Tan pobre, tan pobre, que no
tiene ni familia. Bueno y
si la tiene mejor que no la tuviera. Las ‘familias’ a las que me refiero, las
conocí hace más de 15 años, en mi intervención educativa en los Centros de
Menores. Me di cuenta de que educar a esos chavales implicaba conocer a sus
familias; y al acercarme a ellas, conocí un mundo real que me sonaba,
solamente, a noticias periodísticas.
Pasan los años y estas familias se siguen caracterizando por los
numerosos problemas que
han ido acumulando durante generaciones y generaciones, y les resulta dificilísimo
resolverlos, entre otras cosas, por la falta de habilidades y de recursos
propios para afrontarlos. No saben autogestionarse. Por consiguiente, muchos de
los hijos e hijas, tienen padres y madres que han pasado por lo que ellos están
pasando ahora. Y es que cada generación pasa el relevo de su "carga"
a la siguiente.
En general, sus progenitores, están más centrados en la
supervivencia, que en el desarrollo de sus propias personas, y es que las
necesidades primarias siguen siendo prioritarias para ellos. Como ya decía
anteriormente, todas estos modelos de conducta pasan de padres a hijos, pues
los hijos siguen aprendiendo de sus padres; al igual que en la generalidad de
cualquier familia, el modelaje procede de las personas mayores.
Por lo demás, las familias
multiproblemáticas tienen,
normalmente, bajo nivel social, con carencias culturales y económicas
acentuadas. Por cierto, hay que señalar que estos largos años de crisis han originado muchas familias, que han bajado a estos niveles de los que estamos
hablando. Por lo demás, esto no quita que en algunas familias, de escala social
elevada, se pueda dar también una situación de bastante desorganización en la
vida familiar.
Las familias rotas y
desestructuradas, desde
lo observado por la propia experiencia, podemos decir que tienen una serie de
características comunes que más o menos se repiten. Casi todas ellas se han
visto sometidas a parecidass carencias socio-ambientales y, por lo tanto, las
situaciones que presentan podemos considerarlas como comunes. Estos serían
algunos de sus rasgos:
·
Padres
y madres que son pobres y no pueden mantener dignamente a sus hijos.
·
Padres
y madres que maltratan a sus hijos.
·
Padres
y madres que abusan sexualmente de sus hijos.
·
Padres
y madres que abusan sicológicamente de sus hijos.
·
Padres
y madres que explotan de alguna forma a sus hijos.
·
Padres
y madres que son negligentes, por lo que se desentienden en el cuidado de sus
hijos.
·
Madre
maltratada y que huye con sus hijos.
·
Padres
y madres que abandonan a sus hijos.
·
El
padre se ha marchado y ha dejado a la madre con los hijos.
·
La
madre se ha ido y ha dejado al padre con los hijos.
·
Padres
alcohólicos y madres prostitutas.
·
Padres
y madres que están en la cárcel por el tema de las drogas.
·
Progenitores
en paro forzoso o que no quieren trabajar pero que viven de los ‘trapicheos’.
· No quisiera pasar por alto, el caso de hijos e hijas, que ejercen la violencia intrafamiliar y se hacen verdaderos ‘tiranos’ con su propia familia.
· No quisiera pasar por alto, el caso de hijos e hijas, que ejercen la violencia intrafamiliar y se hacen verdaderos ‘tiranos’ con su propia familia.
Termino con una frase que le oí decir a
una madre de su propio hijo: “Dicen que ese es mi hijo”. Ya te puedes imaginar
las relaciones que pueden darse entre madre e hijo y el contexto de la vida
intrafamiliar.
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