¡Ya está bien de tanto autoritarismo y anarquismo familiar! Y luego
nos quejamos de los resultados. Basta leer la prensa, ver la TV,
escuchar la radio o bucear en internet, para constatar la importancia que
tienen, en esto 'altavoces sociales', tanto la familia como la educación de sus
vástagos. Las tutorías escolares, dedican mucho tiempo a tratar la problemática
que presenta el alumnado que, en bastantes ocasiones, se resisten a integrarse
y adaptarse al ritmo académico, lo que acarrea -inevitablemente- numerosos
problemas y conflictos relacionados con la conducta disruptiva, el absentismo,
la convivencia en la clase, la falta de respeto hacia el profesorado y el
fracaso escolar. Es lo que tenemos.
A mi modo de entender, el contexto familiar tiene mucho que decir en este asunto. No es que la escuela sea neutral en este tema, pero hoy, me interesa centrarme en la familia. En estas últimas semanas, los medios de comunicación social, se han hecho eco de noticias y reflexiones -relacionadas con la educación- que en la mayoría de los casos coincidían en la importancia del sentido común. No es la primera vez que traigo al blog esta cuestión.
La realidad es que muchos padres y madres andan bastante despistados. Mejor, ni están ni se han preparado para las funciones parentales que se les pide en la crianza y educación de sus hijos. Sencillamente, no saben qué hacer y de lo que hacen, pueden aceptar puntualmente, o suelen 'meter la pata' con consecuencias de todos conocidas.
Creo que gestionar la autoridad, la verdadera autoridad, no es fácil. La Real Academia Española, define la palabra Autoridad, como el "Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia". En este sentido, ejercer la autoridad, conlleva el buen ejemplo de los progenitores, buscar el bien de toda la familia, estar al servicio de todos. Ya hemos hablado, en otras ocasiones, de la importancia que la pareja tenga un proyecto en el que se tengan en cuenta los valores en los que se quiere educar a los hijos, y la coordinación de ambos en poner los en práctica. Pero es que la buena autoridad familiar supone conocer bien a los hijos para saber lo que cada cual necesita, para saber lo que le conviene.
Y luego está la segunda parte, la verdad es que no es fácil gestionar el cariño, el verdadero cariño. También la Real Academia nos dice que cariño es la: "Inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo". En nuestro caso de los padres hacia los hijos.Los hijos tienen que ser queridos, aceptados por su padre y su madre. Valorarles, comprenderles, saber esperar -pacientemente- en sus procesos de crecimiento muy diferentes en cada hijo e hija.
Tanto ejercer la autoridad como manifestar el cariño, va a suponer mucho diálogo, hablar y estar con ellos, gestionar los conflictos, saber poner los límites, trabajar los hábitos de higiene orden y limpieza. Educar en la cultura del esfuerzo y la exigencia, manifestar el afecto y los sentimientos con naturalidad, etc, etc.
A mi modo de entender, el contexto familiar tiene mucho que decir en este asunto. No es que la escuela sea neutral en este tema, pero hoy, me interesa centrarme en la familia. En estas últimas semanas, los medios de comunicación social, se han hecho eco de noticias y reflexiones -relacionadas con la educación- que en la mayoría de los casos coincidían en la importancia del sentido común. No es la primera vez que traigo al blog esta cuestión.
La realidad es que muchos padres y madres andan bastante despistados. Mejor, ni están ni se han preparado para las funciones parentales que se les pide en la crianza y educación de sus hijos. Sencillamente, no saben qué hacer y de lo que hacen, pueden aceptar puntualmente, o suelen 'meter la pata' con consecuencias de todos conocidas.
Creo que gestionar la autoridad, la verdadera autoridad, no es fácil. La Real Academia Española, define la palabra Autoridad, como el "Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia". En este sentido, ejercer la autoridad, conlleva el buen ejemplo de los progenitores, buscar el bien de toda la familia, estar al servicio de todos. Ya hemos hablado, en otras ocasiones, de la importancia que la pareja tenga un proyecto en el que se tengan en cuenta los valores en los que se quiere educar a los hijos, y la coordinación de ambos en poner los en práctica. Pero es que la buena autoridad familiar supone conocer bien a los hijos para saber lo que cada cual necesita, para saber lo que le conviene.
Y luego está la segunda parte, la verdad es que no es fácil gestionar el cariño, el verdadero cariño. También la Real Academia nos dice que cariño es la: "Inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo". En nuestro caso de los padres hacia los hijos.Los hijos tienen que ser queridos, aceptados por su padre y su madre. Valorarles, comprenderles, saber esperar -pacientemente- en sus procesos de crecimiento muy diferentes en cada hijo e hija.
Tanto ejercer la autoridad como manifestar el cariño, va a suponer mucho diálogo, hablar y estar con ellos, gestionar los conflictos, saber poner los límites, trabajar los hábitos de higiene orden y limpieza. Educar en la cultura del esfuerzo y la exigencia, manifestar el afecto y los sentimientos con naturalidad, etc, etc.
Hola
ResponderEliminar¿Quién creéis que necesita más a los otros: los niños a sus padres o los padres a sus hijos?
Respuesta libre en http://foros.biomanantial.com/quien-necesita-mas-ninos-a-padres-o-viceversa-vt12914.html
Gracias