Para echarse las manos a la cabeza. En dos días -48 horas- cuatro
mujeres muertas a manos de su pareja. (Eufemismo periodístico) Uno no se explica que viviendo en
el siglo XXI y en nuestro mundo occidental, con una sólida cultura grecolatina y
judeocristiana, con librepensadores y ateos de alto nivel intelectual, con
revoluciones recientes que pretendían liberar al ser humano, con el acervo de
principios y valores que entre todos hemos ido definiendo y proclamando por
todo el mundo, terminemos la crónica de una semana, del mes de mayo, con
muertes tan crueles y sin sentido.
Mis primeras palabras sean de reconocimiento por las cuatro mujeres, mis hermanas, que han tenido la mala suerte de vivir con cuatro 'malnacidos'. Me uno a los familiares que de verdad han sentido tan cruel y brutal separación. Ya no están entre ellos. Ya no están entre nosotros.
Las circunstancias de la vida me han hecho conocer a personas que se mueven en este contexto de violencia intrafamiliar. Nadie se merece la muerte y, menos, que la maten. Pero si la muerte es lo que aquí estamos lamentando, no quiero pensar en el calvario que han vivido, las cuatro mujeres, hasta llegar a ella. Seguro que ha sido horroroso y de espectadores, sufrientes, sus hijos e hijas. Una experiencia que les marcará para toda la vida.
Somos una sociedad hipócrita y que nos gusta mirar a otro lado para no complicarnos la vida. Que nadie me diga que los padres y las madres, de los cuatro hombres asesinos, no sabían nada. No me creo que sus hermanos y hermanas, sus tíos y primos, tampoco conocían la conducta de estos cuatro matones. Que no me cuenten historias sus amistades y vecinos, de lo buenos que eran estos cuatro sinvergüenzas y que les ha sorprendido el fatal desenlace.
Parecería, que aquí nadie ha visto la forma de tratarlas en público, la manera de reírse de ellas, de hacer chistes sobre ellas, de ridiculizarlas y acomplejarlas, de pisotear su autoestima. Además de ciegos, sordos. ¿Por qué somos así? ¿Por qué consentimos? ¿Por qué nos hacemos indiferentes? ¿Por qué callamos, ante las evidencias? ¿Tenemos miedo?
No quiero pensar, que ya nos hemos acostumbrado a las estadísticas: "este año solo han muerto por violencia de género 75 mujeres". El año que viene ya veremos... Pienso que esto de la violencia de género es un mal endémico de toda la sociedad. Y aunque mueren más mujeres, los hombres también la sufren. En este asunto, es una equivocación mirar a los jueces, a los políticos de turno, a la policía, a los mediadores sociales, como si fueran los que tienen que solucionar el problema.
Hay que ser más finos y consecuentes en el análisis. Claro que son necesarios los agentes sociales, pero el mayor peso y responsabilidad recae y está, a mi modo de ver, en la familia, la escuela, los amigos, los vecinos, los compañeros de trabajo,... que, en definitiva, son los más cercanos y los que viven y se relacionan, en el día a día, con tales sujetos.
Digo yo, que no es necesario esperar al 25 de noviembre, día internacional de la violencia de género, para pensar y decir estas cosas.
Mis primeras palabras sean de reconocimiento por las cuatro mujeres, mis hermanas, que han tenido la mala suerte de vivir con cuatro 'malnacidos'. Me uno a los familiares que de verdad han sentido tan cruel y brutal separación. Ya no están entre ellos. Ya no están entre nosotros.
Las circunstancias de la vida me han hecho conocer a personas que se mueven en este contexto de violencia intrafamiliar. Nadie se merece la muerte y, menos, que la maten. Pero si la muerte es lo que aquí estamos lamentando, no quiero pensar en el calvario que han vivido, las cuatro mujeres, hasta llegar a ella. Seguro que ha sido horroroso y de espectadores, sufrientes, sus hijos e hijas. Una experiencia que les marcará para toda la vida.
Somos una sociedad hipócrita y que nos gusta mirar a otro lado para no complicarnos la vida. Que nadie me diga que los padres y las madres, de los cuatro hombres asesinos, no sabían nada. No me creo que sus hermanos y hermanas, sus tíos y primos, tampoco conocían la conducta de estos cuatro matones. Que no me cuenten historias sus amistades y vecinos, de lo buenos que eran estos cuatro sinvergüenzas y que les ha sorprendido el fatal desenlace.
Parecería, que aquí nadie ha visto la forma de tratarlas en público, la manera de reírse de ellas, de hacer chistes sobre ellas, de ridiculizarlas y acomplejarlas, de pisotear su autoestima. Además de ciegos, sordos. ¿Por qué somos así? ¿Por qué consentimos? ¿Por qué nos hacemos indiferentes? ¿Por qué callamos, ante las evidencias? ¿Tenemos miedo?
No quiero pensar, que ya nos hemos acostumbrado a las estadísticas: "este año solo han muerto por violencia de género 75 mujeres". El año que viene ya veremos... Pienso que esto de la violencia de género es un mal endémico de toda la sociedad. Y aunque mueren más mujeres, los hombres también la sufren. En este asunto, es una equivocación mirar a los jueces, a los políticos de turno, a la policía, a los mediadores sociales, como si fueran los que tienen que solucionar el problema.
Hay que ser más finos y consecuentes en el análisis. Claro que son necesarios los agentes sociales, pero el mayor peso y responsabilidad recae y está, a mi modo de ver, en la familia, la escuela, los amigos, los vecinos, los compañeros de trabajo,... que, en definitiva, son los más cercanos y los que viven y se relacionan, en el día a día, con tales sujetos.
Digo yo, que no es necesario esperar al 25 de noviembre, día internacional de la violencia de género, para pensar y decir estas cosas.
Y claro que no hace falta esperar a ese dia, cuantos dias te pasa que abres un periodico y te encuentras una noticia asi. A veces pienso que aunque la familia de esas personas sean consecuentes y tengan la constancia de lo que esta pasando cierran los ojos por no querer enfrentarse a esa puñetera realidad como es la violencia, pero ya no se trata solo de la violencia de genero, tambien de los niños que sufren acoso en las escuelas, institutos, etc...... Deberiamos prestar mas atencion a los que nos necesitan y cerrar menos los ojos ante ciertos problemas. Es mi punto de vista y de opinion
ResponderEliminar