Estas fechas, de Semana Santa, parece que son propicias para
dedicar tiempo a tareas de índole personal y, en relación, con la
espiritualidad y la religiosidad. Para lo cual, retirarse “del mundanal ruido”
es lo más conveniente. Creía que era específico –de la vida religiosa- tener un
tiempo de retiro o de ejercicios espirituales. Por consiguiente, era previsible
que en estas fechas se organizaran -en lugares apropiados- tiempos de soledad y
silencio para las comunidades religiosas que tienen esta actividad
‘privilegiada’.
Pero como las cosas no hay que darlas por supuestas, resulta
que uno viene a un lugar retirado, en
este caso muy retirado, y se encuentra con parejas jóvenes, niños y adolescentes
que vienen con su familia, hombres y mujeres, de todas las edades, que buscan
‘tiempos de silencio’, espacios alejados de la vida cotidiana y, cuanto más
perdidos, mejor. En fin, que todos nos encontramos en el Monasterio, de
Buenafuente del Sistal, situado en la Sierra de Guadalajara, más concretamente,
en los parajes del Alto Tajo. El caso es que todos los Monasterios, están a
tope por estas fechas. Llamen y verán, que ya no hay plazas.
Me encantan estas experiencias en las que nos juntamos,
desde los proyectos personales, proyectos de pareja y familiares, proyectos
comunitarios de la vida religiosa: para reflexionar sobre nuestra vida; para
revisar nuestros crecimientos personales, familiares y comunitarios; para tener
espacios y tiempos de silencio, de recogimiento, de soledad,… ¡Cuánto lo
necesitamos!
Ya entiendo que no es tarea fácil. Ni todo el mundo tiene
las mismas posibilidades. Tal vez, bastantes, ni siquiera sientan la necesidad.
Es más quiero aclarar, que ni siquiera es necesario irse del lugar en el que se
vive, aunque el ambiente hace mucho. Pero lo que sí es muy importante para la
vida personal, para el desarrollo personal, para alcanzar esa plenitud de
nuestro ser y felicidad que todos deseamos, es que de una u otra manera,
busquemos tiempos, nos facilitemos ‘espacios’, en los que favorezcamos estos
dinamismos tan personales y necesarios.
En parecidas circunstancias, me encontré, hace años, con una
pareja de médicos, que al presentarse, dijeron que eran ateos, lo que no era
obstáculo para estar en el Monasterio, y seguir el ritmo de oración de los
monjes. Ellos, aunque no eran creyentes, valoraban el silencio, el
recogimiento, el ambiente tan favorable para la meditación, la soledad, que tan
necesarias eran para sus vidas.
Hoy, más que nunca, son imprescindibles los tiempos de
silencio. Para los creyentes, el encuentro más íntimo y personal con el Dios de
nuestra fe, se hace necesario. Necesitamos fortalecer nuestra fe, dar
testimonio de la esperanza en la resurrección, tener tiempos de silencio para
encontrarnos con nosotros mismos, ver cómo va nuestra vida. Tal vez la Semana
Santa, sea un tiempo que facilite todas estas cosas, pero no es necesario
esperar a estas fechas, ni estar en espacios tan privilegiados. Aunque sin duda
todo acompaña.
¡Qué verdad, Juanba! a mí ese tiempo tan difícil de encontrar, me lo regaláis los hnos de La Salle, estoy en Bujedo compartiendo retiro con los hnos. ¡Un lujo!
ResponderEliminarUn abrazo en la Red de Amor de Dios
Que razón tienes hermano en tu comentario. Es muy necesario el silencio interior, y más si puedes retirarte a esos lugares que tanto te ayudan a recogerte y encontrarte contigo mismo. Conozco Buena Fuente del Sistal y la verdad que me encantaría retirarme allí unos días. Hace tiempo que estuve y aún lo recuerdo con nostalgia. Pero bueno, intento recogerme en mi rincón de Córdoba. Un saludo hermano y rezo por ti. Juana
ResponderEliminarSin duda tenemos que estar muy agradecidos por disponer de tiempo y, sobretodo, estar acompañados de personas con las que coincidimos en el mismo camino. FELICIDADES PASCUALES
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