BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 22 de noviembre de 2015

LA VIOLENCIA DE GÉNERO: UNA VERGÜENZA Y LACRA SOCIAL


Esta reflexión, dominical, quiere ser un reconocimiento a cuantas mujeres han sido asesinadas, por sus parejas, no solo en España –que al día de hoy son 48-, sino también en el mundo entero. Del mismo modo, quiero tener presente a las mujeres y niños que están sufriendo violencia, todos los días, en el Hogar, en su Hogar (y esta situación sí tiene remedio a corto plazo).
La verdad, no es la primera vez que una mujer me habla de los malos tratos. De los malos tratos que padecen –ella y sus hijos-. Es indignante. Pero es lo que hay. Pesa mucho la historia; la historia machista, claro. Ahora, como están de moda los Observatorios, esperemos que los creados sobre la Violencia de género, no solo nos expliquen las causas, sino que además nos den las herramientas idóneas para erradicarlo. Aunque siendo realista, me temo que el asunto va para largo.
En todo caso, volvamos la mirada a las personas concretas que sufren esta insultante lacra. No es fácil que se expliquen, las personas maltratadas, del porque han llegado a tal situación. Y cuando lo hacen, la ausencia de autoestima es notoria: “Es que soy tonta, es que soy una inútil, es que no valgo para nada…, es que,…” y lo malo, es que se lo terminan creyendo, de tanto que se lo han repetido… ¡A palos! Y, ya se sabe,la letra con sangre entra’.
Mujeres rotas y niños rotos, es la conclusión a la que llegas después de ir conociendo las historias personales de las madres y los hijos, que están anclados en los contextos del maltrato, del machismo o de la llamada violencia de género. Las habilidades sociales, la autoestima, por ejemplo, son conceptos nuestros para explicar las carencias que vemos en las mujeres y sus hijos que padecen, diariamente, el maltrato.
Los hijos rotos, en clase, llaman la atención de continuo. No saben hacer otra cosa. Expresan su rabia con violencia verbal; su manera de estar sentados, su forma de dirigirse a los demás, es muy similar, a la que han visto en su casa. Les cuesta concentrarse y habituarse a las normas de convivencia, a los horarios,… Les faltan herramientas para resolver los conflictos que les van llegando a su vida.
Las mujeres rotas, te rompen el alma. Te rompen todos los esquemas que, sobre la dignidad del ser humano, tenemos asumidos. Tienes delante a mujeres, hechas y derechas, inseguras, anuladas como personas, sin ganas de vivir. Son los hijos los que las mantienen en vida, porque son la única razón para seguir viviendo, con sufrimiento indecible, pero viviendo.
¡Cuántas mujeres quieren salir y no pueden! ¡Cuántos hijos se rebelan para nada! Es verdad que vamos conociendo sus historias, es verdad que nos proponemos soluciones; pero, también es verdad que el ´circulo machista’ es complicado romperlo. El problema de la violencia de género, no es solo del maltratador. Hay padres y madres que lo ocultan. Hay hermanos, familiares y amigos, muy cercanos, que miran para otro lado; y hay vecinos que solo hablan cuándo va la televisión a contarnos el fatal desenlace. En el fondo, todos somos cómplices.
Queda mucho por hacer, pero se puede hacer. Tenemos los instrumentos. De hecho estamos en ello. Ahora bien, nunca lo olvidemos, este asunto es cosa de todos. Aquí no vale aquello de: “Ese es su problema”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario