Esta
noche he soñado con el Hogar la Salle. En mis sueños se presentaba
el Hogar, como una gran plataforma de experimentación social. Veía una gran
casa en la que residían, temporalmente, muchas personas, con la intención de
vivir algo nuevo y diferente. Diría más, en mis sueños, el Hogar la Salle,
quiere ser un lugar donde se experimenten las condiciones idóneas para la
transformación social.
En
el sueño aparecen las puertas abiertas para que entren y salgan las
personas que lo deseen. No hay distinción de personas. Se acercan niños,
adolescentes, jóvenes y adultos. Entran y salen como en su casa. Es esa la
pretensión del Hogar. De ahí que acojamos a tales personas, las protejamos y
promovamos para así integrarlas, como levadura, en la sociedad que vivimos.
Como si de una gran casa se tratara, sus diversas dependencias cobijan a las personas que van a iniciar o potenciar el germen del cambio social. En su totalidad, esta gran casa se constituye en una plataforma donde se desarrollan los distintos proyectos y programas que llevan a cabo los propósitos que aparecen en dicho sueño. En el fondo es como una gran escuela de aprendizaje social para humanizar, desde la justicia, este mundo que vivimos.
Todas las personas convocadas al Hogar: residentes, profesionales, voluntarios, participantes en los diferentes programas y colaboradores... son necesarias para conseguir tal fin. La clave para lograrlo es la interacción que se debe de dar entre todos, de manera que contribuyan unas y otras, con sus riquezas compartidas, en el referentes de lo que pretendemos.
Por eso en el sueño del Hogar aparecen dos dinamismos imprescindibles, la fraternidad y la solidaridad, que se utilizan y actúan como herramientas potentes y necesarias en el trasunto de la vida cotidiana. En el sueño, el Hogar la Salle, es un medio que facilita el crecimiento de la familia humana, para que todos juntos, como hermanos, seamos felices.
Como si de una gran casa se tratara, sus diversas dependencias cobijan a las personas que van a iniciar o potenciar el germen del cambio social. En su totalidad, esta gran casa se constituye en una plataforma donde se desarrollan los distintos proyectos y programas que llevan a cabo los propósitos que aparecen en dicho sueño. En el fondo es como una gran escuela de aprendizaje social para humanizar, desde la justicia, este mundo que vivimos.
Todas las personas convocadas al Hogar: residentes, profesionales, voluntarios, participantes en los diferentes programas y colaboradores... son necesarias para conseguir tal fin. La clave para lograrlo es la interacción que se debe de dar entre todos, de manera que contribuyan unas y otras, con sus riquezas compartidas, en el referentes de lo que pretendemos.
Por eso en el sueño del Hogar aparecen dos dinamismos imprescindibles, la fraternidad y la solidaridad, que se utilizan y actúan como herramientas potentes y necesarias en el trasunto de la vida cotidiana. En el sueño, el Hogar la Salle, es un medio que facilita el crecimiento de la familia humana, para que todos juntos, como hermanos, seamos felices.
¡Ojalá!
El sueño se vaya haciendo poco a poco realidad. ¿Cuento contigo? Mejor aún ¿Cuáles son tus sueños?
Un sueño muy bonito
ResponderEliminarRezo para que tus sueño sea una realidad. Un abrazo
ResponderEliminarUn bonito sueño del que quiero ser participe.
ResponderEliminar« Cuando soñamos solos, solo es un sueño. Pero, cuando soñamos juntos, el sueño se puede convertir en realidad» Cora Weiss
ResponderEliminarTengo la facilidad de soñar lo que quiero. Manaña, voy a soñar lo mismo que tu, avisado estás! ;)
Todos invitados!
Gracias por compartir tu sueño del Hogar,pues tuve la suerte de conocerlo.
ResponderEliminarYo tambien quiero expandirlo en mi entorno donde vivo.
Agradezco vuestras palabras de confianza y cercanía.
ResponderEliminar