BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 2 de junio de 2013

¡ALTO! ¿QUÉ LLEVAS EN TU MOCHILA (PERSONAL)?


Llevamos unos meses de ‘efecto dominó’. Empezando por el tiempo, que no acaba de aclararse; las celebraciones primaverales de todo tipo, como las fiestas o ferias populares, las Primeras comuniones, bautizos, confirmaciones…; la crisis que afecta a la familia, el trabajo o el paro; ahora se acerca el final de curso y se está pensando en las vacaciones,… total, que uno no tiene tiempo para lo más esencial: UNO MISMO. Tal vez nos cuesta echar una mirada hacia el interior de nuestra realidad más íntima.
Ahora está de moda lo de la mochila personal. Mucha gente vamos por la calle con una mochila (grande o pequeña). Antes paseábamos las maletas, los bolsos de mano, los carritos de la compra, bolsas de todo tipo, pero, como llevamos los ordenadores, y mil distracciones más, pues entonces, precisamos de una buena mochila. En el plano simbólico hay quién nos compara con las mochilas. Dicen que somos como una mochila. Debe de ser porque en la mochila cabe de todo.
Otra historia es cómo la utilizamos. Por ejemplo, cómo metemos todo lo que lleva dentro. También nos podemos fijar en la distribución que hacemos al llenarla. Es bueno saber donde colocamos las cosas, dado que podemos tener dificultades cuando queremos localizarlas. Y no digamos de la cantidad de cosas que metemos... ¡Por si acaso! Lo que sí está claro, es que si miramos la mochila, tendremos una idea, bastante fiel, de la persona que la lleva.
Dicen que somos lo que comemos, que somos la música que escuchamos, que somos,… y también somos, como la mochila que llevamos. Creo que es bueno, como los montañeros al salir de marcha, examinar con atención todo lo que metemos en nuestra mochila personal. Bueno y, de vez en cuando, revisar lo que nos falta o lo que es necesario quitar. Para ello necesitamos tiempo. Todos tenemos la experiencia de echar cosas que nunca vamos a utilizar, o que no sirven para nada. Eso sí, ocupan el espacio de otras que, a lo mejor, son más necesarias. Aún así las echamos.
También en la mochila llevamos regalos y detalles para la familia, para los amigos, para los compañeros de trabajo,… y al final no queda espacio para el regalo principal: el de nosotros mismos. Siempre pensando en los demás, siempre desbordados por los demás, siempre volcados hacia los demás, y casi siempre, nos olvidamos de nosotros. Me pregunto si hemos metido en la mochila, ese libro que tanto nos gusta. Si hemos colocado, en el bolsillo adecuado, la música que nos encanta oír en la tranquilidad, si hemos previsto, en la agenda, un tiempo para el silencio, la reflexión, la meditación, incluso, la oración. Todas estas cosas, entiendo, nos ayudan a llevar las riendas de nuestra vida con mayor hondura y profundidad. Claro, que si el espacio dedicado a estos asuntos, los llenamos con otras cosas, pues, a lo mejor, hasta la calidad de nuestras vidas queda deteriorada.
Te invito a pararte, ahora que llevamos casi medio año del 2013, te animo a que hagas un alto en el camino y dedicarle un tiempecito a tu mochila, la ‘mochila’ de tu persona.

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