BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 12 de noviembre de 2017

EN EL AHORA DE MI VIDA, ME TOCA PONER EL ACENTO EN EL SER, EN LUGAR DEL HACER



Hoy me pregunto por cómo va mi historia personal. Y lo hago desde dos constataciones, por un lado, vivo en un mundo que me está torpedeando constantemente un sinfín de asuntos muy variados y contradictorios entre sí y, por otro, estoy cayendo en la cuenta que a estas alturas de mi vida me preocupa más el ser, en lugar del hacer.
En cuanto a la primera,  nos llegan del mundo que nos rodea, muchas situaciones trágicas y lamentables, que no tenemos tiempo suficiente para observarlas y asimilarlas, ni siquiera críticamente: Que si las pateras vienen llenas, pero la mitad de inmigrantes se ahoga en el intento; que si los huracanes destruyen ciudades enteras; que si los atentados terroristas son una degradación del ser humano; que si el nacionalismo catalán se ha pasado tres pueblos; que si los políticos son unos corruptos; que si los parados, que si la crisis; que si el fútbol; que si el mal tiempo; que si Halloween; que si la moda y la belleza; que si los videojuegos; que si los desahucios…. Evidentemente debemos dedicar tiempo a estas cosas, forman parte de nuestra vida y nos afectan de una forma u otra. Pero no es lo importante en nuestra historia.
Ahora bien, no nos engañemos, nuestra capacidad de observación de la realidad no se agota en el mundo externo, porque cada uno de nosotros somos una 'partecita' de esa realidad y, también, es necesario que sea mirada, observada e integrada. Puede ocurrir que tanto mirar hacia fuera, nos lleve a olvidarnos de mirar hacia dentro, hacia nuestra realidad interior. Y, sin embargo, la mirada a nuestra interioridad, la observación -minuciosa- de nuestra realidad más personal, se hace imprescindible, para no diluirnos y perder nuestra propia identidad.
Llevo un tiempo poniéndome en el lugar de los otros y observar cómo actúo, cómo hago las cosas. Estoy  poco a poco observándome y constatar mis reacciones ante las personas que me rodean. Igual que yo observo a los demás y saco mis conclusiones, también los demás me ven y sacan las suyas. Claro que no es un descubrimiento, estas cosas son de 'Perogrullo'; sin embargo, quiero añadir un matiz. Como si de una videocámara se tratara, quisiera ver las grabaciones y analizar mi manera de contestar a los demás, la forma de tratarles, me gustaría saber de las meteduras de pata; de observar mis reacciones espontáneas ante tales o cuales personas o situaciones.
No, no crean que estoy pidiendo cita al psicólogo, lo que estoy es, exigiéndome una mejora en las formas del trato que tengo con las personas que me rodean. Ya me ha ocurrido que, en mi fuero interno, me encuentro muy a gusto y de pronto saltan las chispas cuando estoy con tal o cual persona. En algunas ocasiones me han dicho tal o cual cosa y, mirándome a mí mismo, como que no coinciden tales apreciaciones con lo que yo siento. Ocurre que los demás perciben cosas de mí, que yo no las detecto o tal vez les doy otros nombres. Creo que la auto-observación es una buena medida para objetivizar bastantes reacciones y situaciones.
Muchos mecanismos de defensa, reacciones exageradas e inapropiadas, si las viésemos como en el fútbol, repetidas, igual nos servirían para corregir determinadas maneras de actuar y de tratar a los demás. Todo el mundo no somos 'un buen' relaciones públicas; ni tenemos las habilidades sociales desarrolladas al -cien por cien-,  por eso, que esto de observarse a sí mismo, puede resultar útil para el crecimiento personal.
De un tiempo a esta parte, cuando sigo siendo crítico con el mundo que me rodea y constato que ya, por la edad, no lo voy a cambiar, por más cosas que haga; se está deslizando otro pensamiento poderoso, que es centrarme en mí como realidad del cambio que tanto deseo. Ya no se trata de hacer, creo, que se trata de ser. De ser una persona que se toma en serio su vida; de ser lo que soy desde lo profundo de mi realidad personal. Tanto hacer, hacer y hacer me ha hecho olvidar y descuidar el ser, lo que soy, con la tarea pendiente, siempre pendiente, de hacerlo crecer.

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