacional del Migrante;"
Cuando pienso
en España y la acogida de las personas inmigrantes, me vienen diferentes
imágenes que se podrían decir así:
- Vinieron y nos preguntamos ¿A qué vienen éstos?
- Nos alegramos cuando descubrimos que hacían los
trabajos que no queríamos hacer y encima nos engordaron los ahorros de la Seguridad Social.
- Afloró el racismo, que llevamos dentro, cuando empezó
a faltar trabajo y les echamos la culpa, alarmados, ¡Nos quitan el trabajo!
- En todos los supuestos anteriores, les hemos visto
como ilegales, 'los sin papeles', casi delincuentes y personas de las que no
nos podemos fiar. ¿Podemos estar
hablando de discriminación y racismo?
Nuestra leyes, las europeas
incluidas, tratan de regular la inmigración, ¡Qué hipócritas somos! cuando durante siglos, nos hemos paseado por
el mundo entero colonizando sus países, 'robando' sus riquezas,
esclavizando a sus gentes, tiranizándoles, inventando guerras de lucrosos
beneficios ¡Qué cara tenemos!Por cierto, si hay un país, en el que por las venas y arterias de sus gentes, corra sangre mezclada de diferentes tribus, culturas o civilizaciones, no duden en saber que nos estamos refiriendo a España; tanto por los que han venido por nuestra tierra, como por la que nos hemos traído al volver de sus tierras.
Y aún más, estos días, nos están 'lloviendo' ofertas de trabajo, para nuestros hijos, para nuestros amigos y vecinos, de Alemania, de Canadá, de Australia, de Brasil,... Me pregunto que, tanto los que ya han marchado, como cuando se vayan, los que tengan suerte de irse: ¿Cómo queremos que les traten, -en aquellos países- a nuestros hijos, amigos y vecinos?
En fin, creo que sería bueno no olvidar la cita, de la ONU, que hemos leído más arriba. No solo leerla, además pensarla, meditarla, dialogarla y... cumplirla. Todo lo que sigamos haciendo, individualmente o en grupo, contribuirá a seguir construyendo los fundamentos y estructuras de la gran familia humana.
Para reafirmarnos más en todo este asunto, este jueves, en el Círculo de la Fraternidad, nos detendremos en los Derechos Humanos de tantas personas que tiene que dejar sus países por motivos de guerra o de hambre.
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