Todavía no habían llegado los
fríos. Había quedado con unos amigos y, haciendo tiempo, entré en el parque.
Son de las tardes dominicales que uno se toma relajadamente. No es que
estuviera muy cansado pero agradecí, en mi interior, a la persona que tuvo la
buena idea de colocar el banco, en el que estuve un buen rato. Aquello parecía
un cine en 3D. La película la titulé “Una tarde en el parque”.
La escena más dinámica estaba a
la izquierda, el bullicio de los niños en los columpios, toboganes, balancines,
caballitos, muelles,… llenaba el ambiente. No estaban solos, pues, tenían
entretenidos a bastantes abuelos. Algunos papás, estaban al lado de las vallas
de madera, porque los retoños querían jugar a exploradores.
También, resultaba agradable, ver a muchas parejas,
sonriendo y charlando, paseando con el carrito; alguno era
doble, y siempre pendientes de las carantoñas del bebé, que iba plácidamente en
su cochecito.
Casi, en el centro del parque,
estaban sentados, cómodamente, un grupo de jóvenes tocando la guitarra.
Amenizaban el ambiente con sus acordes y risas. Se les veía, relajados y
distendidos, gozaban del momento.
Una pareja, relativamente joven,
paseaba de un lado a otro del parque, entretenida en sus asuntos; a veces
gesticulaban mucho, otras, caminaban en silencio. Más de una vez, se cruzaron
con algunos chiquillos que circulaban con la bici y, en una ocasión, se
tuvieron que apartar para no provocar un accidente.
En otros bancos, algunos leían el periódico, o la novela recomendada por alguien cercano. También había una pareja, que tal vez, se estaba iniciando en el largo camino del amor. En cualquier caso, todos andaban metidos en sus cosas, ajenos a lo que pasaba a su alrededor.
En otros bancos, algunos leían el periódico, o la novela recomendada por alguien cercano. También había una pareja, que tal vez, se estaba iniciando en el largo camino del amor. En cualquier caso, todos andaban metidos en sus cosas, ajenos a lo que pasaba a su alrededor.
La sirena de una ambulancia, me
sacó de estos pensamientos y despertó mi curiosidad. Tal vez llevaban a un
accidentado; a lo mejor era una persona que le había dado un infarto; quizá era
una mujer que iba a dar a luz, en fin, prisas sí que llevaban.
Una de las puertas del parque,
era testigo del berrinche que tenía una criaturilla, no más de ‘cinco palmos’,
con sus padres, porque no quería irse del parque. Pensé que en estos simples y
cotidianos ‘pulsos’, se inicia el aprendizaje de las normas y límites, que son
tan necesarios para el crecimiento personal. Al final se fueron del parque.
Me llamó la atención una pandilla
de adolescentes, que estaba cruzando el parque, y casi todos, llevaban el móvil
pegado en la oreja; se ve que faltaban más amistades por llegar y estaban
quedando con ellos. Curiosamente, hubo un buen rato que no hablaban entre
ellos, los que estaban al otro lado del móvil les tenían muy ocupados.
Al fondo del parque se veía a un
grupo de futuros futbolistas. Ajenos a todo, se divertían con un balón de goma.
Cerca de ellos, en uno de los muros, había unos discípulos de Picaso y Dalí,
pintando algunos grafitis. La verdad, estaban entretenidos y se les veía muy
felices.
Entre unas cosas y otras, el
tiempo iba pasando; llegaba la hora de la visita y, muy a mi pesar, tuve que levantarme
y dejar el banco, en el que había echado un buen rato. La vida misma.
Otra persona en tu situación se sienta en el parque llegan sus amistades se levanta, se va y aqui paz y después gloria... supongo que para todas esas reflexiones que no deberíamos ninguno dejar de hacernos, porque te hace ver la vida con otros ojos, hay que tener una mente inquieta, hay que pensar que en este mundo hay mas gente conviviendo con nosotros, que hay vidas mas allá de "nuestra vida" e intentar de vez en cuando ponernos en la piel del otro. Creo que el mundo funcionaría un poquito mejor. Y los que tenemos la suerte de que formes parte de "nuestra vida" nos sentimos, yo por lo menos, muy afortunados. Gracias por ser como eres...
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Coincidimos en que fometar la capacidad de abrirse a los demás es nuy importante. Todos tenemos que aprender de todos.
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