Es la tarea más olvidada y, sin embargo, es la
primera que deberíamos realizar. Hemos nacido para ser felices, pero hay
que ver la de 'historias' que aparecen y nos desvían del venturoso camino. Por
otro lado, uno se lamenta porque no se puede decir lo mismo para todos los
seres humanos, pues, la miseria y pobreza, el hambre y las enfermedades, ni
siquiera les dejan llegar al camino. La
verdad es que somos unos privilegiados. Nos han sido dadas todas las
condiciones para alcanzar nuestra meta: ¡Hasta los problemas y dificultades que
tenemos nos ayudan! Sin esas ‘aparentes’ trabas no lo lograríamos.
Se pueden
dar muchas explicaciones sobre cómo llegar a ser persona. Hay en el ‘mercado
de este mundo’ numerosas antropologías que nos dan sus claves para llevar a
feliz término el pleno crecimiento personal. Todas son buenas opciones, siempre
que –a mi modo de ver- respeten este principio: que mi crecimiento personal respete
y, además, contribuya al crecimiento personal de los demás. No puedo llegar
a ser plenamente persona y feliz yo solo. Necesito a los demás, como ellos me
necesitan a mí.
Por
consiguiente, es nuestra obligación y deber favorecer, ayudar, acompañar,
contribuir a su desarrollo y plenitud. Al fin y al cabo es lo que se le pide a
las familias, a los centros educativos y a las diferentes instituciones
sociales que acogen a los niños, jóvenes, adultos y ancianos. Todos estamos
para todos.
Se me
ocurren cinco ámbitos o dimensiones, que nos facilitan esa primera vocación
a ser personas, o sea, hombres y mujeres que cuidan su crecimiento personal
para alcanzar la tan deseada felicidad que todo el mundo quiere. Pienso que en
la armonía y equilibrio de los cinco se juega la realización personal. En el
abandono, descuido o marginación de uno o varios de ellos está el fracaso
vocacional como persona. Apuntaré algunos rasgos a tener en cuenta.
Ámbito
interior: Hay un camino hacia el interior de uno mismo que debemos
transitar. Conocer como somos, nuestros valores y potencialidades, nuestras
limitaciones y debilidades es fundamental. La integración y aceptarnos como
somos ayudan a caminar.
Ámbito relacional:
En las buenas relaciones interpersonales con los familiares, amigos, compañeros
de trabajo, estamos contribuyendo al mutuo crecimiento personal. El respeto, la
comunicación, el afecto y cariño, el perdón y gratitud también lo favorecen.
Ámbito
social: El compromiso de cambiar el mundo que tanto deshumaniza y el
desarrollo de la solidaridad, hacen desaparecer nuestra indiferencia y nos lleva
a estar al lado de los pobres y marginados que tienen ‘quebrado’ su propio
crecimiento personal.
Ámbito ecológico:
La naturaleza es nuestro hogar. Somos responsables de cuidarla y protegerla.
Nuestros desvelos por erradicar la contaminación y la basura que tanto la
adulteran, redundarán en nuestro beneficio. Empezando por nuestra higiene y
salud.
Ámbito religioso:
Las diferentes religiones, son otros tantos caminos, que ayudan a transitar a
los seres humanos que buscan, en la trascendencia, la razón de ser, el sentido y el horizonte de sus vidas. Todas ellas
aportan mediaciones para dicho camino.
Pienso que
el tener en cuenta estos ámbitos me ayudan a crecer y desarrollarme como persona.
Aún más, estaré ayudando a crecer y desarrollarse a los que hacemos el camino
juntos y la felicidad será nuestra compañera.
La gran clave como bien escribes es vivir de forma intensa toda nuestra parte relacional, toda nuestra exterioridad pues desde ella y en ella como expresamos nuestra particular y peculiar interioridad
ResponderEliminarGenial, Juanba, gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestras valoraciones.
ResponderEliminar