Dice la sabiduría popular que "Es de bien nacidos ser agradecidos".
A todos nos suena la frase, repetida hasta la saciedad por nuestro padre o
nuestra madre, cuando alguien nos daba alguna cosa: "Niño...qué se
dice" y contestábamos: Gracias, muchas gracias. Pues, sí, éstas
quiero que sean, de todo corazón, las palabras de agradecimiento a cuantas
personas se han relacionado conmigo este verano.
Gracias a ustedes, que se asoman semanalmente a la pantalla para leer las reflexiones que surgen de la experiencia. No se imaginan lo que me motivan para seguir escribiéndolas.
Gracias a los hombres y mujeres, de Iquitos, con los que he tenido la suerte de saludar, hablar, compartir visiones de la vida; sin la menor duda, son nuna riqueza estas relaciones.
Gracias a los bebes -indefensos y amados- niños y niñas, adolescentes y jóvenes, sobretodo del Barrio de Belén, que me han dado la oportunidad de verles, de estar con ellos, realizar algunas actividades,... ¡Qué ratos más agradables y contagiosos!
Gracias a los alumnos y profesores que pasan unos años de sus vidas, en los Centros educativos de los Hermanos de la Salle, por su receptividad, compartir experiencias, su acogida y sencillez,...
Gracias a Nicolás, Rosana, Ludolfo, Mariela, Marcos, Javier, María, Harry, Marcos, Carmen, Mario, Paul, Margarita,... sin personas como ellas no son posibles estos proyectos.
Gracias a la ONG de PROYDE, que hace posible esta misión, a sus animadores y responsables, a los equipos locales de los colegios, que tanto se esfuerzan por hacer posible estos proyectos veraniegos, tan importantes y tan necesarios.
También gracias, a mis Familiares, Hermanos, Amigos y Compañeros que desde su complicidad, me facilitan, apoyan y se alegran conmigo con estas experiencias.
Y cómo no, muchísimas gracias, a las personas que me han acompañado y que sin ellas, no se podría haber llevado a cabo este proyecto: Chiky, Eva, Pilar, Ángel, Mariu, Raquel y Delia. El reto de vivir como grupo lo hemos alcanzado de sobra; tengo la esperanza de que ésta sea una experiencia, de las que nos ayudan a crecer como personas.
Gracias a ustedes, que se asoman semanalmente a la pantalla para leer las reflexiones que surgen de la experiencia. No se imaginan lo que me motivan para seguir escribiéndolas.
Gracias a los hombres y mujeres, de Iquitos, con los que he tenido la suerte de saludar, hablar, compartir visiones de la vida; sin la menor duda, son nuna riqueza estas relaciones.
Gracias a los bebes -indefensos y amados- niños y niñas, adolescentes y jóvenes, sobretodo del Barrio de Belén, que me han dado la oportunidad de verles, de estar con ellos, realizar algunas actividades,... ¡Qué ratos más agradables y contagiosos!
Gracias a los alumnos y profesores que pasan unos años de sus vidas, en los Centros educativos de los Hermanos de la Salle, por su receptividad, compartir experiencias, su acogida y sencillez,...
Gracias a Nicolás, Rosana, Ludolfo, Mariela, Marcos, Javier, María, Harry, Marcos, Carmen, Mario, Paul, Margarita,... sin personas como ellas no son posibles estos proyectos.
Gracias a la ONG de PROYDE, que hace posible esta misión, a sus animadores y responsables, a los equipos locales de los colegios, que tanto se esfuerzan por hacer posible estos proyectos veraniegos, tan importantes y tan necesarios.
También gracias, a mis Familiares, Hermanos, Amigos y Compañeros que desde su complicidad, me facilitan, apoyan y se alegran conmigo con estas experiencias.
Y cómo no, muchísimas gracias, a las personas que me han acompañado y que sin ellas, no se podría haber llevado a cabo este proyecto: Chiky, Eva, Pilar, Ángel, Mariu, Raquel y Delia. El reto de vivir como grupo lo hemos alcanzado de sobra; tengo la esperanza de que ésta sea una experiencia, de las que nos ayudan a crecer como personas.
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