No se crean, que voy a meterme en la máquina del tiempo para hablar de las guerras de Religión. Están equivocados. Miren hoy los periódicos o vean la televisión y aparecerán: Siria, Irak, ‘Estado Islámico’, palestinos, judíos, misiles, muertos,... y estamos en el 2015. Me pregunto: ¿Se trata de una guerra de religiones, es decir, cristianos o cristianos contra musulmanes? A lo mejor algunos piensan, que son motivos económicos y políticos, los que están detrás de estas 'refriegas'. El caso es que esa zona del planeta lleva miles de años a la greña. Así nos lo confirma la historia. ¡Ah! Y los libros 'Sagrados' de sus religiones.
Lo que nadie cuestiona, históricamente, es que las religiones han derramado mucha sangre, en muchos pueblos de nuestro planeta; la verdad, han hecho sufrir a numerosos seres humanos, sin distinciones de grandes o pequeños. Los motivos religiosos, ninguna religión se libra, han estado presentes en muchos conflictos a lo largo y ancho de toda la tierra. Las religiones primitivas, las religiones desaparecidas las, las religiones actuales, tienen muchísimos motivos para pedir perdón a la humanidad por los desmanes, a veces crueles, causados en las poblaciones. Numerosos creyentes, el cristianismo en los dos últimos siglos también, han utilizado 'la fe en dios', para justificar las guerras, con las que fortalecían sus intereses egoístas. ¡Ya está bien!
Ahora bien, con el mismo énfasis hay que afirmar, que las religiones, han sido y son un camino de felicidad para la humanidad. Millones de seres humanos se han beneficiado de su fe, en los diferentes Dioses, para darle sentido a su vida y para mejorar la vida de los demás. La religión, desde sus orígenes, ha tenido el papel de aportar luz a la humanidad, de dar razones para vivir, de señalar un horizonte que va más allá, de nuestra estancia en esta tierra que habitamos.
Cuando hablamos 'del paso de las guerras de religión, al diálogo interreligioso', quiero decir, que las religiones, tienen que dejar de mirarse a sí mismas, buscando sus propios intereses a costa de las demás; tienen que dejar de negarse, unas a otras, como caminos de salvación para sus fieles; para pasar al respeto, a la tolerancia, a valorar lo que tienen en común entre ellas y, sobretodo, mirar lo que juntas pueden contribuir a mejorar nuestro mundo. Y es que ninguna sobra, juntas nos dan las piezas del puzle de la familia humana creada para ser feliz. Gandhi, hablaba de que las religiones son diferentes caminos para 'fundirnos' con el Misterio, del que nos vendrá la felicidad plena.
Todos tenemos la imagen del famoso encuentro, en Asís, con los líderes religiosos mundiales, en 1986, promovido por Juan Pablo II, en el que se resaltó la tarea que tienen las religiones, empezando por el respeto a sus diferencias y siguiendo por el compromiso que tienen de trabajar por la paz y de promover la reconciliación entre los pueblos. Me gustaron unas palabras del papa, Benedicto XVI, hablando sobre el diálogo entre las religiones: “Los creyentes, por tanto, deben estar siempre dispuestos a promover iniciativas de diálogo interreligioso, para estimular la colaboración en temas de interés recíproco, como la dignidad de la persona humana, la búsqueda del bien común, la construcción de la paz y el desarrollo.” (Ciudad del Vaticano, diciembre de 2008).
En estos Días, el papa Francisco, además de los mensajes correspondientes, son numerosos los gestos que insisten en la importancia del diálogo interreligioso. Creo que se están dando pasos en esta dirección, aunque sin duda queda mucho por hacer. Una vez más, el diálogo, es la palabra clave para evitar los conflictos y construir juntos la utopía de una humanidad feliz.
Las religiones, por la gran influencia que tienen en las personas de todos los tiempos, pueden ser una de las mejores herramientas que mejor contribuyan a ello; los distintos Parlamentos de las Religiones, que se vienen teniendo, desde 1893, pueden ser un buen ejemplo.
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