Nos dejaba el martes. Tres años viviendo con él. Una
piedra clave en la vida del Hogar la Salle de Jerez. Dando respuestas a las
situaciones que iban surgiendo en los diferentes programas de la Asociación. Y
en la vida cotidiana, optimista y vitalista, como el que más.
El Hermano Martín, sin duda, ha dejado su huella en
Jerez. El Hogar la Salle es un espacio abierto que convoca a muchas personas y
que han tenido la oportunidad de conocerlo.
Basta mirar las redes sociales y ver las numerosas muestras de afecto y
sinceros sentimientos de aprecio hacia el Hermano.
Todos los domingos, después de publicar la reflexión en
el blog, le faltaba tiempo para comentarme alguna frase. Me animaba a escribir
y en algunas ocasiones me sugería el tema, según las circunstancias del
momento. También le echaré de menos.
Pero hoy, de manera especial, quisiera homenajearle con tres, de
las numerosas cosas, que se podrían decir de él. Y que muchas personas que le
han conocido han dejado por escrito en el Facebook del Hogar la Salle. Las he
anunciado en el título de esta reflexión.
La alegría era la firma que
caracterizaba su identidad. Sabía dar un tono gozoso de la vida. Siempre sonriente. Para
la buena convivencia esta faceta es importante. Y que haya personas con esta
actitud, sin duda, favorece el buen ambiente. Y más, en un centro social, en el que la carga
de dificultades y problemas crean, a veces, un clima de crispación y tensiones.
Su bondad era manifiesta. Martín era un hombre bueno. No tenía
doble intención en las cosas. Iba directo y era transparente. Quería a las
personas y buscaba su bien, aunque eso, en ocasiones, traía exigencia y dureza
en sus manifestaciones. Su amabilidad y
comprensión le hacía cercano, generando empatía y confianza, lo que le facilitaba tratar los
problemas con mucha sensibilidad. Bondad que también se traducía en disponibilidad y servicio para cuanto se le solicitaba.
Y era un hombre comprometido. No toda la gente está por la labor.
Ver los toros desde la barrera es fácil, pero, bajar al ruedo tiene sus
dificultades. Martín no era indiferente. Las periferias del mundo no le eran
desconocidas. La cercanía con los excluidos y marginados le era natural. Pero
porque se lo había currado. Vivir con inmigrantes, te da una visión de la
humanidad, que te hace sentir y vivir como hermano de una gran familia y, esto,
lo vivía con gran convencimiento e intensidad. Desde el principio apoyo la iniciativa social del "Círculo de la Fraternidad", como espacio de diálogo intercultural e interreligioso, creía en la familia humana.
De mi amigo y hermano, Martín, podría decir más cosas
buenas, porque todos abundamos en cosas positivas, e incluso, comentar aquellas
(las menos), que todas las personas llevamos en la mochila y de las que no queremos hablar mucho, aunque también
configuran nuestra existencia . Pero hoy
tocaba destacar lo que más definía y caracterizaba – a mí entender- a Martín Salvador Tena.
Un hombre bueno y sonriente.
ResponderEliminarGracias Juan Bautista por esta presentacion de nuestro Hermano Martin. Le conoci a Scampia cuando acogio con Enrico el encuentro de los Hermanos jovenes de la RELEM. Senti immediatamente su espiritu fraterno y su projimidad con la gente pobre que venia al centro Arcobaleno. Es una perdida muy grande, no solo por el centro sino por su distrito y el Instituto. Estoy seguro de que no olvidara al lado del Padre sus Hermanos y los jovenes desfavorecidos a quienes atendia con tanta generosidad y alegria.
ResponderEliminarEn su estancia en Benicarló, impulso la creación de la Delegación Local de PROYDE encardinada en la Asociación de Exalumnos www.aalasalle.org, siempre desde el testimonio y el convencimiento; preocupado siempre por la sensibilización.....animó a que comenzara el voluntario internacional de PROYDE desde Benicarló.....mucho agradecimiento al Hno Martín. Tanto desde Scampia, el Hogar La Salle de Jerez, no dejaba de estar en contacto con nosotros....
ResponderEliminar